Una reciente excavación del Museo de Arqueología de Reconquista en El Arazá dio con la tumba de un guerrero que tiene una punta de flecha clavada en la columna vertebral.
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El hallazgo fue realizado a unos 20 kilómetros de Reconquista en la localidad de El Arazá en inmediaciones del Arroyo Malabrigo, donde los lugareños habían rescatado diversos restos de cerámica y huesos pertenecientes a un cementerio aborigen y nosotros “encontramos con cuatro hornos de tierra cocida y una tumba”, dijo Ruggeroni. “Es muy probable que los hornos hayan sido utilizados para que en el invierno las familias duerman alrededor pues están conectados entre sí por una especie de pequeño túnel que permite el paso de oxigeno e impide que el fuego se apague”, continuó. En tanto, lo que llamó la atención a los integrantes de la expedición fue que “luego de tres horas de trabajar en la tumba descubrimos que el cuerpo tenía un flechazo clavado en la columna vertebral y había sido sepultado boca abajo y los huesos están totalmente negros como también la punta de flecha, cosa que nunca nos pasó en 40 años de excavaciones en la región”. “La pregunta es por qué razón los huesos y la flecha de esta tumba tiene el color negro porque sabemos que las armas hechas con pitón de ciervo son amarillas, o sea que, algo pasó ahí y tenemos que averiguarlo con un geólogo de Santa Fe”, explicó el Director, que deslizó una de sus hipótesis. “En los años ´70 un científico me dijo que en esta zona en la época de la tumba [unos 2.000 atrás] hubo una lluvia de cenizas volcánicas como la que se registraron esta semana en la Patagonia, y este mineral ferroso podría ser el que le esté dando esa coloración a los huesos pero eso todavía está por probarse”, concluyó.
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