Eva Leonor García tiene 54 años y un nombre que, en las últimas tres décadas, fue asociado a estafas, engaños y crímenes, hechos por los cuales muchas veces terminó presa y condenada más allá de los límites de la Rosario que la vio nacer.
Eva Leonor García tiene 54 años y un nombre que, en
las últimas tres décadas, fue asociado a estafas, engaños y crímenes,
hechos por los cuales muchas veces terminó presa y condenada más allá de
los límites de la Rosario que la vio nacer.
Estuvo detenida en Holanda y Noruega, y acusada por
maniobras delictivas en Brasil y Luxemburo. En 2004 fue arrestada en La
Plata por el homicidio de un ferretero porteño que había caído en la
telaraña de esta "viuda negra". Fue sentenciada y enviada a la cárcel de
Ezeiza. En 2006 fue trasladada a Rosario, donde la condenaron por tres
robos a mujeres a las que sedó. Y el año pasado burló una salida
transitoria y sus pasos volvieron a perderse. Fue hasta ayer, cuando
agentes de la División Judiciales de la policía rosarina la hallaron en
un bar céntrico tomando un café.
"Esta bien muchachos, ya no aguantaba más", le dijo
Eva a los policías comandados por el comisario Daniel Corbellini el
mediodía de ayer en un bar de peatonal Córdoba y Mitre. "Esta mujer
tenía un pedido de captura librado por el juzgado de Ejecución Penal
Federal 4 porque no había regresado a la cárcel de Ezeiza, donde purgaba
condena por un crimen, y de donde había salido con un permiso
transitorio", aseguró el jefe policial. Y agregó que "los últimos datos
que teníamos indicaban que había regresado a Rosario hace unos meses,
por lo que se inició una tarea de inteligencia que ahora dio frutos".
Vestida impecablemente con prendas negras, como su
apodo lo sugiere, Eva Leonor García fue reconocida inmediatamente por
los pesquisas que habían visto innumerables fotos de ella y que hasta
habían aprendido a detectar los delicados modales de quien supo ser
azafata. "Primero se sorprendió, pero enseguida se dio cuenta de que no
le quedaba mucho por hacer y se la detuvo", contó Corbellini.
La última condena
Eva García estaba purgando en el penal de Ezeiza una
condena por el crimen del ferretero Oscar Manti, de 77 años, quien
falleció el 30 de julio de 2004 tras compartir una cena en su casa del
barrio porteño de Recoleta junto a su esposa y otras personas, entre las
cuales estaba la "viuda negra". La autopsia indicó que el comerciante
murió envenenado y, cuando lo hallaron, su mujer estaba desvanecida y
debió pasar varios días en terapia intensiva.
En el marco de la investigación, la hija del
matrimonio anfitrión reveló que junto a sus padres habían compartido la
cena una parapsicóloga identificada como Mai Ivana, quien a la postre
terminó siendo el travesti Raúl Ramón Silva. La principal hipótesis fue
que los Manti fueron envenenados por sus visitas, quienes les robaron 30
mil dólares, alhajas, relojes, dos pasaportes, una carabina, un
revólver y dos tapados de piel.
Los pesquisas de la Federal llegaron hasta García a
través de escuchas a Mai Ivana, quien también fue detenida, y cuyo
teléfono estaba registrado en la agenda de Manti. La apresaron en La
Plata en septiembre de aquel año y fue juzagda un tiempo después.
En Rosario
Pero ese no fue el único homicidio que se le imputó a
García. En abril de 2000 dos mujeres que dijeron ser empleadas del Pami
contactaron al jubilado italiano Gino Iannotti, quien tenía 78 años y
residía en el pasaje Morse al 2100 (Riobamba al 5400) de esta ciudad. El
día 15 de ese mes el hombre fue hallado estrangulado con un cinturón.
Poco después la "viuda negra" fue apresada por ese hecho, pero
finalmente fue absuelta. Sin embargo estuvo en la cárcel de mujeres
local hasta junio de 2002, cuando protagonizó una sensacional fuga.
Junto a Fanny Rosell, una mujer procesada por el
crimen del jubilado italiano Salvador Cubito, escaparon sin despertar la
atención de la guardia penitenciaria, sin limar barrotes y sin romper
nada. "La forma en que me escapé la dejo para la imaginación de
ustedes", le dijo Eva García a UNO Medios en la única entrevista pública
que dio en su vida y que fue publicada el 21 de mayo de 2006, cuando
volvió tras las rejas al ser condenada por tres robos cometidos tras
sedar a sus víctimas, tres mujeres afincadas en departamentos del centro
rosarino y cometidos entre 1999 y 2001.
Pero la historia delictiva de esta mujer había
empezado mucho antes. Los primeros datos llevan a 1978, cuando se pidió
su captura por robos y estafas reiteradas a joyerías porteñas; un año
más tarde compró 4.400 dólares en la ciudad holandesa de Amsterdam con
un cheque sin fondos; y en el mismo 1979, en Oslo (Noruega) adquirió un
reloj de 2 mil dólares con otro cheque sin fondos.
Una vez más, Eva García está presa. Deberá cumplir la
condena por el homicidio del ferretero Manti, a quien engañó como una
"viuda negra", aunque ella siempre dijo que eso no la afectaba "porque
no es verdad".
Buchona
Un comisario ya retirado de la policía rosarina que
investigó el crimen de Gino Iannotti fue puesto bajo la lupa judicial
por su vínculo con Eva García. Al declarar ante la Justicia, el
uniformado dijo conocerla porque había sido informante de la fuerza.
Cuando García habló con UNO Medios, en 2006, replicó: "Guardo los
mejores conceptos de ese señor y nunca pensé que lo iban a vincular por
un llamado telefónico. Yo lo llamé, pero no fue para informar nada.
Nunca le pedí a la policía beneficio alguno".
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