Las personas, en su mayoría mujeres y niños, delimitaron el terreno colocando postes con la intención de instalar casillas. Los efectivos fueron agredidos a piedrazos.
La Capital |
Un grupo compuesto por alrededor de 30 familias tomó ayer un predio de una manzana en Empalme Graneros. Se trata del centro comunitario Estación Misionera Franciscana María Madre de la Esperanza, de la monja María Jordán. Las personas, en su mayoría mujeres y niños, delimitaron el terreno colocando postes con la intención de instalar casillas. Anoche, al cierre de esta edición, todavía estaban allí a pesar de la intervención policial y de la Justicia, que debieron retirarse ya que los efectivos fueron agredidos a piedrazos.
El barrio fue un hervidero durante las últimas horas de ayer, no sólo por la tensión que se vivía en el terreno usurpado (Cabal 1410 bis), sino porque a pocas cuadras (Campbell y Génova, ver aparte) se había producido un incendio. El fuego destruyó un comercio que tuvo que ser custodiado por uniformados en medio de temor a saqueos.
Pasadas las 15.30 las familias empezaron lentamente a instalarse en el lugar que conduce Jordán y donde funciona una escuela, una capilla, un comedor comunitario y talleres, entre otros espacios.
Poco después llegó la policía. Efectivos de la comisaría 20ª, que tiene jurisdicción en la zona, comenzaron a censar a la gente que decidió ingresar al predio y, a priori, se determinó que pertenece a familias que viven en el barrio, lo que resultó llamativo. Además, voceros policiales dijeron que los “intrusos” pertenecerían a organizaciones como la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie. Luego, llegaron referentes judiciales mientras avanzaba un proceso de diálogo con los incipientes moradores para convencerlos de que se fueran del predio.
Sin embargo, las acciones resultaron en vano. Al caer la noche varias personas empezaron a arrojar piedras a los efectivos de la policía y de la Dirección de Control Urbano municipal.
Según pudo saber La Capital, un empleado de esa repartición resultó herido en la cabeza. “Sangraba mucho”, sostuvo un testigo, que habló de “una zona donde la violencia es un lugar común”.
En medio de la oscuridad, la policía, la Justicia y el personal de la Intendencia tuvo que retirarse ante las agresiones. “Vamos a esperar la decisión del juez”, dijo un alto referente de la seccional 20ª. El desalojo podría llevarse adelante hoy, aunque se sabe que la situación social puede ser un escollo.
La instalación de los postes y la demarcación de los lotes destrozó el espacio verde donde se hallan las construcciones que usa la obra de Jordán para prestar ayuda y solidaridad al barrio.
La misma mujer estaba decepcionada y no dejaba de admitirlo en contacto con este medio: “Hace unos 20 días nos robaron en el centro de adolescentes que se está remodelando. Son las mismas personas que vienen acá al odontólogo, que envían a sus hijos a nuestro jardín de infantes y que frecuentan nuestra obra”.
La monja se ocupa desde hace años de mejorar la calidad de vida del barrio, pero no pertenece a ninguna organización y tampoco a las filas de ningún partido político. “Trabajamos con transparencia para ayudar al prójimo y la respuesta es esta falta de respeto. No sé si hay alguien detrás de estas cosas, pero Dios ve todo”, remató.
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