De los 15 días consecutivos en los que se realizaron las mediciones, en diez ocasiones se demostró que la contaminación ambiental aérea superó el máximo permitido.
La Capital |
Un estudio de monitoreo ambiental encargado por el gobierno provincial en San Lorenzo, en inmediaciones de Molinos Río de la Plata, arrojó resultados ampliamente negativos. De los 15 días consecutivos en los que se realizaron las mediciones, en 10 se demostró que la contaminación ambiental aérea superó el máximo permitido, y que en los cinco días restantes se orilló ese mismo límite.
"Fueron 15 días de mediciones en los que el gobierno provincial activó aparatos especiales para constatar la calidad del aire, y en diez se superó el máximo de contaminación permitido; esto demuestra que lo que venimos denunciando y pregonando desde hace años estuvo siempre argumentado", declaró Lilian Uber, vecina de Barrio Bouchard, uno de los sectores de la ciudad inspeccionados.
Uber y otros vecinos de distintos barrios, como 2 de Abril, Rivadavia y Morando, todos situados en la zona sur sanlorencina y lindantes con los dos predios que ocupa Molinos Río de la Plata (terminal portuaria y sede fabril, por un lado, y playa para el estacionamiento de camiones, por el otro), sostienen desde hace tiempo una desigual pelea para mejorar las condiciones medioambientales de esa zona en particular y de la región en general. El tesón puesto en esta cruzada tuvo ya algunos resultados positivos, como el haber impedido la ampliación de los muelles de la agroexportadora.
Tiempo después. "Pudimos tomar contacto con este informe nueve meses después de haberse hecho las mediciones", recordó Uber. Tales controles se efectuaron en julio de 2012, y desde entonces hasta la fecha nunca hubo información al respecto, oficial ni extraoficial.
Ahora son los vecinos los que exponen la situación, acompañados de copia de los expedientes que libró la Secretaría de Medio Ambiente. En ellos pueden apreciarse que el estudio se extendió desde el 7 al 21 de julio y que de los cinco días con mediciones por debajo del máximo contaminante permitido, dos fueron domingo y uno sábado, es decir, jornadas con escasa actividad industrial.
Encima de los límites. El máximo permitido de material particulado en aire es de 0,150 miligramos por metro cúbico, y durante una de las jornadas (la última auditada) alcanzó los 0,250 de la misma unidad. "Este material perjudicial para la salud es ese polvillo en suspensión permanente que no logra verse, pero que está y hace muy mal a la salud", sintetizó Uber. "Para nosotros, quienes vivimos en estos barrios no es una novedad, pues lo padecemos desde hace tiempo, pero quizás sirva para que se entere el resto de la sociedad, que no está exenta de sufrir padecimientos semejantes", acotó.
La mujer señaló también que, desde que se conoce a través de los vecinos este estudio, no ha tenido reunión alguna con funcionarios, sean provinciales, municipales o nacionales, como tampoco algún directivo de las empresas radicadas en esa zona de la ciudad. Y apuntó que, después de este estudio, no se realizó uno nuevo. "El último día (21 de julio de 2012) vinieron personas que dijeron ser técnicos de Medio Ambiente para llevarse el aparato que registraba las mediciones porque estaba roto, que lo reemplazarían por otro, pero ello jamás ocurrió", concluyó.
Aunque la información oficial no detecta un origen único de la polución, los vecinos sospechan del autor, una sola y misma empresa con la que sostienen diferencias desde casi el momento mismo en que puso un pie en San Lorenzo.
Vivir en Barrio Morando. Barrio Morando es un sector urbanizado de sólo algunas cuadras, adyacente a la inmensa playa de camiones que posee Molinos Río de la Plata. El incesante desfile de los vehículos pesados por la calle de acceso hace que los frentistas padezcan de los inconvenientes que ello provoca: ruidos, polvillo y más de una vez algún incidente violento.
"Acá es un desastre vivir, padecemos a diario las consecuencias sobre nuestra salud del polvillo que generan los camiones", expresó Marcelo Carranza, uno de los vecinos afectados. El hombre tuvo que soportar varias afecciones pulmonares que hicieron que ahora, y cada vez que debe salir a la calle, lo haga provisto de un barbijo. "Mi médico me dio dos opciones. La más ventajosa para mi salud es irme a vivir a otro lado, y la segunda, cubrirme como pueda del material suspendido en el aire", detalló.
Así, cada mañana que decide barrer su vereda lo hace cubriéndose el rostro, como si se tratara de ocultar su identidad, y lejos está, que esa sea su intención.
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