El primer culpable son los roces típicos de la cotidianidad, pero luego el mal humor termina siendo un mal crónico que va afectando todas las instancias de la vida en pareja… hasta llegar a ese momento en que duermen en camas separadas.
Así como las mujeres sufren una serie de cambios hormonales a medida que van soplando más velas de cumpleaños, a los hombres nos pasa lo mismo. Y estos cambios radicales en el carácter pueden deberse a una falta de testosterona.
¿Cómo saberlo?
Estos síntomas conjuntos llevan a ese diagnóstico (aunque, obviamente, debes consultarlo con un especialista médico):
-Cambio de humores repentinos e injustificados.
-Falta de energía y vitalidad.
-Irritabilidad.
-Hostilidad, agresividad e intolerancia.
-Hipersensibilidad.
-Disminución del deseo sexual.
-Ansiedad y depresión.
-Disfunción eréctil (sin duda el síntoma más delicado de admitir).
Según los estudios que se han efectuado sobre el tema, se estima que la disminución normal de testosterona a partir de los 40 años es de 1,5% anual. Si se registra un déficit más elevado, se puede producir entonces la andropausia (conocida como la menopausia masculina).
Este problema se puede tratar en conjunto con varios especialistas:urólogo, endocrinólogo, psicólogo, andrólogo y un médico general para que proporcionen el tratamiento a seguir para revertir las faltas y guíen a la pareja en esta nueva etapa de sus vidas.
Pero, como la medicina más efectiva es la preventiva, los especialistas recomiendan acudir regularmente a un chequeo médico a partir de los 40 años. Basta un simple análisis de sangre para medir los niveles hormonales.
Evita convertirte en un “viejo gruñón” (quizás leyendo esto comprendas mejor por qué el mal genio constante de tu abuelo) y procura vivir a plenitud cada instancia de la vida con tu pareja.
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