Para la Justicia, Leandro Paredes es el único responsable por el crimen del cabo de policía, herido el 6 de abril en las calles de barrio San Lorenzo. Descartaron que haya existido un tiroteo. Otros cuatro imputados recuperaron la libertad.
La jueza de Instrucción Cuarta, Susana Luna, procesó a Leandro Osmar Paredes (26), alias el “Bata”, como único responsable por el crimen del cabo de policía Damián Víctor Martinet, caído en servicio el pasado 6 de abril en el barrio San Lorenzo.
La calificación legal impuesta fue la de “homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y por resultar la víctima miembro de las fuerzas policiales provinciales” en calidad de autor, por lo que se confirmó la “prisión preventiva” que viene sufriendo desde el 17 de abril, cuando se entregó en tribunales en compañía de su abogada Sandra Arredondo.
Como medida especial, la Dra. Luna ordenó “la permanencia del imputado Paredes en el penal de la ciudad de Coronda”.
En tanto, Walter Antonio Reyes (21), que fue el primer detenido y acusado por ese crimen, recibió la “falta de mérito” esta semana, tras lo cual recuperó la libertad.
Igual suerte corrieron Fabián Antonio Suárez (27), Cristian Ariel Arredondo (28) y Marcelo Abel Vallejos (27), los tres permanecían presos por “encubrimiento” y también fueron beneficiados con la libertad en las últimas horas.
En el caso de Arredondo, la jueza Luna lo procesó por “portación indebida de arma de fuego de uso civil”, ya que al momento de ser arrestado le secuestraron una pistola calibre 22 mm que se creyó estaba ligada a la muerte de Martinet.
No está firme
La resolución judicial de 74 fojas fue notificada ayer a las partes por lo que no se encuentra firme y podría ser apelada, tanto por la defensa de Paredes, como por el fiscal N° 2, Gerardo Alesso, que había pedido prisión preventiva para los cinco imputados.
El escrito guarda un pormenorizado relato de lo ocurrido a partir de las nueve y media de la noche del sábado 6 de abril, cuando se informó por primera vez que en Pasaje Cervantes 3900 había personal policial herido. El cabo de 28 años prestaba servicios en la Subcomisaría 10° y había acudido al lugar en compañía de un suboficial, para intervenir en un conflicto familiar. A las 22.10 de ese mismo día, los médicos del hospital Cullen informaban del deceso del funcionario policial.
La madrugada siguiente un llamado al 911 dejó registrado el nombre de Reyes como uno de los involucrados. De entrada se habló de un tiroteo y que Martinet había quedado en medio del fuego cruzado entre el primer acusado y Paredes.
Esa versión fue desestimada por la Justicia, que se apoyó en las declaraciones de los testigos de identidad reservada y de los propios imputados, que fueron cambiando Sus declaraciones a medida que transcurrían los días.
En algunos casos las versiones apuntaban a aprietes o amenazas provenientes de la propia policía, pero también quedó claro que quienes pasaron por los tribunales locales temían más al círculo familiar de los Paredes, estrechamente vinculados con las bandas armadas del barrio San Lorenzo.
Desconfianza y cambio
Reyes fue detenido el 9 de abril en las calles de barrio Alfonso, junto a Sus primos de 15 y 16 años. Ese mismo día allanaron su casa de Pasaje Galisteo al 1400 en zona de pasillos, donde detuvieron a Arredondo y Suárez.
En dicho procedimiento se secuestró un arma calibre 22 corto, que Arredondo había escondido ante la presencia policial.
Una semana más tarde y ante la falta de respuestas para dar con el paradero del “Bata” Paredes, por entonces prófugo, la jueza decidió reemplazar a la policía local y poner en su lugar al jefe de la Tropa de Operaciones Especiales de Rosario. La medida surtió efecto porque dos días después Paredes no tuvo más opciones que la de entregarse.
La defensa del “Bata” presentó a varios testigos, uno de los cuales -Vallejos- quedó detenido por encubrimiento. Fue la madre del testigo la que contó que Vallejos estaba “amenazado por allegados a Paredes”. El muchacho declaró que habían estado juntos en su casa de Villa Hipódromo el día en que mataron a Martinet, pero la Justicia derribó esa coartada complicando seriamente a Paredes hasta determinar su responsabilidad como único autor de la muerte del policía.
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