Profesionales de la Facultad de Bioquímicas de la UNR descubrieron lo que podría ser una novedosa forma de inhibir la liberación de toxinas por parte de la bacteria que produce la gangrena.
Una investigación de profesionales de la Facultad de Bioquímicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del Conicet avanza sobre una nueva propiedad de la azúcar de mesa que podría derivar en un anticipo a un antibiótico que evite la gangrena.
El trabajo está a cargo de un grupo que encabeza el doctor Roberto Grau y cuyos alcances serán publicados en una revista especializada a nivel internacional.
La investigación agrega un tercer potencial de las propiedades del azúcar que permite inhibir la liberación de toxinas por parte de la bacteria clostridium, que es la que produce la gangrena.
Los hallazgos anteriores en la materia también pertenecen a un argentino, el médico cirujano León Herszage que descubrió que el azúcar deshidrata heridas y con ello hace lo propio con la bacteria y la mata; de ahí surge su poder desinfectante. La otra función es que revitaliza el tejido en la zona infestada y forma una capa protectora de la herida.
Con el estudio realizado por los profesionales de la UNR, se suma ahora la posibilidad de desarrollar un antibiótico, con el cual se podría tratar también el síndrome del pie diabético -que suele derivar en una amputación-, algunos casos de cáncer de colon e incluso infecciones o ulceraciones de la piel en general, según dijo Grau al programa de Radio 2 El diario de mañana.
El trabajo está a cargo de un grupo que encabeza el doctor Roberto Grau y cuyos alcances serán publicados en una revista especializada a nivel internacional.
La investigación agrega un tercer potencial de las propiedades del azúcar que permite inhibir la liberación de toxinas por parte de la bacteria clostridium, que es la que produce la gangrena.
Los hallazgos anteriores en la materia también pertenecen a un argentino, el médico cirujano León Herszage que descubrió que el azúcar deshidrata heridas y con ello hace lo propio con la bacteria y la mata; de ahí surge su poder desinfectante. La otra función es que revitaliza el tejido en la zona infestada y forma una capa protectora de la herida.
Con el estudio realizado por los profesionales de la UNR, se suma ahora la posibilidad de desarrollar un antibiótico, con el cual se podría tratar también el síndrome del pie diabético -que suele derivar en una amputación-, algunos casos de cáncer de colon e incluso infecciones o ulceraciones de la piel en general, según dijo Grau al programa de Radio 2 El diario de mañana.
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