Estaba ubicada en avenida Aristóbulo del Valle al 8.900. Luego del reclamo de los vecinos, fue cortada.
Hace unos 20 días, dos camiones de la EPE se llegaron hasta la avenida Aristóbulo del Valle al 8.900 para cumplir con el reclamo de una vecina de hace dos años: una palmera de gran magnitud reposaba sobre el tapial que divide su casa con la del vecino. Mirian López, propietaria de la vivienda, se cansó de hacer el descargo ante la Municipalidad, la Empresa Provincial de la Energía y hasta llegó a hacer una constatación ante una escribanía pública. Luján Alcorce también vive en el barrio UPCN y es presidente de la asociación civil Simplemente Evita, y él junto a otros vecinos apoyaron la iniciativa de la señora López y también llevaron a cabo los reclamos. Hoy satisfechos, sólo tienen palabras de agradecimiento a quienes cumplieron con el pedido. Ahora el tronco del árbol descansa sobre la vereda y para concretar el trabajo debería ser removido por la Municipalidad de Santa Fe. Mirian López se acercó hasta la redacción en febrero de este año para contar el temor que le causaba una gran palmera que estaba ubicada en la casa vecina a la suya, pero tenía grandes dimensiones y estaba inclinada de tal manera que en cualquier momento se caía sobre su vivienda. En ese momento, en su relato contó que se había comunicado con todas las áreas necesarias y responsables de darle una solución pero hasta ese momento nadie había hecho nada. Ante la falta de respuestas, Mirian realizó un acta de constatación ante una escribanía pública para dejar constancia de que estaba denunciado. La misma fue realizada en febrero de 2010, y en ella se detalló la situación que estaba viviendo. Grandes raíces En el acta López manifestaba que “desde hace un tiempo viene advirtiendo a su vecino, propietario del inmueble ubicado en la esquina de esa avenida a la altura del 8.900, en donde está el ejemplar, sobre la peligrosidad que reviste la palmera que se encuentra inclinada sobre su medianera, y con las últimas tormentas de viento y lluvia, se balancea haciendo presión sobre la pared”. Lo que más desesperaba a López y por eso la constatación ante escribano y la denuncia a los organismos competentes, era que la planta tenía grandes raíces que estaban sobre la vereda, y por su gran copa, tamaño y antigüedad se inclinaba y se apoyaba sobre el tapial. “Si hay un viento fuerte, tenemos miedo de que se nos caiga. Espero que nos escuchen y den una respuesta”, manifestó en ese momento la señora que vive con su madre y que ambas ansiaban que la solución llegara. Finalmente, sucedió así y hoy pueden vivir más. tranquilas.
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