El rojinegro sigue siendo líder, pero Lanús puede superarlo. La igualdad ante el cervecero por 1 a 1 tuvo sabor de castigo porque contó con todo para ganar y se mancó en la última pelota del partido.
La Capital |
Cuando Delfino pitó el final, Martino se quedó inmóvil, incrédulo, sobre la línea de cal del lateral a la altura de la mitad de la cancha. No podía creer lo que veían sus ojos. A los jugadores de Quilmes celebrando el empate y a los de Newell\'s con la cara por el piso por la victoria que se les esfumó de las manos cuando al partido no le quedaba nada. El Tata parecía buscar alguna explicación de lo que pudo ser y terminó no siendo. Es que la victoria estaba en el bolsillo y eso no significaba otra cosa que meterle toda la presión a sus perseguidores Lanús y River. Pero la Lepra pagó carísimo dilapidar chances netas para definir el pleito frente al inspirado Dulcich, que incluso le atajó un penal a Scocco, autor del primer grito. Y en un centro casi de compromiso de los quilmeños, la pelota le quedó redonda a Caneo, que se convirtió en el verdugo rojinegro. Así la chapa se clavó en el 1 a 1 para que el sábado termine con sabor a muy poco por el lado leproso, aunque para hacer cuentas habrá que esperar a que mañana termine la fecha (ver aparte). Por ahora Newell\'s sigue en lo más alto.
El empate tiene sabores y el de ayer para Newell\'s fue de castigo. Porque tuvo todo para ganar y se mancó justo en la última pelota. La conquista tempranera de Scocco pareció encarrilar la noche a favor de los rojinegros. Porque a los 8\' el artillero siguió agigantando su leyenda goleadora y cuando la pelota le quedó servida sacó un tiro seco que se clavó en el primer palo e hizo explotar atrás del arco a los miles de leprosos que coparon el estadio cervecero.
Newell\'s, que llegada dulce por el pasaje a cuartos de la Libertadores, había conseguido ponerse en ventaja y trasladarle la responsabilidad a su oponente. Pero lejos de conformarse, la Lepra siguió triangulando en campo rival y abriendo grietas seductoras en la endeble defensa local. Maxi Rodríguez casi estampa el segundo con un tiro a colocar desde la puerta del área.
Maduraba el nocaut. Y más todavía cuando Goñi sobre la media hora derribó a Scocco en el área. Nacho remató fuerte al medio y Dulcich despejó. El rebote volvió a los pies del delantero, pero patinó. Un penal dilapidado que terminó costando muy caro. Pero, ¿qué más se le puede pedir a Scocco?
La única aproximación seria del local en la etapa inicial fue un tiro cruzado de Cauteruccio.
En el complemento Scocco volvió a fallar ante Dulcich entrando al área. Después la Fiera, el mejor de Newell\'s conceptualmente, la abrió para Orzán, que tiró apenas afuera. Luego Tonso dilapidó una corrida en soledad. Demasiado precio le estaba haciendo Newell\'s a Quilmes. Es cierto que promediando el complemento la sensación fue de que los de Martino comenzaron a regular (algo lógico por el trajín), pero que le dieron vida a un adversario siempre incómodo.
Y llegó la puñalada para Newell\'s. Un centro por obligación de un rival desesperado y una mala cobertura le dejó la pelota servida a Caneo. El Chino le dio con alma y vida para vencer a Guzmán.
Newell\'s sigue arriba y con chances intactas de seguir peleando por todo. Ayer estuvo cerca de un triunfo que lo hubiera dejado en una posición inmejorable en el torneo. Igual, tras el resultado de River hoy y de Lanús mañana, se sabrá si el punto valió mucho o poco
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