En el primer día hábil de enero se conoció un conflicto que enfrenta al Ejecutivo Municipal con los puesteros de La Rambla Catalunya. Por una bicisenda quieren trasladar a la vereda de enfrente a los "carritos", los emprendedores dicen que es para "favorecer a un empresario gastronómico".
El conflicto urbano apareció ayer en la zona de La Rambla Catalunya pero sus protagonistas ya estaban enterados: La municipalidad de Rosario decidió mudar a la vereda de enfrente a los tradicionales "carritos" que se encuentran diseminados por la bajada Gallo hacia el sur. El subsecretario de Seguridad Ciudadana Luis Baita confirmó que la decisión se tomó en virtud de "la construcción de una bicisenda sobre esa acera" y recordó que los carritos que expenden comidas y bebidas "tienen permisos precarios desde hace años" que justamente "pueden ser revisados en virtud de una obra o rediseño urbano en el lugar". Por supuesto, los dueños de los carritos dicen otra cosa. Denunciaron que los quieren correr de ahí para "beneficiar al empresario (Mario) Cornaglia que tienen muchos emprendimientos en el lugar y va por otro que se va a abrir muy pronto", dijo Cristian, uno de los puesteros.
"Están en peligro más de 50 puestos de trabajo. Nosotros estamos acá hace más de 30 años y creemos que algún derecho adquirido tenemos. Nosotros heredamos esta actividad de nuestros padres e incluso de nuestros abuelos", dijeron ayer algunos de los titulares de los puestos de comida rápida que se esparcen desde la bajada Gallo hacia el sur. Los puesteros aseguran que tuvieron reuniones con la municipalidad por el tema del traslado, pero sostuvieron que "son inflexibles, nos dijeron que nos tenemos que correr sí o sí. No nos dieron ninguna alternativa", señalaron.
Por su parte, Baita confirmó que los traslados serían recién a partir de marzo porque "primero tenemos que construir las plataformas en la vereda de enfrente, donde también la idea es que puedan regularizarse todos los servicios". Para el subsecretario municipal estos puestos "en su gran mayoría carecen de agua potable o están colgados de la luz, con el peligro y las irregularidades que esta situación acarrea", señaló en declaraciones a La Ocho.
-Los puesteros plantean una gran oposición al tema, dicen que no quieren moverse de donde están- se lo consultó a Baita.
-Ellos saben que sus permisos son precarios y que no pueden ser renovados si hay una obra o algún tipo de rediseño urbano que pase por el lugar donde ellos están emplazados. Van a tener que adecuarse porque además no los estamos sacando totalmente del lugar, los estamos cruzando de vereda porque donde están ahora se va a hacer todo un paseo renovado con nuevas luminarias y una bicesenda que pasará por allí.
El funcionario agregó que "no se pueden quejar. Están en un espacio exclusivo, de privilegio en la ciudad, no pagan y facturan muy bien. Durante años hicieron un muy buen negocio, ahora les estamos pidiendo un traslado. Eso es todo".
La respuesta no tardó en llegar. "Nos quieren sacar de acá con la infantería, ya nos dijeron. Se ve que nuestros derechos de tantos años no valen nada", sostuvieron y volvieron a acusar a un empresario de la costa que "gana concesiones desde hace más de 20 años. Este señor Cornaglia tiene entre siete y ocho emprendimientos gastronómicos y ahora va por uno nuevo. No nos quieren correr por una bicisenda, nos quieren sacar para que no seamos competencia de este señor", dijo otro de los puesteros. Consultado sobre que igual podrán seguir trabajando en la vereda de enfrente, señalaron que "no será lo mismo porque la gente pasea por al lado del río. ¿Qué gracia tiene caminar por la vereda de enfrente? Entonces la gente va a tener que cruzar una avenida de doble mano para venir a comprar un sandwich o un gaseosa. Es una locura, vamos a perder muchos clientes", se quejaron.
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