El nuevo sistema de pago del colectivo tuvo un buen debut. Durante los primeros quince días de prueba, con las tarjetas sin contacto ya se cancelaron 8 mil viajes y, además, ayer empezó a trabajar uno de los centros habilitados para recargarlas. Si todo sigue así, en dos meses los usuarios podrán acceder a los plásticos que lentamente empezarán a reemplazar a la actual tarjeta magnética. No obstante, durante todo este año convivirán los dos sistemas.
"Si bien todavía es preliminar, la evaluación de estos días de prueba del sistema es muy buena", indicó la titular del Ente del Transporte de Rosario (ETR), Mónica Alvarado.
Hace dos semanas, la Secretaría de Servicios Públicos del municipio distribuyó las primeras mil tarjetas a miembros de vecinales y organizaciones intermedias elegidos para testear su funcionamiento en todos los colectivos de las empresas La Mixta y Semtur, cuyas unidades ya cuentan con las nuevas canceladoras, y en 9 líneas de la firma Rosario Bus, que de a poco se suma al sistema.
Buenos comentarios. Desde entonces, según datos del ETR, se estima que unas 500 personas ya están usando las tarjetas recargables. Y a bordo de los colectivos se cancelaron 8 mil viajes con esta forma de pago sin que hayan mediado inconvenientes.
"Además, estamos en contacto con las personas que participan de esta etapa de prueba y los comentarios son muy buenos. Nos dicen que no tuvieron problemas y que el sistema resulta mucho más seguro y más cómodo, ya que las tarjetas no se rompen y se les puede cargar la cantidad de viajes que se necesiten", apuntó Alvarado.
Para los técnicos encargados de monitorear la evaluación, el punto más sensible del sistema tiene que ver con la seguridad de los datos. "Tenemos que garantizar que si una tarjeta se anula no pueda utilizarse, o que no se puedan clonar o alterar los saldos", explicó el gerente de sistemas del ETR, Esteban Morales.
En dos meses. Si todo marcha bien, en dos meses los usuarios del transporte podrán comprar las tarjetas plásticas en los puestos donde se vende actualmente la tarjeta magnética. Los dispositivos cuentan con un microchip donde se podrá cargar el dinero con el que se pagarán los pasajes.
Una vez a bordo del colectivo, basta con acercar la tarjeta a la canceladora, que descontará el crédito e imprimirá el boleto, donde constará además el saldo que queda para futuros viajes. El aparato permite también abonar con monedas.
De todos modos, la transición al nuevo sistema será por etapas, y al menos hasta el año próximo las tarjetas de cartón seguirán en uso.
Personalizadas
Cuando salgan a la venta, las tarjetas inteligentes costarán 8 pesos. Ese monto se sumará a la primera carga, cuyo mínimo será de $ 3,80 pesos y el máximo de 100. Se contemplarán descuentos a los pasajeros de uso frecuente. Los plásticos serán personalizados para poder mantener el saldo en caso de pérdida o robo de la tarjeta.
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