Intento. Paulo Ki
"Central Córdoba... el deporte se ha
nutrido de una página brillante". Nunca más certera esa estrofa de la
marcha del charrúa. Tan brillante es la página que escribió en la noche
sanjuanina, que con el tiempo los protagonistas de este día inolvidable y
sus seguidores lo recordarán como un momento único, y quizás
irrepetible.
Cada uno que se identificó ayer con los colores del
conjunto de Tablada lo vivió y lo disfrutó de manera singular. Desde los
jugadores, quienes desde que conocieron que el rival sería Boca no
dejaron de pensar en eso, hasta sus hinchas, quienes planificaron desde
varios días antes cómo llegar hasta el Estadio del Bicentenario. Otros,
la mayoría de los fanáticos, se encerraron en sus casas, para que nadie
los moleste y lo siguieron por televisión. Sí, el charrúa en vivo y en
directo.
Esta San Juan respetuosa de la siesta y de la
tranquilidad miró con rareza a esos 500 hinchas saltando y gritando
frente a la puerta del hotel, búnker del plantel, a metros de la plaza
25 de Mayo, la principal de la ciudad cuyana.
Con orgullo, cada simpatizante recordaba que el
primer enfrentamiento entre xeneizes y charrúas fue para Central
Córdoba, con un gol decisivo de Delogu para el 2-1 por la Copa Suecia
1958. Y que el segundo también lo ganó, por 3-2, en ese mismo año. Ni
interesaba hablar de los otros cuatro encuentros que ganó Boca entre el
58 y el 59.
Los jugadores, en especial los más pibes, también
gozaron, pero el presente y sin pensar tanto en ese pasado. No todos los
días se tiene cara a cara a uno de los conjuntos más grandes del
planeta, aunque la mayoría que lo integraron hayan sido suplentes.
Sabían que era una ocasión que, posiblemente, no vuelvan a vivir. El
dato refrenda esa presunción: Central Córdoba es el primer equipo de una
cuarta categoría que juega contra Boca, no sólo en partidos oficiales
sino amistosos.
Lo de ayer fue distinto a todo. Desde que Central
Córdoba dejó la primera división en el lejano 1959 luego de dos
temporadas, militó en distintas categorías del ascenso. En San Juan
cambió esa escenografía de todos los fines de semana. Tribunas con 15
mil espectadores y la atención del fútbol nacional significaron una
experiencia única, inigualable para los futbolistas charrúas, sus
fanáticos y el club.
Si hasta se confeccionó una camiseta especial de
Central Córdoba para la ocasión. Otra señal de lo que representó tener
del otro lado al equipo de la Ribera.
Al fin y al cabo fue la historia del pobre contra el
rico jugando mano a mano. Como en las películas, pero real. Por obra y
gracia de este Central Córdoba que se ganó ese derecho en la cancha,
dejando fuera de carrera a Talleres de Remedios de Escalada, Libertad de
Sunchales y Boca Unidos de Corrientes.
Tuvo la sensación de que podía tumbar a un gigante
como Boca, con las corridas endiabladas de Juan Carlos Lescano y un par
de cabezazos de Figueroa. Pero en cada dividida, la fortaleza física de
su adversario le jugó en contra. Y el esfuerzo lo sintió. Por la
diferencia de categoría. Pese a todo, no se achicó, se mantuvo de pie,
queriendo emular la victoria de David sobre Goliat.
No sucedió porque Blandi expuso la diferencia de
jerarquía, giró con Yocco en su espalda y quedó de cara al gol, fue el
1-0. Ya no hubo milagro porque Boca gritó el 2-0 a los 67'. Igual, es
para guardar por siempre el recorte del diario con el partido y hojear
dentro de varios años esta página, amarilla por el paso del tiempo, pero
"una página brillante".
Valió la experiencia
Por Domingo Celsi / Ovación (San Juan-Enviado especial). _
Aunque Central Córdoba quedó al margen de la Copa Argentina, sus
muchachos se fueron de San Juan con la tranquilidad de que aun en la
derrota dieron todo frente a Boca. Pese a que no tuvieron demasiadas
chances —salvo el cabezazo de Figueroa, en el primer tiempo, y la dudosa
jugada en la que se reclamó penal sobre Lescano, en el segundo—, los de
Tablada siempre intentaron jugar y más allá de que fueron superados
físicamente por un rival de otra categoría se retiraron aplaudidos por
su gente, que entendió el sacrifico que hicieron para dejar bien parados
los colores del Matador.
Hasta el minuto 41, cuando Blandi logró ganarle la posición a Yocco y
puso en ventaja a Boca Juniors, los charrúas tuvieron un primer tiempo
bastante tranquilo, más allá de que los xeneizes tuvieron el control de
la pelota y el Pochi Chávez dejó escapar una chance de gol clara, luego
de una muy buena maniobra con el propio Blandi.
Córdoba trató de no desesperarse, sabiendo que tenía enfrente al
mejor del fútbol argentino y aunque el xeneize tenía el control, los del
Negro Palma se las ingeniaron para meter un par de llegadas a través de
centros de Lescano, en los que Figueroa superó de cabeza a la defensa y
les dio un susto a los de Falcioni. A partir de ahí Boca, impulsado por
su gente, se adelantó un par de metros y mejoró en ofensiva, pero a
pesar de eso terminó llegando a la apertura de la manera menos esperada,
ya que cuando parecía que Yocco tenía controlada la situación apareció
Blandi y clavó el 1 a 0.
En el complemento, Boca comenzó a hacer pesar la mayor jerarquía
individual de algunos de sus jugadores, como Chávez y Ledesma, para
afirmarse definitivamente en el partido frente a un equipo de Tablada
que, aun en la adversidad, mostraba sus ganas de complicar a los
dirigidos por Falcioni.
Con el ímpetu de Lescano y algunos movimientos interesantes de
Figueroa, Córdoba merodeó por el área de Sosa, pero nunca pudo quebrar a
los xeneizes.
Como contrapartida, Boca terminó definiendo el pleito a través de
Araujo, con ayuda de Rodríguez, después de una muy buena jugada por
izquierda del ingresado Gaona Lugo.
Ese fue prácticamente el final de un partido esperado por mucho
tiempo por Central Córdoba, que no tuvo el final que todos querían, pero
que igualmente sirvió para que estos jugadores se dieran el gusto de
enfrentar al mejor equipo del fútbol argentino, más allá de los nombres
que anoche salieron al terreno de juego del Bicentenario de San Juan. l
La banda charrúa
Los hinchas de Central Córdoba no quisieron dejar
pasar uno de los grandes momentos de su historia y se volcaron en gran
número a San Juan para ver en vivo y en directo a los muchachos de
Tablada, nada menos que enfrentando al campeón del fútbol argentino.
En la puerta del hotel donde se alojaron los charrúas, ya desde el
martes por la noche podían verse a muchos rosarinos que habían llegado
para alentar a los dirigidos por el Tordo Palma. También estuvo el ex
jugador charrúa, Pablo Cantero, actualmente en San Martín de San Juan.
El grueso de la parcialidad llegó ayer por la mañana, y allí el hotel
y la plaza que están enfrente se convirtieron en el campamento para
darle el apoyo a un plantel que estaba por vivir, quizás el partido de
su vida, más allá de que el objetivo central de la temporada sea buscar
el ascenso de categoría.
Entre la cantidad de hinchas que fueron a apoyar al plantel se
pudieron ver a muchos que sábado a sábado están con el equipo, pero
también estaban Eduardo Piedrabuena, presidente de la peña charrúa de
Buenos Aires y residente en Lomas de Zamora desde hace 35 años, junto a
Oscar Iglesias y Edgardo Carro, dos porteños de ley, fanáticos del
equipo de Tablada, que salieron en la tarde del martes desde Liniers
para estar junto al equipo de sus amores en esta cita tan especial.
Después de alentar al plantel en la puerta del hotel durante varios
minutos, los hinchas salieron en caravana hacia al estadio en
colectivos, combis y autos particulares, siempre escoltados por la
policía sanjuanina para evitar cualquier tipo de inconvenientes. Ya en
la cancha, coparon la tribuna que les había sido asignada con sus
banderas y no pararon de darle el apoyo al Matador, mientras esperaban
la hora del partido.
Los hinchas organizaron su propia fiesta, aún estando a más de mil
kilómetros del escenario que habitualmente tiene como protagonista al
equipo de la sexta. l
ller encaró y se llevó la pelota ante la marca de Blandi, quien quedó en el suelo. | | |
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