La discusión sobre si Roberto Fontanarrosa se fue de esta vida o permanece entre nosotros no tiene entidad. Resulta abstracta. Más aún cuando a casi seis años de su muerte se publicó un nuevo libro suyo: "Negar todo". Son 24 cuentos que el legendario Negro de Rosario escribió en la última etapa de su vida. Y que no habían sido publicados. "¿Cómo pudo ser que haya escrito todos estos cuentos en plena enfermedad?", se preguntó ayer Juan Sasturain en la Feria del Libro de Buenos Aires. El amigo escritor, humorista "y principalmente lector, como eso vengo hoy aquí" —afirmó Sasturain— fue uno de los presentadores del texto póstumo.
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Lo acompañaron la rosarina Marina Naranjo, el actor Gustavo Garzón y el escritor y periodista mexicano Juan Villoro.
La respuesta a la pregunta de Sasturain la ofreció a La Capital, minutos después, Gabriela Mahy, la viuda del escritor fanático de Rosario Central que ayer estuvo sentada en la primera fila de la Sala Leopoldo Lugones, de una Feria del Libro desbordada de visitantes y de compradores. "Trabajó hasta el último día", aseguró.
"Negar todo" fue obra de Ediciones de la Flor, la editorial que eligió Fontanarrosa para publicar todas sus obras, durante décadas. Pero en los últimos años su reproducción fue bloqueada por una fuerte disputa judicial por derechos de autor que libra el único hijo del Negro: Franco. Sin embargo, y como novedad de un litigio aún no resuelto, un dictamen judicial habilitó a De la Flor a publicar este libro póstumo.
"Decidimos publicar el libro hace unos 20 días. Nuestro imprentero lo hizo en tiempo récord y el martes pasado trajimos los ejemplares al stand, aquí a la Feria, directo de la imprenta", explicó ayer Daniel Divinsky, creador y titular de De la Flor.
Garzón usó su tiempo en la mesa de presentación para contar: "Le debo a Fontarrosa el placer de la escritura" confesó. Garzón trabajó con mucho éxito sobre cuentos del rosarino en teatro: "Es el único autor que conozco capaz de escribir un cuento que yo lo leía en el teatro, sentado en una silla, sobre una mesa, y la gente se reía, se provocaba un hecho teatral", agregó el actor que trabajó en más 20 películas y una treintena de programas de televisión, desde 1982 hasta la actualidad.
Luego, Garzón contó: "Cuando dejé los cuentos de Fontanarrosa en el teatro y los empezó a trabajar otro actor, comprobé que la gente también se reía. Entonces descubrí que no había sido él que hacia reír, el talento es de Fontanarrosa".
Por su parte, la rosarina Naranjo le explicó al auditorio de la Feria de Libro cómo fue su relación con Fontanarrosa, que se inició a principios de los años 90. La ex secretaria de Cultura de la Municipalidad de Rosario, que trabajó por años como diagramadora de muchos libros de historietas de Fontanarrosa (Inodoro Pereyra y Boggie el Aceitoso, entre otros), rescató la sencillez del humorista en el trato personal y laboral. "Nos encontrábamos en bares, intercambiábamos los materiales, algunas impresiones del trabajo. Eso sí, nunca en su «mesa de los galanes», un lugar más bien cerrado para las mujeres", aceptó Naranjo sensible al recordatorio y agradecida por la experiencia.
A su turno, Sasturain situó a Fontanarrosa como un artista genial de tres géneros que cultivó de un modo simultáneo: "Fue humorista, dibujante y narrador". Y luego agregó: "Fue tremendamente prolífico, publicó 12 libros de cuentos con entre 25 y 30 cuentos cada uno, una enormidad". Para Sasturain, el autor el "El mundo ha vivido equivocado" consiguió lo que nadie: "Llevar las historias populares a la literatura sin tomar el camino de la canalización de lo popular. Más bien todo lo contrario". Y luego concluyó: "Buena parte de la crítica «ha vivido equivocada» con Fontanarrosa".
Además, el mexicano Villoro, que llegó a Buenos Aires especialmente para presentar el nuevo libro del Negro, agradeció que Fontanarrosa lo haya "elegido como amigo". También rescató una frase de un autor mexicano aplicable al rosarino. "El verdadero fin del humorista es hacer pensar", dijo Villoro quien, a su vez, introdujo una definición sobre una de las obsesiones del Negro: "Escribía cuentos con fútbol, y no cuentos de fútbol".
El séptimo local de una firma líder
Esta semana se inauguró un nuevo local de El Emporio de las Golosinas, la empresa que vende y distribuye estos productos desde hace más de 30 años. Su titular, Hugo Nicebe (centro de la foto), cortó la cinta que dio inicio al séptimo comercio de la empresa en la ciudad. "Es un lujo que Rosario sea central y Buenos Aires una subsidiaria", dijo orgulloso.
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