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domingo, 5 de mayo de 2013

SANTA FE: Una empresa santafesina se dedica a exportar redes sociales


En los últimos cuatro años consiguió vender en el exterior 80 emprendimientos de ese tipo. Los países más demandantes son Estados Unidos, España y Holanda. El negocio de la información.

La industria del software viene creciendo en todo el mundo. Una de las ventajas que ofrece este sector productivo de las nuevas tecnologías de la información es que el insumo fundamental es la creatividad.

Luego es necesario contar con un equipamiento básico como computadoras con una buena conexión a internet. Eso permite que las empresas argentinas estén casi en igualdad de condiciones con cualquier otra firma del mundo para competir.


Pedro Prez comenzó a desarrollar proyectos basados en software de forma individual. Asegura que empezó a trabajar en redes sociales a partir de una necesidad puntual de un cliente. Prez aseguró que a partir de esa “muy buena experiencia” decidió asociarse con Gustavo Bellino y formar Keetup, una empresa que desde 2009 exportó más de 80 redes sociales.


“En ese momento ya todo se estaba transformando en algo social. Hoy cualquier sitio tiene alguna opción para poder comentar o permite algún tipo de relación entre sus usuarios”, explicó Prez.
Para poder introducirse en el mercado global los santafesinos empezaron a buscar otra forma de encarar el negocio. Comenzaron a participar de una plataforma de programación llamada Elgg, que permite montar una red social básica y empezaron a desarrollar herramientas complementarias que compartieron con el resto de los programadores de la comunidad.


“Eso nos permitió hacernos conocidos en esa comunidad de forma muy rápida y nos llevó a estar posicionados entre los cinco mejores programadores a nivel mundial de esa plataforma”, dijo Prez y agregó: “Nosotros empezamos a compartir lo que hacíamos y muchos comenzaron a conocer cómo trabajábamos y a un montón de gente le dimos muchas soluciones de forma gratuita”.


En los últimos años el auge por las redes sociales hizo que haya mucha gente interesada en crear su propia comunidad virtual, pero necesitaba alguien que se la haga a su medida. “Esas personas buscaban entre los mejores programadores y nosotros estábamos en esa lista. Ahí empezaron a contratarnos”, aseguró.


“Mucha gente –explicó– tiene una idea que la quiere transformar en una red social, trabaja con esta herramienta y la usa como base para lo que quiere desarrollar. Nosotros nos profesionalizamos en Elgg y eso nos permitió desarrollar el negocio”.

Un nicho a explotar
—¿Cómo empieza a surgir la posibilidad de desarrollar el negocio de las redes sociales en otros países?
—Nosotros decidimos trabajar en un mercado demasiado específico. Hacer redes sociales con esa herramienta hace que a nivel local el mercado se achique muchísimo. Por eso nuestra estrategia fue trabajar a nivel global. Cuando hacemos los primeros aportes nos empiezan a conocer, ven que somos de Argentina y afuera hay mucha gente que está acostumbrada a trabajar con los freelance. Como en su momento nos destacamos como los que más aportábamos en la comunidad, la gente que estaba detrás de la plataforma nos contrató; y eso nos dio un apoyo muy importante porque nos dejó como la empresa destacada que ofrecía ese servicio.


—¿Quiénes están demandando este tipo de servicios?
—Por lo general nuestros clientes tienen una idea que quieren desarrollar y hoy en día ninguna iniciativa puede dejar de lado la parte social. Por eso cualquier idea que se desarrolle en tecnología es casi una red social. Por un lado, tenemos a esas personas que tienen una idea y la quieren desarrollar. En esos casos podemos incluir las redes sociales para jugadores de golf, las de gente que quiso cambiar la forma en que le enseña a sus alumnos, clientes que quisieron hacer algo similar a Facebook. Eso se llama Start Up, una empresa que tiene una idea y quiere desarrollarla y para eso nos contrata. Por otro, están los proyectos más institucionales. En Santa Fe trabajamos con la Universidad Nacional del Litoral, con quienes desarrollamos el sistema que buscaba promocionar los proyectos de emprendedores entre sí. También trabajamos para el Banco Mundial, que tenía un programa donde las industrias informaban sobre el consumo y la emisión del carbono. Después trabajamos con varias universidades que querían hacer que los alumnos no abandonen sus estudios. Para eso hacían una red social donde podían compartir material y ellos podían hacer un monitoreo de cómo se sentían los alumnos.


—¿A qué países lograron exportar redes sociales?
—Esto es totalmente global. Hoy podemos tener un cliente en Holanda, en Estados Unidos. En ese país tenemos mucha presencia y allí trabajamos con muchos clientes. Mientras que en Europa trabajamos mucho con España y Holanda. Pero también hicimos muchos trabajos en países como China.


—¿Cómo resuelven la barrera del idioma?
—Con inglés y Skype (un programa de comunicación de mensajería, audio o audiovisual). Por suerte como se trabaja mucho en lenguaje técnico no es tan complicado. Usamos metodologías que se basan en acompañar todo el tiempo al cliente en el proceso desde la idea misma hasta la conformación de la red social. Hasta ahora el idioma no fue un problema. La estructura de la red social se hace en inglés, pero los contenidos los puede cargar nuestro cliente en el idioma que sea. El mayor inconveniente que tuvimos fue con una red social árabe donde se lee de derecha a izquierda. Ahí tuvimos que abrir un poco la cabeza para poder interpretar eso.

El valor de la información
“Teniendo tu propia red social vos tenés el total control de los datos que allí se publican. Si tu red social va por el lado comercial uno puede ver cómo se trabaja con esa información. Si vos formás parte de una ONG también estás protegiendo a esos usuarios y su información. En Facebook, todos los datos publicados son de Facebook”, explicó Prez.


En la actualidad la información vale oro y lo que puede parecer un espacio de esparcimiento y para conocer gente, también puede ser una herramienta dedicada a almacenar datos muy valiosos y que pueden tener un uso comercial. Por ese motivo, Prez asegura que muchas empresas en el mundo comenzaron a formar sus propias redes sociales lo que les permite trabajar con sus clientes y asegurarles que sus datos están protegidos.


“Aparte hay algo muy importante. ¿Por qué una empresa que puede manejar su información y la de sus clientes va a cederle sus datos a Facebook? El problema que hoy existe es que si vos llevás todos tus usuarios a Facebook, hay alguien que está lucrando con tu información. Y muchas veces información muy preciada”, advirtió.

El futuro de las redes sociales
Una red social puede ser abierta a cualquier usuario o totalmente cerrada. Todo depende de las pretensiones de los clientes. “Nosotros hicimos un trabajo para un cliente que hizo una red social VIP. Para ser parte había que pagar 500 euros. Eso era una red social ciento por ciento exclusiva. Si querías ver lo que había adentro tenías que pagar. Pero hay otras plataformas como la de la Universidad de Santiago de Chile que requería que la información sea de acceso público”, dijo.


—¿Hacia dónde apuntan las redes sociales de aquí en adelante?
—Hace 10 años atrás uno podía pensar que todo atinaba a ser más social. Creo que ahora va a seguir por esa misma vía, aunque sí creo que va a haber otro tipo de herramientas con las que nos podamos comunicar. Hoy eso se está haciendo con el celular, cosa que 10 años atrás era impensable. Creo que vamos a empezar a ver mucho más esa mezcla de virtual con realidad, lo que se conoce como realidad aumentada. Creo que va a haber mucho más de eso y todo está apuntando que cada vez nos llevemos más dispositivos con nosotros. Vamos a seguir siendo sociales, pero la forma en que nos vamos a comunicar va a ser más instantánea de lo que es hoy.


Por último dijo: “Creo que va a haber nuevos dispositivos. Hoy hay como una revolución con lo que está haciendo Google con los lentes. También estoy viendo que grandes empresas de tecnología están trabajando con relojes inteligentes, como para que lo que nosotros vestimos sea parte de la forma de comunicarnos en el futuro.

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