Los principales empresarios de la ciudad plantearon al gobierno provincial su "enorme preocupación" por el "recrudecimiento del delito en Rosario". Además, le manifestaron al ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, sus temores respecto a posibles hechos de vandalismo "disfrazados de reclamos sociales" en diciembre. Y reclamaron "saturación policial" en las zonas más conflictivas para prevenir hechos de violencia.
La Capital |
Lamberto y todo su equipo concurrieron anoche a la Asociación Empresaria de Rosario. Lo recibieron el titular de la entidad, Ricardo Diab, y 50 presidentes de cámaras empresariales de la ciudad.
El encuentro tuvo mucho de catarsis: cada orador contó alguna situación de inseguridad que le tocó vivir personalmente o a un conocido en el último tiempo. Cada relato incluyó pedidos de presencia de las fuerzas de seguridad en su barrio o lugar de trabajo.
"No tenemos estadísticas, pero todos notamos que después de unos meses tranquilos, como fueron mayo y junio a raíz del desembarco de las fuerzas federales, lamentablemente, en estas últimas semanas se registró un recrudecimiento preocupante del delito", indicó Diab.
El presidente de la Asociación Empresaria resumió los reclamos elevados al ministro Lamberto. "Por un lado hicimos un planteo vinculado a la coyuntura, para que la situación no se complique aún más. Y en paralelo hablamos de lo que puede pasar a fin de año", enumeró.
En ese sentido, Diab dijo que los empresarios "le dan entidad a las versiones que están dando vuelta sobre posibles hechos de vandalismo disfrazados de reclamos sociales durante el mes de diciembre, como ocurrió el año pasado".
Para el titular de la Empresaria, "es fundamental que el gobierno provincial esté atento a estas versiones y trabaje de manera preventiva para evitar situaciones de violencia organizada que terminan siendo muy dolorosas".
Diab fue más allá y luego aseveró: "No somos expertos en seguridad, las soluciones y respuestas las tienen que aportar los especialistas, el gobierno y la policía. Pero creemos que debe haber saturación policial en especial en las zonas más conflictivas de la ciudad, como mecanismo disuasorio ante la delincuencia y para que la sociedad esté más tranquila".
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