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domingo, 9 de octubre de 2011

ROSARIO/Un hábito riesgoso: 8 de cada 10 personas se automedica

Además, el 37 por ciento de los fármacos que consumen es de venta bajo receta. Los analgésicos y los antiácidos son los productos más utilizados. Graves peligros para la salud.

Un hábito riesgoso: 8 de cada 10 personas se automedica

El 81,8 por ciento de los rosarinos se automedica. Según una encuesta pubicada en el último número de la revista oficial del Colegio de Farmacéuticos con sede en la ciudad, este porcentaje es incluso muy superior a los resultados de análisis similares en otros países latinoamericanos (ver aparte). Y si el número de por sí es llamativo, es aún peor el dato que indica que el 37 por ciento de los fármacos utilizados para la automedicación correspondió a la categoría de “venta bajo receta”.     Consumir remedios sin consejo médico puede crear diversos problemas si no se tienen suficientes conocimientos. ¿Por qué los rosarinos se autoindican hasta los medicamentos que tienen obligación de venderse bajo receta? Según los profesionales farmacéuticos autores del estudio local, podría deberse a que las personas suelen volver a consumir lo que fue previamente aconsejado por el médico.    Del porcentaje de encuestados, la mitad declaró haberse automedicado por síntomas leves, el 28,8 por ciento por falta de tiempo para acudir a una consulta y el 15,4 por considerar que cuenta con suficiente conocimiento.    Sin embargo, el 90,2 por ciento de las personas que respondieron a las preguntas consideró que consultaría al médico si los síntomas persistieran.    Entre los productos más consumidos están los analgésicos (59 por ciento) y los antiácidos (20 por ciento).    De todos modos, la lista de fármacos que con más frecuencia se utilizan para la automedicación es igualmente amplia. Muchos ni siquiera imaginan cuáles son los reales efectos de lo que pueden llegar a consumir. Por ejemplo, es habitual la utilización de la molécula paracetamol para procesos inflamatorios cuando esa acción es nula. Por otro lado, creer que habrá mejoramientos mágicos en el cansancio con la toma de aspirina más cafeína sin evaluar características, actividades y tiempo de descanso podría desencadenar enfermedades gástricas. Además, en el caso de los antibióticos, no sólo eliminarán las bacterias dañinas, sino también otras propias del organismo, que lo protegen. Por último, los tranquilizantes y productos ansiolíticos administrados sin supervisión médica producen bajo rendimiento intelectual y deterioro de la capacidad de atención (accidentes laborales o problemática de autoestima).    “La automedicación es una conducta de riesgo, un problema sanitario no solo para quien la ejerce, sino para el sistema de salud. Todos, absolutamente todos los medicamentos tienen efectos adversos y riesgos asociados, con lo cual, la necesidad de su uso tiene que estar debidamente ponderada, saber claramente cuál es la relación riesgo beneficio. Debe haber una mayor conciencia de esta problemática que es mundial y todos los sectores involucrados en el uso del medicamento, como los organismos sanitarios del Estado, los laboratorios productores, los profesionales y los que controlan la publicidad, debemos aportar responsablemente para erradicar este mal hábito”, dijo el secretario del Colegio de Farmacéuticos de la 2ª circusncripción provincial, Juan Carlos Roquetta.     Seis mil. De acuerdo a los registros de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), hay algo más de 6.000 fármacos distintos a la venta de acuerdo a sus nombres comerciales. Pero si se tienen en cuenta las diferentes presentaciones (comprimidos, gotas o pomadas, entre otras), esta cantidad se eleva a unos 14.000. Sólo un 10 por ciento de estos productos es de venta libre.    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el uso racional de medicamentos requiere que el paciente reciba la medicación apropiada a su necesidad clínica”. En este sentido, el paciente expone su salud al recibir un medicamento que no necesita, al no utilizar el que sí necesita o al recibir una dosis insuficiente. Además, no resuelve su problema de salud y hasta puede agravarlo. Por eso, muchos especialistas llaman a la automedicación “la enfermedad silenciosa”.     Perjudicial. “La automedicación o la medicación a terceros sin consultas médicas, es un tema que nos preocupa. Si bien hay medicamentos de venta libre y otros de venta bajo receta, ninguno es inocuo. Todos mal empleados, bajo un período prolongado o en dosis altas traen problemas que pueden llegar a ser gravísimos. El abuso o mal uso es claramente perjudicial”, explicó a La Capital, el presidente de la comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico de la Cámara baja.

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