Anoche, el Central habilitó a las entidades hasta US$ 2.000 millones extras. La brecha entre la cotización oficial y el paralelo se cuadruplicó.
El dólar cerró ayer su semana más agitada en años por la voracidad del público para comprarlo y la desconfianza de los que ya lo tienen y decidieron sacarlos del sistema financiero. La nueva “minicorrida” generada por la medida de la AFIP de controlar las ventas se llevó en lo que va de noviembre US$ 1.500 millones en depósitos en dólares en bancos, según fuentes del mercado y analistas, en tanto el billete “negro” llegó a los $ 5,1 por unidad, el oficial sumó tres centavos en el mes y las reservas del Banco Central se desplomaron más US$ 900 millones en diez días. El Gobierno salió en las últimas horas a calmar el ánimo de los ahorristas con declaraciones públicas del jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, y charlas con banqueros y empresarios del vicepresidente electo, Amado Boudou, y la titular del Banco Central, entre otros funcionarios, “pero la gente siguió y sigue demandando”, coincidieron en la City porteña. “Se produjeron 181.764 transacciones en compraventa y se movilizaron $ 15.700 millones en diez días”, dijo Echegaray; es decir, que aún con las trabas, se operaron casi US$ 3.700 millones hasta el jueves. Para sumar tranquilidad, el Banco Central habilitó ayer a última hora más efectivo a los bancos, a través de una resolución por la que flexibilizó los requisitos para el manejo de los dólares. A partir del lunes, los bancos podrán retirar los depósitos que tengan en el Central casi sin límites (deberán seguir respetando el encaje del 20%), para hacer frente a la demanda del público y los créditos a exportadores. Si bien impactará en las reservas, buscará evitar la psicosis que generaría un faltante de efectivo.
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