A partir de mayo, un segundo grupo de trabajo elabora pan, facturas y bizcochos. Los empleados son jóvenes socialmente vulnerables y personas que intentan reinsertarse laboralmente después de pasar por la cárcel.
Desde que la panificadora Furman abrió su local comercial en enero de este año, la demanda no paró de crecer. Por eso se decidió incorporar más personal y otro turno de trabajo por la tarde. “Con este segundo turno incorporamos cinco personas más: dos del servicio penitenciario, una persona que recuperó su libertad y dos jóvenes de 20 y 22 años de los barrios Chaqueño y Santa Rosa de Lima, que participan del programa Juventudes Incluidas de prevención del delito. Sumadas a las ocho que trabajan a la mañana hacen un total de 13”, detalló Fernando Demiryi, coordinador del proyecto Furman.
Anteriormente, la panadería funcionaba de 7 a 12, pero a partir de mayo se sumó un segundo grupo de trabajo, de 14 a 19 horas. “Ellos hacen toda la preparación y el amasado del pan, las facturas y los bizcochos, y los dejan fermentando para que el turno de la mañana los cocine”, comentó Dimiryi.
Gracias a este nuevo turno, se mejoró la organización de la producción y cinco personas más consiguieron trabajo. “El Instituto Provincial de Industrias Penitenciarias (Iapip), que cogestiona la Furman, contrató a uno de los jóvenes como encargado del turno tarde. De esta manera apuntamos a una mayor inclusión de los jóvenes en el proyecto”, puntualizó el coordinador.
Además, con la incorporación de más horas de trabajo, hay más tiempo disponible para la capacitación y la transmisión de saberes. “Los más viejos les enseñan el oficio de ser panaderos a los más jóvenes”, dijo.
Actualmente, la panadería produce diariamente (de lunes a viernes) unos 80 kilos de pan, 30 de bizcochos y 200 facturas. “Con un solo turno de trabajo no podíamos responder a la demanda de la gente: para antes del mediodía ya nos quedábamos sin mercadería”, contó Dimiryi.
Por ahora el local comercial abre de 8 a 12 horas, pero la idea es extender el horario de venta al público por la tarde. “En la medida en que el local está abierto, la gente sigue entrando.
Esperamos con este nuevo esquema poder satisfacer la demanda”, concluyó.
La iniciativa es impulsada por la Secretaría de Seguridad Comunitaria, el Iapip y el Ministerio de Desarrollo Social y de Justicia y Derechos Humanos.
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