Didi Quiroga fue secretario privado del intendente de San Lorenzo en el 73 y militante de la JP. En su testimonio en la causa contra tres represores del cordón industrial recordó a compañeros desaparecidos y el día en que los militares coparon la intendencia. "Era un delegado irreprochable", dijo el testigo.
Los aplausos de sus compañeros acompañaron a Edilio Didi Quiroga, que fue militante de la Juventud Peronista de San Lorenzo en los años 70, cuando comenzó y terminó su testimonio en la causa por el secuestro y las torturas a Manuel Casado, el 25 de marzo de 1977, en aquella ciudad. Hubo un momento, en medio del relato, en el que resultó difícil contener las lágrimas: Didi contó que dos de sus compañeros desaparecidos, María Luisa Quatrín y Hugo Parente, sabían exactamente dónde dormía él cuando iba a lo de sus padres a pasar la noche, en plena dictadura militar. Sin embargo, en la noche de julio que fueron a buscarlo, la patota encaró exactamente para otro lado. "Permitanme un ejercicio de imaginación sobre las torturas que habrán sufrido. Me hace mucho mal pensarlo, y sin embargo no salió de su boca. Creo deberles la vida a los compañeros", dijo. Otra vez, los aplausos fueron incontenibles.
Quiroga contó cómo se incorporó como secretario privado del intendente de San Lorenzo, a partir de su militancia para el triunfo del Frejuli el 11 de marzo de 1973. Más tarde, fue trasladado. "Para el 24 de marzo de 1973 trabajaba en la sección Suministros", rememoró el testigo que sigue siendo militante. La fiscal Mabel Colalongo le preguntó qué había hecho la mañana del golpe militar del 24 de marzo de 1976. "Nos fuimos a nuestro lugar de trabajo, al palacio municipal, con toda la confusión. Algunos se quedaron en la vereda de enfrente y yo entré al hall a ver qué pasaba", relató. El municipio estaba tomado por militares. "Veo que golpean violentamente a una persona, y era el señor Manuel Casado. La cosa se puso violenta, peligrosa, así que decidí irme de ese lugar", dijo ayer. Quiroga permaneció un tiempo más en San Lorenzo, pero rara vez dormía en su casa, para evitar que su militancia perjudicara a la familia. Vivía entonces con su madre y la pareja.
En su extensa declaración, Quiroga recordó a varios desaparecidos del cordón industrial y se detuvo en Roberto Camuglia, que era delegado de la aceitera Indo --propiedad de Alvaro Alsogaray, acotó el testigo--. "Tanto él como Casado eran delegados gremiales irreprochables, siempre cerca de las bases", los describió. Casado es el querellante de la causa que lleva adelante el Tribunal Oral Federal número 1 de Rosario, presidido por Otmar Paulucci e integrado también por José María Escobar Cello y María Ivón Vella.
El militante refirió que, después de días de intentar trabajar pero verse impedido por una orden expresa que le transmitió su jefe, se entrevistó con uno de los tres imputados de la causa, Omar Maderna. Más tarde, el acusado --uno de los tres en este juicio-- pidió ampliar la indagatoria y volvió a negar lo dicho por el testigo, pero las preguntas de la fiscal y del abogado querellante, Gustavo Feldman, dejaron al descubierto que sí habían cesanteado a Quiroga, aunque lo hicieran aparecer como abandono de tareas, una modalidad común en la época del terrorismo de estado. Maderna afirmó que como secretario de Gobierno de facto de San Lorenzo --hasta el 6 de junio de 1976-- no recibían órdenes del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército. Pero Feldman le recordó que otro de los imputados, Rubén Cervera, ex intendente interino de la ciudad y ex jefe del Batallón de Arsenales de Fray Luis Beltrán, había admitido que reportaban a la autoridad militar con sede en Rosario.
En el juicio también declaró ayer el director del Espacio de la Memoria del Museo de San Lorenzo, Juan Carlos Nóbile, integrante además del Equipo de Antropología Forense. Indicó que el Museo cuenta con una fotografía que muestra a otro de los imputados de la causa, Pedro "Pili" Rodríguez, en el palco oficial junto al dictador Jorge Rafael Videla en el acto del 17 de agosto de 1977.
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