El economista Matías Tombolini explica a qué se debe este fenómeno: inflación, evasión fiscal y ahorro de retenciones de los bancos, en foco.
Los comercios de hoy se desesperan por que sus clientes abonen con efectivo. Dos trajes al precio de uno, accesorios "de regalo", prendas a mitad de precio son sólo algunas de las ofertas con que las que vendedores pretenden tentar a los consumidores. El economista Matías Tombolini explica cuáles son las causas de esta necesidad tan evidente en los dueños de locales y avisa: "En tiempos donde la inflación es fuerte, el efectivo marca la tendencia".
Todo aquel que haya salido recientemente a comprar indumentaria de casi cualquier tipo habrá notado que abundan las promociones para adquirir prendas con variadas tarjetas de crédito y débito. Sin embargo, el cash tiene el poder. Si se abona en efectivo, el vendedor puede llegar a hacer concesiones que resultan dignas de desconfianza. Tombolini, economista especializado en consumo, explica: "Los pagos en tarjeta se pueden acreditar entre 48 horas y un mes".
Sin embargo, el dato parece insuficiente para entender, por ejemplo, por qué un local de ropa formal decide vender dos trajes al precio de uno en caso de que el comprador abone en efectivo. "Al pagar en efectivo, se puede llevar a cabo la evasión fiscal con mayor facilidad", sugiere el economista, quien detalla que esta actividad ilegal resulta posible en caso de que el dueño de comercio no tenga que registrar la venta, opción a la que accede si el cliente abona con billetes y no exige su ticket de compra.
La inflación, uno de los problemas más sufridos por la llamada clase media, resulta un gran motivador para que los vendedores soliciten con mayor urgencia el pago de sus artículos en billetes. "Por la inflación, es muy mejor pagar en efectivo. Si tenés una inflación que se supone en 35 por ciento al mes, el hecho de tener el dinero en el momento de la venta le permite al dueño de local moverse de otra manera con respecto a sus exigencias económicas", explica el especialista, quien deja en claro las pérdidas sufridas por el comerciante, en caso de cobrar un artículo que vendió hace seis meses, si se tiene en cuenta la desvalorización contante de la moneda.
Otro punto a tener en cuenta para entender la desesperación de los comerciantes por el efectivo se relaciona con el interés que cada banco impone sobre las cuotas de cada pago. "Depende de cada tarjeta el interés establecido sobre cada cuota", relata Tombolini, quien deja en claro que esta retención también repercute a las ganancias de los vendedores.
Por último, la mayoría de los comercios de indumentaria se ven en la necesidad de deshacerse de los artículos de la temporada "pasada", por lo que pueden encontrarse incluso mayores ofertas con relación a estos productos.
Diario Veloz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario