El Tate y el Carbonero juegan este sábado desde las 19, con arbitraje de Fernando Echenique. Pagan todos porque la dirigencia de Unión dispuso que sea el Día del Club. El técnico tatengue, Leonardo Madelón pone el mismo equipo que, en el Jardín de la República, le ganó a Atlético Tucumán.
El Litoral |
Luego del gran golpe en Tucumán —Unión no había ganando nunca de vistiante y Atlético no había perdido nunca de local—, el equipo de Leo Madelón recibirá este sábado a las 19 en un repleto 15 de Abril a Ramón Santamarina de Tandil, hoy ubicado penúltimo en las posiciones del grupo pero verdaderamente último en los papeles cuando la semana que viene se le acrediten en la cuenta corriente los tres puntos a Huracán frente a Temperley (el “Globo” va ganando 2-0 cuando faltan 12 minutos que se completarán el próximo miércoles).
Claro que, a diferencia de la otra zona, el último que llega a Santa Fe está a dos partidos del quinto que está ascendiendo: hoy comparten los dos lugares finales que van a Primera División, el mencionado Temperley con acciones en baja y Sarmiento de Junín con acciones en alza, ambos con 17 unidades.
Unión, que sostenía su sueño de volver a la “A” con un gran rendimiento de local, le puso flores a su campaña ganando en Tucumán. Con ese golpe, alcanzó a los tucumanos con 19 unidades en el segundo lugar, con un líder —Crucero del Norte— que está “cortado” con 23 puntos y que en esta fecha quedará libre.
La de este sábado será la primera vez que Unión pise el césped del 15 de Abril después de una linda alegría en condición de visitante. Es por eso que se espera un marco multitudinario, porque si bien queda mucho por recorrer —24 puntos más por jugar—, en caso de quedarse el “Tate” con los tres puntos de mañana, habrá superado la famosa línea de los 20, llegará a 22 y ese objetivo comunitario que se refleja en la frase “con 30 puntos se asciende”, quedará a la vuelta de la esquina para el equipo de Madelón.
Si bien en la semana se especuló con la posible vuelta de Fabro al mediocampo, finalmente el comando técnico optó por poner el mismo equipo que pegó el grito de Guerra en Tucumán, con lo cual seguirá Nereo Fernández bajo los tres caños y el “Memo” Montero en la zona de volantes.
Unión sigue sosteniendo, como equipo, su gran capacidad para llegar al arco rival: es el más goleador sumando las dos zonas. No por casualidad Claudio Guerra, con sus seis gritos, es el artillero del ascenso hasta acá. Pero, además, se fue haciendo fuerte con una gran disciplina táctica, encontrando una regularidad también para poder defender. ¿La receta?: tres jugadores de la casa (Brítez, Barisone, Zurbriggen), el aporte de Leo Sánchez con su voz de mando y ahora la vuelta de Nereo Fernández por un uruguayo Matías Castro que demostró estar a la altura de las circunstancias cuando le tocó atajar. En la zona de medios, es indudable el crecimiento del chico Martínez —definitivamente acostumbrado al puesto—, resulta parejito el aporte de Malcorra por la banda, es saludablemente refrescante lo del pibito Rivas y nadie puede dudar de las condiciones del “Memo” Montero si el entrerriano entra enchufado como lo hizo el domingo en Tucumán.
Hasta el viaje al Jardín de la República, la mejor cara de Unión se había visto en Santa Fe, ante su gente. La vocación ofensiva de este equipo, fundamentalmente de local, es algo indiscutible.
Si la idea del rival, Ramón Santamarina, es permanecer, vendrá —como casi todos— a buscar el puntito y nada más. Si quiere gastar alguno de los últimos cartuchos, tiene que venir por los tres puntos para achicar distancias. En la semana, Bossio, el presidente del club de Tandil, dejó sus sensaciones de la marcha el equipo: “La realidad es que hay una calma: no hay descensos, queremos hacer un buen rol. Hoy Duilio cuenta con el respaldo del club. Ya lo hemos dicho y demostrado: estamos muy conformes con el plantel como con el cuerpo técnico. Estos seis meses han sido provechosos y estamos tranquilos porque no hay descensos”.
Si algo caracterizó a Leo Madelón, en momentos de tormentas en alta mar, fue su calma como capitán del barco. Los 19 puntos en la mano marcan un ahorro más que importante a esta altura de la competencia. Los tres de este sábado serán vitales frente a Santamarina. Suponer que cerca de las nueve de la noche del sábado, Unión llegue a los 22 puntos es pararse en un escenario superador. Hay que ganarle al equipo de Botella y empezar a pensar en la botella para brindar.
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