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sábado, 25 de mayo de 2013

MARIO BARLETTA: Recuperar la memoria para enfrentar el futuro

Por estos días recordamos la gesta de mayo, uno de los momentos fundacionales de la patria, sustentado en la búsqueda de la justicia y la igualdad. Coincide este año con un momento muy difícil del país, y con el aniversario de la década más desaprovechada en la historia para un crecimiento sostenido y que incluya a todos los sectores sociales.

Recuperar la memoria para enfrentar el futuro

Por estos días recordamos la gesta de mayo, uno de los momentos fundacionales de la patria, sustentado en la búsqueda de la justicia y la igualdad. Coincide este año con un momento muy difícil del país, y con el aniversario de la década más desaprovechada en la historia para un crecimiento sostenido y que incluya a todos los sectores sociales.

Estamos atravesando en estos días la semana de mayo, que nos retrotrae necesariamente a ese momento fundacional de la patria. Los protagonistas de entonces no sabían que iban a ser próceres, que en el futuro sus nombres iban a honrar plazas, calles, ciudades y paseos. Por el contrario, eran hombres dominados por la incertidumbre y la perplejidad, hombres que, además, estaban obligados por circunstancias que no eligieron, a tomar decisiones difíciles. No tuvieron temor en cuestionarse ni en proponer cambios políticos y sociales que parecían imposibles para su época; no solo los patriotas y los grandes líderes, sino también las mujeres y hombres del común que quisieron opinar, decidir, involucrarse en la vida de su país.

Entendían que su presente estaba plagado de alternativas, discutían cómo querían vivir, bajo qué reglas. Los debates políticos, en las calles, en las familias, se transformaron más tarde en décadas de guerras intestinas, en las que muchos de esos argentinos dieron la vida por sus ideales, porque creían en un porvenir distinto. Hasta que finalmente lograron plasmarlos en la Constitución Nacional, que luego de tantas disputas, se asentó sobre todas nuestras coincidencias como Nación, en los valores que nos hacían ya ser quienes somos.

Los valores de justicia e igualdad guiaron a esos hombres que cambiaron la historia, y anidaron en el pueblo argentino, que con la educación y la cultura del trabajo completó esa tarea de definición de nuestra identidad. Esos valores hicieron grande a la Argentina, eso define lo que somos y nos diferencia de los demás. Por estos días tan difíciles que atraviesa el país creemos que el único camino posible es recuperar la memoria de quiénes fuimos para poder avanzar hacia el futuro.

Todos los hombres y las mujeres de bien de este país nos merecemos un país con esos valores, donde se respete al ciudadano y se pueda vivir en paz, donde la educación y la cultura del trabajo sean las herramientas para el progreso personal y social, en el que los funcionarios sean honestos y se vayan con lo puesto al dejar el Estado; en el que los jueces puedan ser independientes y ecuánimes. Esto es lo que sostiene nuestro tarea diaria, la de todos los que conformamos la UCR, que creemos que otro país es posible, y que asistimos azorados como la mayor parte de la sociedad, ante un gobierno ineficiente, que abusa de su poder, que construye un relato mentiroso de la realidad, mientras millones de argentinos están sumidos en el abandono y la desprotección.

Después de los diez años más fabulosos en cuanto a oportunidades para dar un salto cualitativo, en lo económico, en lo social, en los que hubiéramos podido comenzar un camino de crecimiento sostenido y lo más importante, que incluya de verdad a todos los que habitan este país, lamentablemente nos enfrentamos a una situación dramática, en todos los aspectos de nuestra vida como Nación. Los argentinos no soportan más vivir con la inseguridad, la inflación, la incertidumbre permanente, la falta de oportunidades, el pisoteo a las instituciones, el abuso de poder, la escandalosa corrupción y ahora, la reforma judicial y el blanqueo de capitales a la medida de la impunidad total.

Este año tendremos la oportunidad de comenzar a cambiar. Las elecciones legislativas de octubre permitirán modificar la conformación del Congreso, paralizado por un gobierno que no permite tocar ni una coma de los proyectos que envía; el mismo que no trató, ni siquiera en comisiones, los más de 400 presentados por el radicalismo sobre temas de alto interés social. Ese es el lugar donde le pondremos freno a este gobierno, para lo que vamos a ofrecer nuestros mejores hombres y mujeres a consideración de la ciudadanía.

La UCR, como el principal partido de la oposición, asume el desafío de canalizar organizadamente, en todo el territorio nacional, el reclamo que la sociedad hace sentir en las calles. Vamos a honrar los 30 años democracia defendiendo la Constitución y siendo columna vertebral de una propuesta verdaderamente progresista, junto a las fuerzas con las que compartimos valores como la educación, la honestidad, la transparencia y la cultura del trabajo, los mismos que nos hicieron grandes y en los que seguimos creyendo.

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