Su titular, Santiago Rodríguez,
designó a su novia –ex promotora– y a un joven de 25 años como su
segundo. "Lo nombró Máximo", le dijo De Vido al ministro de Defensa.
Los antiguos ingenieros y especialistas de Fabricaciones Militares, acostumbrados a sostener la producción a fuerza de ingenio, ya se muestran hartos de los jóvenes de La Cámpora, que en un año ocuparon los principales cargos de esa compañía estatal a un devorador ritmo de Pac-Man. Con una caja de más de 600 millones de pesos,
los integrantes de la agrupación que protege Máximo, el hijo de la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner, buscan exportar armas a
Angola y radares a Ecuador.
La primera vez que Santiago Rodríguez palpó un puñado de pólvora fue hace algunos años, cuando intentó desarmar un petardo durante una fiesta navideña. La segunda sucedió no hace mucho, pero en un escenario completamente diferente y estando como interventor de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM). El licenciado en economía e integrante emérito del Centro de Estudios Políticos de La Cámpora llegó a ese cargo con 35 años, el 12 de enero del año pasado, noticia que recibió con alegría el Día de Reyes.
La primera vez que Santiago Rodríguez palpó un puñado de pólvora fue hace algunos años, cuando intentó desarmar un petardo durante una fiesta navideña. La segunda sucedió no hace mucho, pero en un escenario completamente diferente y estando como interventor de la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM). El licenciado en economía e integrante emérito del Centro de Estudios Políticos de La Cámpora llegó a ese cargo con 35 años, el 12 de enero del año pasado, noticia que recibió con alegría el Día de Reyes.
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