Después de obtener más del 56 por ciento de los votos a senador departamental, Miguel Lifschitz entiende que ahora es uno de los dirigentes socialistas con peso propio en la escena nacional. Desde ese lugar señala: "Cuando uno está en política siempre tiene ganas de jugar en los lugares más exigentes".
Después de cosechar más del 56 por ciento de los votos, Miguel Lifschitz concede -aunque no lo dice- que desde ahora es uno de los socialistas con luz propia desde Santa Fe hacia la escena nacional, como Hermes Binner, como Rubén Giustiniani hasta la interna, como empiezan a fabricarla Antonio Bonfatti y Mónica Fein. Entonces, elude imaginar si acaso él hubiera conseguido más que los 674 mil votos que le renovaron la gobernación al Frente Progresista por apretado margen, habida cuenta de que a él lo eligieron senador con 354 mil en el departamento Rosario. "Son especulaciones, no se puede comparar. Aquello (su postulación frustrada a la Casa Gris) es una etapa cerrada y di vuelta la página", dijo. Aunque más adelante admitió que no perdió las ganas de "jugar en los lugares más exigentes de la política". Lifschitz relativizó la raigambre del voto PRO. "No habrían hecho esa elección sin Del Sel", dijo. Y diferenció al socialismo en el arco opositor: "No hacemos oposición salvaje a Cristina", aclaró. De lleno otra vez a la rutina del Palacio de los Leones, el hombre que en 2003 tuvo que remar hasta para acostumbrar a pronunciar su apellido repasó conclusiones con Rosario/12 sobre lo que pasó y lo que vendrá. "Hay un crecimiento del socialismo y tiene que ver con la consolidación de esta propuesta que venimos construyendo hace casi 30 años y que está dando frutos: hoy tenemos figuras consolidadas en lo local, en la provincia y con una proyección nacional importante. Por eso aposté al recambio, porque se abren oportunidades, la organización crece y nuevos cuadros asumen más responsabilidades", dijo. Se sabe mentor de la candidatura de Mónica Fein como vértice de un partido que arriesgaba su gestión municipal si iba dividido en la interna del Frente Progresista. "Una elección puede valorar una gestión, pero los votos no se trasladan automáticamente. Mónica sacó casi los mismos votos que yo. Sus cualidades también tallaron", señaló. -¿Qué habría pasado si usted hubiera sido el candidato a gobernador? -Es sólo una especulación incomprobable. Una cosa es el escenario de senador, con determinados competidores, otra cosa es la elección de gobernador. No es correcto comparar. Aquello es una etapa cerrada, di vuelta la página y ahora a mirar para delante y a construir cada uno desde su responsabilidad. -Con tantos votos a Del Sel, después de 20 años de gestión, ¿creía que Rosario era más progresista? -Yo hago otra lectura y digo que casi el 70 por ciento de los rosarinos votaron propuestas progresistas. Algunos votaron una izquierda independiente y democrática como la nuestra, y otros sectores del peronismo votaron su alternativa progresista. En cambio, otro sector más conservador del PJ votó a Del Sel. -¿Evalúa si el Frente Progresista salió debilitado de esta elección? -No, porque sacó el caudal de votos firmes de un sector de la sociedad concentrado en Rosario y en Santa Fe, mayoritariamente, que siempre apuesta ideológicamente a nuestra propuesta. Estábamos entre 35 y 40 puntos y eso tuvimos. En el 2007 el contexto era otro. La elección estaba polarizada entre dos, estaba el deseo de sectores independientes de castigar al PJ y terminar con un cuarto de siglo en el poder provincial. Ese voto independiente se sumó a Binner, y esta vez ha sido captado por Del Sel, pero ahora hubo tres candidatos, uno de ellos apalancado por la Nación. Entonces, sacar 38% es un buen resultado. -¿Puede leerse como un indicio de cómo se expresará Santa Fe el 14 de agosto? -Hoy Cristina estaría sacando el doble de votos que sacó Rossi. Evidentemente, no hubo coherencia en el análisis de los electores: la perdonan a Cristina, pero no lo perdonaron a Agustín. -¿Habrá entonces votantes del Frente Progresista que elegirán a Cristina? -Puede haber un cruce, pero en menor proporción. En su gran mayoría, el voto del Frente será para Binner, y tal vez alguna porción para Alfonsín. -Si Del Sel no hubiese estado y la elección se polarizaba, la elección habría sido un cabeza a cabeza entre Bonfatti y Rossi? -No. Habría sido una diferencia mucho más abultada a favor de Antonio, porque el voto a Del Sel fue anti gobierno nacional, anti kirchnerismo. -Pero son los 20 puntos que el Frente Santa Fe para Todos perdió desde las primarias. ¿Entonces hubo radicales que votaron a Del Sel? -Es posible que 3 o 4 puntos en algunos pueblos donde el radicalismo tiene mucha fuerza hayan ido a Del Sel, aunque no como algo deliberado de la estructura de la UCR. -¿Por qué Bonfatti no capitalizó ese voto anti K? -Porque no hacemos oposición salvaje a Cristina. Somos opositores porque tenemos distintas posiciones, pero nuestra propuesta es avanzar sobre lo que hizo este gobierno, profundizar algunas cosas y corregir muchas otras. No planteamos ese polo que constituyeron el PRO, parte del radicalismo y la Coalición Cívica. -¿Puede ocurrir que el Frente Progresista no logre captar votos más allá de los sectores que ya ha convencido? En el kirchnerismo se plantean algo así. -Es difícil convencer al opositor frontal y convencido. Pero siempre hay una franja independiente que es necesario generarle expectativas, confianza. Es un desafío de todos los partidos, y se disputa de elección en elección porque depende de cada escenario, de los candidatos que tiene más facilidad para llegar que otros. El PRO no habría hecho esta elección si en lugar de Del Sel hubiera estado un candidato de la política. Su popularidad es una gran ventaja para arrancar de cero. -¿Pecaron de exceso de confianza al dejar de medir el panorama en la semana previa a la elección? -Las encuestas previas daban una distancia mayor con Del Sel. Calculábamos 41 puntos para Antonio, 3 más de lo que tuvo, y entre 25 y 27 para Del Sel y Rossi, sin saber claramente quién sería el segundo. Lo que pasó fue en los últimos días: 6 o 7 puntos de Rossi se corrieron a Del Sel y 3 puntos de Bonfatti también. -¿Cómo queda posicionado Binner? -Está bien desde antes de largarse. Yo insistía en que debió haberse lanzado mucho antes. El socialismo tiene nuevas figuras reconocidas, y tiene sintonía con esa franja de la sociedad que se identificó con el Frente Grande en el '94. Este espacio está latente y sólo podemos representarlo nosotros, porque el radicalismo se ha corrido y no hay otra fuerza política que pueda expresar a este sector concentrado en las clases medias urbanas mayormente. -¿En el 2015 será su turno para pelear la Gobernación? -No lo sé. En cuatro años pueden pasar muchas cosas; en el medio está la elección de diputados nacionales en 2013. Seguiré con la construcción política, tendré más tiempo para eso. Luego, si hay otra posibilidad que pueda servir, la evaluaré, pero hoy eso no está en mi cabeza. -¿Perdió las ganas de ser gobernador? -No, ganas tengo siempre. Cuando uno está en política siempre tiene ganas de jugar en los lugares más exigentes.
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