El sospechoso es un hombre de 40 años. Está sindicado como quien provee de armas y drogas a los delincuentes en la vecina ciudad.
Un tenebroso “personaje” vinculado con el mundo del hampa se puso ahora en la mira de quienes investigan el asesinato de Daniel Domingo Farías.
Fue el propio menor que se adjudicó la autoría del suceso quien sumó a este individuo a la galería de sospechosos que manejan los pesquisas.
Se trata de un hombre, de 40 años, a quien se lo sindica como el proveedor de armas y drogas para quienes diariamente conviven con el delito.
Este rufián posee fuertes contactos en distintos ambientes y su campo de acción no se reduce sólo a los límites de Santo Tomé.
La policía está convencida de que fue este delincuente quien suministró el arma con la que luego se consumó el crimen del comerciante.
En la búsqueda de este individuo, la policía realizó cuatro allanamientos en la vecina ciudad.
Si bien los procedimientos dieron resultado negativo (no se logró su captura), se pudo secuestrar un arma de fuego cuya procedencia se trata de determinar.
Fueron los agentes de la sección Homicidios los que, con las órdenes legales pertinentes, procedieron a requisar cuatro lugares.
Uno de los operativos se concretó en Arenales y el terraplén; el siguiente en una vivienda de 12 de Septiembre al 800 y los restantes en la zona de Alfonsina Storni al 3500.
Desde uno de estos sitios, los oficiales se incautaron de una escopeta de 1 caño, marca Invicta, calibre 28.
El caso
La noche del sábado 27 de abril, Daniel Farías se encontraba junto a su esposa atendiendo el negocio. Afuera llovía y no había luz en el alumbrado público, ocasión que fue aprovechada por los asaltantes.
Según las primeras declaraciones, Farías se disponía a entregar el dinero de la caja a los bandidos cuando sin explicación aparente recibió un certero disparo que ingresó en el maxilar y en su recorrido afectó órganos vitales.
Los delincuentes escaparon del lugar sin llevarse nada y minutos más tarde, un patrullero trasladó al herido al Samco local.
La gravedad de las lesiones obligaron a los médicos a derivarlo de urgencia al hospital Cullen de la capital, donde al cabo de unas horas falleció.
Repudio
El Centro Regional del Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de Santo Tomé, expresó su preocupación y enérgico repudio por la trágica muerte del comerciante Daniel Domingo Farías, de 57 años, víctima de un asalto el sábado pasado.
“Lamentamos profundamente la pérdida de este trabajador del sector, y enviamos nuestras condolencias a los familiares en este triste momento que están viviendo”, dijeron desde la Comisión Directiva de la institución que agrupa al comercio santotomesino.
“Esta realidad que por desgracia Santo Tomé atraviesa desde hace mucho tiempo, parece que necesita que sucedan hechos límite para que las autoridades directamente involucradas en el compromiso de brindar seguridad a quienes representan, actúen de una buena vez por todas”, agregaron.
Asimismo, denunciaron que “en esta postal delictiva que actualmente atravesamos, se ve involucrado el sector comercial que sabemos y sentimos como ‘laburantes’ que trabajan día y noche”. También mostraron “el temor a que acontecimientos como el ocurrido recientemente vuelvan a suceder, y se lleven a otra vida más”.
“No queremos que las situaciones como la vivida se repitan pues son hechos que se ‘ven venir’ debido a las reiterados robos y la falta de respuestas de las autoridades a las peticiones que permanentemente se hacen en los foros de seguridad que compartimos con los vecinos”, ampliaron desde la institución.
Por esos motivos, “desde el Centro Comercial exigimos las acciones de la justicia y el gobierno provincial para garantizar la seguridad y el bienestar de una población que hoy sufre el miedo en todos los rincones de la localidad”.
Daniel Domingo Farías fue asesinado de un disparo a quemarropas, mientras trabajaba con su esposa, al frente del minimercado “Don Toti”, de Derqui y Salta en la zona céntrica de Santo Tomé.
Por el lamentable episodio ocurrido en la tarde-noche del sábado, la policía detuvo a dos jóvenes de 17 y 18 años, uno de los cuales confesó el crimen.
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