A cinco años de la entrada en vigencia en la provincia de la ley antitabaco, la exposición al humo de cigarrillo logró reducirse notoriamente. Sin embargo, el descenso del número de fumadores fue apenas perceptible. Así lo registra la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, que incluye el tabaquismo.
Para el titular del Programa Nacional de Control de Tabaco, Mario Virgolini, “se necesita más tiempo y medidas amplias”, para ver los efectos de la ley nacional aprobada apenas en junio pasado; mientras que la coordinadora de la Unidad de Promoción de la Salud de Santa Fe, Beatriz Martinelli, afirmó que esos resultados “muestran que cada año nuevos individuos se incorporan al hábito de fumar”, y apuntó a los adolescentes. El dato se desprende de la comparación del estudio de factores de riesgo realizado por el Ministerio de Salud de la Nación en 2005, año en que Santa Fe aprobó la llamada ley antipucho, y los datos relevados en 2009 que se presentaron oficialmente a fines del año pasado. Los resultados indican que la exposición al humo del tabaco en la provincia se redujo del 51,6 por ciento al 37,4 por ciento, más de 14 puntos; mientras que el número de fumadores entre la población mayor de 18 años apenas varió del 27,3 por ciento al 26,6 por ciento, es decir menos de un 1%. Es más, entre los fumadores es notorio el aumento de la prevalencia en la población con necesidades básicas insatisfechas, donde ese número asciende al 36,3 por ciento. A nivel nacional, la reducción de la cantidad de fumadores fue mayor, ya que varió más de dos puntos, del 29,7 por ciento al 27,1 por ciento. De este modo, Santa Fe queda por debajo del promedio nacional, mientras que entre las provincias que lo superan ampliamente se cuentan San Luis (35%), Santa Cruz (32,1%), Tierra del Fuego (39,9%) y Catamarca (30,7). Baja El responsable del Programa Nacional de Control de Tabaco consideró que “si bien existe una baja en la cantidad de fumadores”, destacó que “aún no es significativa”, y consideró que “para avanzar en ese sentido se necesita tiempo y medidas más amplias, como la ley nacional aprobada en junio pasado que permite llevar adelante un paquete de medidas que ayudarán a la baja del consumo”. Sin embargo, sí reconoció como un efecto directo de la normativa provincial aprobada en Santa Fe, que restringe la posibilidad de fumar en espacios cerrados, “el descenso notorio de la exposición de las personas al humo del cigarrillo”. Es más, Virgolini relacionó directamente esa situación con la disminución del 28,3 por ciento del número de internaciones por infartos en los hospitales de la provincia, una medición que llevó adelante el propio Ministerio de Salud de la Nación –junto con la Organización Mundial de la Salud y la universidad estadounidense John Hopkins– comparando el número de internaciones previa y posteriormente a la aprobación de la normativa. Nuevos fumadores Para la responsable de la Unidad de Promoción de la Salud de Santa Fe, el hecho de que la reducción de la cantidad de fumadores sea apenas perceptible se debe, entre otros factores, “a que año a año nuevos individuos se incorporan al hábito de fumar, especialmente adolescentes y jóvenes, que es el grupo más sensible a la publicidad de la industria y a la influencia de sus pares”. De hecho, según datos del programa nacional, la edad de inicio en el tabaquismo sigue estando entre los 12 y 13 años. Por eso, para la funcionaria santafesina “una herramienta fundamental para disminuir el número de fumadores, y sobre todo entre los adolescentes que manejan menos recursos económicos, es el aumento del precio del paquete de cigarrillos a través del incremento de los impuestos al tabaco”. Si bien puntualizó que “ésa es una de las medidas que incluso recomienda la Organización Mundial de la Salud”, indicó que no fue adoptada en la normativa nacional recién aprobada. Mariela Alderete es la coordinadora adjunta de la Alianza Libre de Humo de Tabaco Argentina (Aliar), una coalición de organizaciones de la sociedad civil que promueve políticas de ambientes ciento por ciento libres de humo de tabaco. Si bien destacó que la normativa que rige en Santa Fe “es impecable”, consideró que “la falta de un órgano que controle que la ley se cumpla, puede ser una de las causas de que los jóvenes se inicien en el cigarrillo y así no descienda el número de fumadores”. En ese sentido, estudios realizados por Aliar mostraron que en la provincia “el resultado de la ley fue muy bueno en bares y restoranes, porque las mediciones de contaminación ambiental así lo indican; sin embargo, eso no sucede durante la noche en pubs y discotecas, donde se continúa fumando y hay debilidad en los controles, e incluso en las universidades”. Para Alderete “éstos continúan siendo espacios vulnerables, y justamente son los lugares donde hay gran concurrencia de jóvenes”. Sin embargo, destacó el hecho de haber logrado espacios libres de humo –incluso esa sola medida reduce el consumo de cigarrillos un 30% entre los propios fumadores–, y puntualizó que “también desde el punto de vista económico, a través de un estudio realizado con la UNL, se demostró que la aplicación en Santa Fe de la ley antitabaco no produjo pérdidas en el sector gastronómico, que era uno de los principales argumentos de la industria tabacalera”.
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