El CIS, que funciona en la
Facultad de Ingeniería, investiga sistemas de tratamiento del líquido, y
al mismo tiempo busca alternativas ecológicas para el transporte de
excretas. "Las decisiones sobre saneamiento son políticas", señaló su
directora.
El Centro de Ingeniería Sanitaria (CIS), que funciona en la facultad de
Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR),
trabaja en dos líneas de acción relacionadas con el agua potable y los
líquidos cloacales. Como resultado de proyectos de investigación
realizados en el CIS se desarrollaron dos sistemas de tratamiento de
aguas, denominados ArCISUNR y BioCIS-UNR, que cuentan con patente y
marca registrada. Otro de los trabajos realizados por el grupo de
investigadores apunta al desarrollo de alternativas ecológicas de
saneamiento que proponen eliminar o disminuir al máximo el uso de agua
potable como medio de transporte de las excretas. "Las decisiones sobre
el saneamiento son políticas, por eso sería importante demostrar que las
cuestiones sobre la disposición de los residuos sólidos, de los
líquidos cloacales, y el agua potable, que en muchas poblaciones están
postergadas, se pueden realizar a través de estos sistemas", señaló
Graciela Sanguinetti, directora del CIS y jefa del Laboratorio de
Química y Microbiología de Aguas.
Muchas poblaciones de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires se abastecen para el consumo diario de aguas subterráneas. El problema es que contienen concentración de arsénico y de flúor por encima de las normas de calidad de aguas para la bebida. Otras localidades poseen hierro y manganeso en las aguas subterráneas, y aunque la presencia de estos minerales no afectan directamente a la salud causan problemas de coloración del agua, manchado de sanitarios y ropa, aún cuando se encuentren en muy bajas concentraciones.
"El arsénico es un elemento que se encuentra en aguas subterráneas y proviene de cenizas volcánicas que en otras eras geológicas se depositaron en nuestros suelos", señaló Sanguinetti. Ante esta problemática, y desde hace muchos años, la investigadora señaló que el CIS investiga "la posibilidad de aplicar tecnologías apropiadas a nuestra economía, metodologías sustentables, para eliminar no sólo el arsénico sino la concentración de flúor, hierro, manganeso y sales de las aguas para hacerlas aptas para el consumo".
Como resultado de estos proyectos de investigación se desarrollaron dos sistemas de tratamiento de aguas, que cuentan con patente y marca registrada, denominados ArCISUNR y BioCIS-UNR. El proceso ArCIS permite remover arsénico y fluoruros mediante el agregado de una sal de aluminio y dos etapas de filtración. Este proceso se aplicó en plantas a escala real que están operando en Aldao (Santa Fe), y en Lezama y Puán (Buenos Aires).
El proceso BioCIS, en tanto, consiste en remover hierro y manganeso de las aguas subterráneas mediante biooxidación y filtración. Se aprovecha la capacidad de precipitar el hierro y el manganeso que poseen ciertas bacterias que están presentes naturalmente en el agua subterráneas. Esta planta está ubicada en Libertador General San Martín (Santa Fe).
La construcción de esas plantas está a cargo de Idear SA, una empresa cuyos profesionales son docentes e investigadores del Centro y donde se aplica lo que se investiga. Además, el CIS realiza una asistencia técnica y análisis de fluidos a un importante número de empresas locales y regionales.
El otro proyecto que se trabaja en el Centro es el tratamiento de excretas, heces y orina. "Se buscan alternativas de saneamiento ecológico, es decir, un enfoque diferente al que desde la Ingeniería Sanitaria venimos enseñando como el tratamiento convencional de los líquidos cloacales", explicó Sanguinetti.
La propuesta del saneamiento ecológico es sanitizar y reciclar; es decir, eliminar los microorganismos patógenos presentes en las excretas para poder reciclarla y para fertilizar los suelos. De este modo, nutrientes importantes que pertenecen al suelo, como el nitrógeno y el fósforo, retornan al suelo evitando la contaminación de las aguas.
"En nuestro país, tenemos culturalmente inserto el flush del baño. Apretamos un botoncito y una descarga de 10 a 15 litros de agua potable se lleva muestras excretas. Pero nunca nos preguntamos dónde va a parar y si impacta al medio ambiente, por lo que esta alternativa constituye una creciente amenaza para las décadas futuras donde se estima que la población se multiplicará exponencialmente", planteó Sanguinetti.
"El 90 por ciento o más de los líquidos cloacales en los países en vías de desarrollo se eliminan sin ningún tratamiento en recursos hídricos. Las alternativas ecológicas de saneamiento proponen eliminar o disminuir al máximo el uso de agua potable como medio de transporte de las excretas -continuó la investigadora-. Para ello se construyen "baños secos", con almacenamiento y tratamiento in situ de las heces y por otro lado, se construyen sistemas simples para disposición de las aguas grises, que provienen de cocinas y lavaderos".
Según Sanguinetti, estas alternativas se deberían tener en cuenta para nuevos emprendimientos, ponerlas en marcha en algunas casas y ver cómo funcionan. "Habría un menor gasto en salud por gente que se enferma si tuviésemos acceso a agua potable y una buena disposición de líquidos cloacales que son los que transmiten muchísimas enfermedades de origen hídrico", puntualizó la directora del CIS.
Menos del 1 por ciento del agua distribuida en nuestro planeta es la que se usa como fuente de agua para la bebida, el resto está distribuido en mares, océanos e hielos y vapor de agua. Por lo tanto, es una preocupación de los investigadores cuidar nuestros recursos hídricos y prevenir mayores deterioros en nuestro planeta en los próximos 50 años.
El Centro de Ingeniería Sanitaria (CIS) se creó en el año 1970 con el objetivo fundamental de ofrecer soluciones desde la ingeniería a los problemas de saneamiento básico y de contaminación de aguas, defendiendo las tecnologías apropiadas y el desarrollo sustentable. Los profesionales de la UNR, capacitados para enfocar las actividades desde la ingeniería, la química y la biología, trabajan en el Centro en docencia, investigación y la asistencia social.
Muchas poblaciones de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires se abastecen para el consumo diario de aguas subterráneas. El problema es que contienen concentración de arsénico y de flúor por encima de las normas de calidad de aguas para la bebida. Otras localidades poseen hierro y manganeso en las aguas subterráneas, y aunque la presencia de estos minerales no afectan directamente a la salud causan problemas de coloración del agua, manchado de sanitarios y ropa, aún cuando se encuentren en muy bajas concentraciones.
"El arsénico es un elemento que se encuentra en aguas subterráneas y proviene de cenizas volcánicas que en otras eras geológicas se depositaron en nuestros suelos", señaló Sanguinetti. Ante esta problemática, y desde hace muchos años, la investigadora señaló que el CIS investiga "la posibilidad de aplicar tecnologías apropiadas a nuestra economía, metodologías sustentables, para eliminar no sólo el arsénico sino la concentración de flúor, hierro, manganeso y sales de las aguas para hacerlas aptas para el consumo".
Como resultado de estos proyectos de investigación se desarrollaron dos sistemas de tratamiento de aguas, que cuentan con patente y marca registrada, denominados ArCISUNR y BioCIS-UNR. El proceso ArCIS permite remover arsénico y fluoruros mediante el agregado de una sal de aluminio y dos etapas de filtración. Este proceso se aplicó en plantas a escala real que están operando en Aldao (Santa Fe), y en Lezama y Puán (Buenos Aires).
El proceso BioCIS, en tanto, consiste en remover hierro y manganeso de las aguas subterráneas mediante biooxidación y filtración. Se aprovecha la capacidad de precipitar el hierro y el manganeso que poseen ciertas bacterias que están presentes naturalmente en el agua subterráneas. Esta planta está ubicada en Libertador General San Martín (Santa Fe).
La construcción de esas plantas está a cargo de Idear SA, una empresa cuyos profesionales son docentes e investigadores del Centro y donde se aplica lo que se investiga. Además, el CIS realiza una asistencia técnica y análisis de fluidos a un importante número de empresas locales y regionales.
El otro proyecto que se trabaja en el Centro es el tratamiento de excretas, heces y orina. "Se buscan alternativas de saneamiento ecológico, es decir, un enfoque diferente al que desde la Ingeniería Sanitaria venimos enseñando como el tratamiento convencional de los líquidos cloacales", explicó Sanguinetti.
La propuesta del saneamiento ecológico es sanitizar y reciclar; es decir, eliminar los microorganismos patógenos presentes en las excretas para poder reciclarla y para fertilizar los suelos. De este modo, nutrientes importantes que pertenecen al suelo, como el nitrógeno y el fósforo, retornan al suelo evitando la contaminación de las aguas.
"En nuestro país, tenemos culturalmente inserto el flush del baño. Apretamos un botoncito y una descarga de 10 a 15 litros de agua potable se lleva muestras excretas. Pero nunca nos preguntamos dónde va a parar y si impacta al medio ambiente, por lo que esta alternativa constituye una creciente amenaza para las décadas futuras donde se estima que la población se multiplicará exponencialmente", planteó Sanguinetti.
"El 90 por ciento o más de los líquidos cloacales en los países en vías de desarrollo se eliminan sin ningún tratamiento en recursos hídricos. Las alternativas ecológicas de saneamiento proponen eliminar o disminuir al máximo el uso de agua potable como medio de transporte de las excretas -continuó la investigadora-. Para ello se construyen "baños secos", con almacenamiento y tratamiento in situ de las heces y por otro lado, se construyen sistemas simples para disposición de las aguas grises, que provienen de cocinas y lavaderos".
Según Sanguinetti, estas alternativas se deberían tener en cuenta para nuevos emprendimientos, ponerlas en marcha en algunas casas y ver cómo funcionan. "Habría un menor gasto en salud por gente que se enferma si tuviésemos acceso a agua potable y una buena disposición de líquidos cloacales que son los que transmiten muchísimas enfermedades de origen hídrico", puntualizó la directora del CIS.
Menos del 1 por ciento del agua distribuida en nuestro planeta es la que se usa como fuente de agua para la bebida, el resto está distribuido en mares, océanos e hielos y vapor de agua. Por lo tanto, es una preocupación de los investigadores cuidar nuestros recursos hídricos y prevenir mayores deterioros en nuestro planeta en los próximos 50 años.
El Centro de Ingeniería Sanitaria (CIS) se creó en el año 1970 con el objetivo fundamental de ofrecer soluciones desde la ingeniería a los problemas de saneamiento básico y de contaminación de aguas, defendiendo las tecnologías apropiadas y el desarrollo sustentable. Los profesionales de la UNR, capacitados para enfocar las actividades desde la ingeniería, la química y la biología, trabajan en el Centro en docencia, investigación y la asistencia social.
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