Se trata de una sucesión de trabajos de diez pintores en los muros del Club Universitario. Replicarán la experiencia en entidades amateur.
La Capital |
Una decena de maestros pintores rosarinos confluyeron con sus obras para plasmar Bajada de los Maestros, un nuevo trayecto artístico de la ciudad, que desde ayer engalana los muros del Club Universitario, en avenida del Huerto, entre San Martín y Sarmiento. Se trata de una intervención de arte urbano del que participaron entidades y empresas con la coordinación de la Secretaria de Cultura y Educación municipal, amalgamados en el impulso creativo de Dante Taparelli. La experiencia fue tan positiva que ya hay planes para replicarla en las paredes de los clubes amateur del resto de Rosario.
Se trata de una sucesión de soportes metálicos de grandes dimensiones sobre los cuales los artistas plasmaron sus obras inspiradas en el deporte, las artes y los derechos humanos. Así, la calle en su trajinar cotidiano ahora se ilumina con la propuesta de una estética que es a su vez un legado cultural. “Es una experiencia de reconciliación ciudadana en el que, para ayudar a preservarla, también participarán los chicos que cuidan coches en la cuadra con una identificación del Club Universitario”, explicó Taparelli.
Las obras que conforman la Bajada de los Maestros y sus autores, son las siguientes: Continuum aqua 2 (María Inés Cabanillas), “De la serie pan & carta” (Rubén Echagüe), “La libertad” (Raúl “Negro” Gómez), “Una vuelta más” (Arnoldo Gualino), “Camino des- andado” (Liliana Jones), “Disparen sobre el artista” (Carlos Raffo), “Déjame” (Oscar Vega), “Sin nombre” (Gregorio Zeballos) y “Retratos desintegrados” (Graciela Zorzoli y Hover Madrid).
Reveladora. Según Taparelli, la idea del mural llegó de un proyecto de jóvenes integrantes de Rotaract y que fueron hasta el Club Universitario detrás de un espacio amigo que aceptara la iniciativa. Claro que a esa altura la primeva versión había crecido con la convocatoria a los maestros pintores rosarinos. “Quedaron diez y para ellos fue una experiencia reveladora, pintar al aire libre, trasponer el espacio cerrado de sus estudios, compartir”, comentó.
En su opinión, plasmar la obra generó una especie de romance entre lo público y lo privado: artistas, empresas, instituciones y estado municipal; cada uno con su aporte específico y operativo. Si a esta base se suma el valor de las obras donadas, la Bajada de los Maestros representa unos 500 mil dólares.
“Esto recién empieza”, confesó ayer un Taparelli más que entusiasmado a La Capital. Y dijo que el próximo paso será replicar la experiencia en los clubes amateur de toda la ciudad. La actividad, con cada uno de los maestros pintores como cabeza de grupo, permitirá incluir a los jóvenes “que están en las esquinas de sus barrios, que podrán pintar parte de los murales”.
Además, Taparelli destacó un plus ultra de la obra. El bar concesionado del Club Universitario será el encargado de colocar mesas en la vereda, con el mural de fondo.
“La gente tomará fotos que enviará a través de las redes y las obras de los pintores rosarinos darán la vuelta al mundo ¿No es un buen per saltum? bromeó el inefable creador de tantas intervenciones urbanas que engalanan la ciudad.
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