En el último mes y medio, cuatro
mujeres primerizas, tres de ellas adolescentes, tuvieron a sus hijos en
el Hospital Roque Sáenz Peña usando un banquito para parir en cuclillas
que, hasta donde se sabe, es el único en la ciudad.
La Capital |
En el último mes y medio, cuatro
mujeres primerizas, tres de ellas adolescentes, tuvieron a sus hijos en
el Hospital Roque Sáenz Peña usando un banquito para parir en cuclillas
que, hasta donde se sabe, es el único en la ciudad. Se trata de una
pequeña silla con forma de herradura que las autoridades de este centro
asistencial hicieron construir por un artesano de Córdoba, ya que no se
fabrica en el mercado.
Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS) esta posición es la más adecuada para traer niños al mundo
y, sólo por citar un fundamento, ahí está la ley de la gravedad para
colaborar en la tarea de la parturienta, además, claro, del sentido
común.
"Es un logro fenomenal", dijo
entusiasmado el jefe de obstetricia del lugar, Gustavo Baccifava. Y
expresó que el método de parir en cuclillas está muy difundido en países
de Europa del norte (Holanda, Noruega, Suecia y Finlandia), donde el
parto se considera como un acto natural, con la menor intervención de
tecnología posible.
"Colocar a la mujer acostada o
semisentada es una cuestión cultural propiciada por la medicina en su
rol hegemónico, pero la posición vertical, con sus variantes, es la
manera natural", explicó el profesional.
El banquito llegó al hospital un año
atrás cuando decidieron que era hora de romper el paradigma y potenciar
el programa Maternidad Centrada en la Familia, que privilegia a la
parturienta por sobre usos y costumbres de las intervenciones que se
realizan en el área de obstetricia.
Aunque oportuna, la innovación en el
modo de parir requirió de un tiempo de afianzamiento al interior de los
propios equipos de salud.
Después de la aceptación profesional,
el banquito se incorporó al proceso del parto como una opción para hacer
los pujos, aunque después se diera a luz con posiciones convencionales.
"Fueron muchas las mujeres que lo usaron para pujar, pero sólo hubo
cuatro nacimientos", relató Baccifava. Y dijo que en ese momento tan
especial la mujer adoptaría posiciones cómodas si se la dejara optar y
no se la condicionara.
"Nosotros ofrecemos la opción de usar
el banquito, no obligamos a nadie", comentó el médico. Y dijo que en esa
situación el obstetra también se pone en cuclillas o se sienta en otro
banco al lado de la mujer para recibir al bebé. Esta forma de parir, en
la mayoría de los casos, hasta hace innecesaria la episiotomía (cortes
para ampliar el canal de parto).
"No se nos caen los anillos por
tirarnos al suelo", bromeó el especialista. Y dijo que la opción se toma
para los casos de partos normales, como debieran ser 9 de cada 10
nacimientos, tal cual lo afirma la OMS.
A favor. "Consideramos
que la mujer pueda parir de la forma que más cómoda le parezca", dijo
el director del Hospital Roque Sáenz Peña, Federico Cornier. Y valoró el
fundamento fisiológico de parir en cuclillas ya que, acostada, la mujer
debe redoblar esfuerzos para pujar.
Es justamente sobre esta convicción que
un año atrás se encargó a un artesano cordobés la construcción de la
silla con forma de herradura, de madera y construcción robusta. ¿Cómo se
utiliza? Dos opciones: hacer los pujos de rodillas y descansar sentada
en el banquito. O bien utilizarlo para todo el proceso del parto.
En la actualidad, en el hospital, al
aparato lo llaman "la sillita", como una síntesis cariñosa por las
satisfacciones que da. "Fue muy bueno, con mucha emoción para la familia
que en este lugar siempre acompaña a la parturienta", dijo el
subdirector del centro asistencial de la zona sur, Gonzalo Pait. Además
calificó como de "muy interesante y positiva" a la experiencia de nacer
casi al natural.
Un sitio público de referencia
El Hospital Roque Sáenz Peña cumplió el
jueves 79 años y el nuevo aniversario lo encuentra cada vez más
aggionado y con proyectos. A contrapelo del paso del tiempo, el lugar
innovó en recursos, disposición humana y concepción de la medicina
pública.
Al Sáenz Peña remiten 22 centros de salud, provinciales y municipales, de las zonas sur, sudoeste y Villa Gobernador Gálvez.
Desde hace meses incorporó terapias
como la medicina tradicional china (acumputura). Además, cuenta con
huerta de hierbas medicinales y hasta tiene en carpeta un curso sobre
este tema.
También proyectan habilitar un área de
trabajo de parto y reposo (TPR) donde las mujeres podrán realizar todo
el proceso de parto sin necesidad de ir a un quirófano o a una sala
especial del hospital. “La idea es que todo sea de la manera más
natural”, contó el director del Roque Sáenz Peña, Federico Cornier. Y
dijo el sitio que coordina tiene el mejor índice de cesáreas de la
provincia, 21 por ciento sobre dos mil partos anuales: muy por debajo de
las cifras que se pueden exhibir en otros ámbitos.
El recurso humano no va a la saga con
el compromiso. “Un artista está pintando un mural y los empleados ayudan
coloreando; compramos pinceles para todos”, relató Cornier satisfecho
de mostrar como el lugar se transforma en uno de los hospitales verdes
saludables. Todo un cambio.
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