La vorágine con la que se vive el mundo del fútbol no permite detenerse a pensar en nada. Es todo tan rápido y tan dinámico que cuando termina una competencia al poco tiempo está comenzando otra, y lo que sucedió en la anterior queda archivado en la cabeza de unos pocos memoriosos que tienen la capacidad innata de poder capturar imágines desde el sentido visual.
Mientras que el resto de las personas sólo quedan atadas a disfrutar de lo que viene -a dejar de lado aquello que ya es historia- y a esperar que el futuro le conceda nuevas alegrías momentáneas.
El año 2014 fue un claro ejemplo de esta situación. Fue todo tan veloz que muchos deben detenerse varios segundos para pensar y recordar que se disputó el Mundial.
Siempre está latente lo último que pasó: el Mundial de Clubes, la definición del Torneo de Transición y la final de la Liga Deportiva Del Sur. Sin embargo, hay grandes momentos que valen ser recordados porque en toda competencia tanto a nivel nacional como internacional los colores de la bandera argentina estuvieron muy bien representados.
Todo comenzó allá por mayo en el viejo continente en los dos torneos más importantes que tiene Europa. A mediados de ese mes, Sevilla se quedó con la Europa League al derrotar a Benfica por penales 4 a 2 tras igualar en cero en los ciento veinte minutos que disputados. Federico Fazio y Nicolás Pareja fueron quienes alzaron la bandera celeste y blanca a lo más alto del podio. Ezequiel Garay y Nicolás Gaitán representaron los colores en el equipo perdedor.
Una semana más tarde, en Lisboa, Real Madrid le ganó en tiempo suplementario a Atlético de Madrid 4 a 1 y Ángel Di María fue el único héroe en ese lío. El rosarino fue determinante para romper con la paridad a través de una gran jugada individual y dejar con las ganas al conjunto de Diego Simeone y José Sosa, que saborearon la gloria pero finalmente se quedaron con las manos vacías. De cualquier manera la final tuvo tinte argentino.
El mes siguiente toda la atención del mundo se posó en Brasil porque el país carioca se visitó de gala para recibir a la Copa Del Mundo de la FIFA. Sin embargo, para desgracia del pueblo brasileño, la fiesta fue celeste y blanca. Miles y miles de argentinos se hicieron presentes para apoyar de cerca al equipo de Alejandro Sabella en su camino a la definición del título. Cada vez que se nombre Brasil 2014 el dolor se apoderará de cada corazón albiceleste porque el sueño de traer la copa estuvo tan cerca que todavía es difícil de asimilar. Alemania volvió a ser el verdugo de Argentina por tercer mundial consecutivo y le ganó en la prorroga 1 a 0 con el fatídico gol de Mario Gotze. La insignia patria volvió a decir presente en tramos decisivos.
La Copa Libertadores de América cayó como una bendición de Dios para Argentina o como un regalo del Papa Francisco porque en agosto San Lorenzo de Almagro se consagró campeón de dicha competencia tras ganarle a Nacional de Paraguay 1 a 0 en el partido de vuelta de la final. Gracias a Dios… Mejor dicho, gracias a Francisco (hincha del Ciclón) la bandera nacional volvió a estar en lo más alto de América.
Valió la pena esperar cuatro meses para volver a ver a los colores celestes y blancos triunfar. Diciembre fue el mes más albiceleste de todos. Tuvo su inicio en la mitad de la segunda semana cuando River Plate se hizo de la Copa Sudamericana luego de vencer a Atlético Nacional de Colombia 2 a 0 en el segundo encuentro de la serie.
Cuatro días pasaron y la costumbre se repitió con Racing. La Academia festejó el ámbito local, más precisamente en el Torneo de Transición, venciendo a Godoy Cruz 1 a 0 en la última jornada. Siendo el mejor del país después de trece años de sequía.
La Liga Deportiva Del Sur no quiso ser menos y siguió con la tradición 2014. El mismo día que Avellaneda estuvo de fiesta, Los Andes de Alcorta hizo lo propio en la región, venció en su casa a Sportivo Bombal 3 a 1 y mantuvo en alzas el mito nacional. El fútbol local también aportó a la causa.
El año más albiceleste de todos terminó de cerrarse con el subcampeonato de San Lorenzo de Almagro en el Mundial de Clubes disputado en Marruecos. El conjunto argentino cumplió con las expectativas de llegar al juego final frente a Real Madrid.
Alcanzó el objetivo pero no pudo convertirlo en proeza porque el equipo español se impuso por 2 a 0 y se consagró como el mejor del mundo a nivel clubes. Argentina nuevamente en los primeros planos internacionales.
Se terminó un año plagado de éxitos para el fútbol nacional. En cada copa que se jugó la bandera celeste y blanca estuvo como protagonista. Seguramente con el correr del tiempo las imágenes o los recuerdos de este período quedarán archivados en el rincón más recóndito de la mente. Si alguien le pregunta cómo fue el 2014, no haga esfuerzos sobre humanos para intentar recordarlo, sólo levante la cabeza y mire al cielo. Rápidamente se dará cuenta que el año 2014 fue similar a lo que usted estará observando: casi todo celeste y blanco.
Fuente: Hernán Mosconi.
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