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viernes, 17 de junio de 2011

José Luis Zalazar: "Gran parte de Alto Verde espera todos los días el aguatero"

Es hoy el líder del Movimiento Los Sin Techo. Se conoció con el padre Atilio Rosso en 1985. Desde entonces, trabaja en los barrios más pobres. “Un rancho es una tumba. De allí no salen arcángeles. Salen personas violentas”, advierte.

La mayoría lo conoce como “El Colo de los Sin Techo”. Es que desde aquel día de 1985 en que José Luis Zalazar se cruzó, casi por casualidad, con el padre Atilio Rosso, entregó gran parte de su vida a trabajar para el Movimiento que construyó más de 9 mil casas para los pobres de la ciudad de Santa Fe en las últimas décadas.

Se conocieron en La Vuelta del Paraguayo. José Luis era catequista y colaboraba en la construcción de una capilla. Rosso peleaba contra molinos de viento en su intento por acercar a la Iglesia a los más pobres. El destino los unió hasta la muerte del sacerdote y hoy, “El Colo”, sigue trabajando día a día en los barrios marginales de la ciudad.

José Luis y el Movimiento tienen autoridad como para hablar sobre el escándalo que envuelve a las Madres de Plaza de Mayo en la construcción de viviendas: “Tengo mucho respeto por la institución y por el dolor que sufrió la señora (Hebe de Bonafini), pero hubo un error de control. Son dineros públicos y se está trabajando con los pobres. Me duele mucho. Bonafini no está para este tipo de cosas. El Estado tiene que ser responsable”.

Zalazar habla con vehemencia cuando se le pregunta por la situación de la marginalidad en la ciudad y en la provincia de Santa Fe: “No hay decisión política. El 40% (de los vecinos) de Alto Verde espera el aguatero. Tienen un tacho en la puerta de la casa. Se pelean por el agua. Eso es un gobierno injusto, que no piensa en todos”.

“El gobierno -insiste- entregó 15 millones de pesos para asfaltar los ingresos a los countries. No tengo nada en contra de eso. Pero el barrio San Pantaleón tiene 200 familias sin agua potable. Se necesitan sólo 200 mil pesos para darles agua potable. Mil pesos por familia, nada más”.

Y advierte: “Hay 8 mil jóvenes que no estudian, ni trabajan, que están en las esquinas de las villas de Santa Fe. Es una bomba de tiempo. Ahora se roban entre ellos. Pero cuando vengan a la ciudad, no habrá reja que aguante si no resolvemos este problema. El rancho es una tumba. ¿Qué sale de cuatro paredes de cartón?... No salen arcángeles. Salen personas violentas, sin instrucción. Con problemas de salud”.

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