Mauro Barman es paracaidista de Villa Constitución. Con 185 colegas formó el ave Fénix en el cielo de los Estados Unidos. Además, saltó sobre Punta del Este y las cataratas del Iguazú.
Paracaidistas. De varios lugares del mundo (entre ellos, Mauro) formaron durante unos segundos el ave Fénix.
El paracaidista de Villa Constitución, Mauro Barman participó junto a 185 colegas de un salto múltiple que logró formar en el aire un Ave Fénix que asemejó “volar” por un par de segundos, consiguiendo así una formación que por sus características ingresó en el libro Guiness de los récords.
El salto colectivo fue realizado en Deland, EEUU, donde intervinieron paracaidistas invitados de más de 20 países; entre ellos, otros cuatro argentinos. Esta primera hazaña forma parte de los entrenamientos preliminares que paracaidistas mundiales realizan con miras a superar, en 2013, el récord mundial de saltos múltiples.
“A este evento fuimos invitados por colegas estadounidenses, y es una preparatoria para poder alcanzar el récord de 500 integrantes en caída libre. El último fue de 400”, explica Barman.
“Fuimos cinco argentinos, de los cuales cuatro participamos en este récord particular. Hicimos una formación de 185 personas que logramos formar en el aire un ave Fénix”, señala. Y asegura: “Fue la primera vez que se logró hacer una formación asimétrica de estas características, con tantos paracaidistas en caida libre. Normalmente se hacen círculos o aros, donde participan más integrantes, pero son formaciones más sencillas que esta última”.
Campeón múltiple
Mauro Barman tiene 47 años y hace 25 que practica esta actividad. Fue cuatro veces campeón argentino en esa especialidad, y una vez logró el cetro latinoamericano. En todo ese tiempo registra más de tres mil saltos, algunos de ellos en escenarios tan espectaculares como en la Garganta del Diablo de las Cataratas del Iguazú, el Obelisco o el Monumento a la Bandera, en Rosario.
“También salté aterrizando en la línea de largada la última vez que la Fórmula 1 se presentó en la Argentina. Aterricé a centímetros de una Ferrari, con todo el cuidado de no tocarla porque si no me iba a salir caro el salto”, recuerda con una sonrisa.
Según explica Barman, el evento abarcó cinco días en Deland, cerca de Orlando, en el estado de Florida. Los saltos se efectuaron a unos siete mil metros de altura, con oxígeno y nueve aviones preparados especialmente. “Se vuela en formación con un avión líder y el resto a los costados, y se requiere una organización bastante importante. Por el éxito de la formación, a todos los participantes se los sigue invitando para eventos futuros”, detalla.
De hecho, los participantes ya recibieron invitaciones para eventos similares a realizarse en Rusia, Siberia y Polonia.
El gran salto
El momento de uno de los saltos más importantes de su vida está aún vigente en la memoria de Barman: “Se hicieron varios saltos antes de tratar de formar el Ave Fénix. En esos saltos se buscaron otras figuras convencionales. En los dos últimos días intentamos el Ave Fénix, y en el último lo logramos. La figura consiste en que si se tiran 185 paracaidistas todos deben estar en la formación. Y tiene que volar esa figura unos segundos para que se considere récord”.
“Eramos 185 paracaidistas en caída y uno no puede llegar a ver qué está ocurriendo del otro lado. Pero en el momento que se formó la figura, que voló estable y formada completamente, lo sentimos en el cuerpo. Se sintió como un ruido especial, como una brisa, como que estaba todo estable, en condiciones. Y entonces sentimos que estaba hecho el récord”, rememora.
La pasión por el paracaidismo es toda una constante en la familia Barman, que acompaña a Mauro en esta linda locura. “Hace pocos días, en La Cumbre, Córdoba, volamos con mi hijo de 3 años en un ala delta con motor. Mi hija, de 13, ya saltó conmigo en paracaídas en tándem”, recuerda.
Pero no sólo los hijos se juegan. El 15 de mayo su mamá festejó sus 76 años saltando con él en tándem. Lo que se dice, una familia que anda a los saltos.
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