viernes, 18 de noviembre de 2011

San Javier se puso de pie para enfrentar la diabetes

Familias sanjavierinas se dieron cita el domingo pasado para participar de esta jornada -iniciativa de un matrimonio sanjavierino- orientada a generar conciencia y prevenir esta enfermedad. Se hizo la gran prueba azul y se iluminaron de este color la parroquia, el municipio y el monumento a la comunidad Mocoví.

Con motivo de conmemorarse el Día Mundial de la Diabetes el 14 de noviembre, un joven matrimonio sanjavierino -integrado por Diego Verano y Daniela Esquivel- organizó una jornada para generar conciencia y prevención de esta enfermedad. Y con la colaboración del municipio, del Club de Leones, de la UR XIV, del Samco San Javier, del director del Iapos Dr. Silvio González, de comercios y particulares se pudo realizar esta gran convocatoria de la que participó la comunidad sanjavierina.

Con esta actividad, se buscó que diabéticos, personal de salud, instituciones y la sociedad en general tomen conciencia del alcance, las características y las posibles consecuencias de esta enfermedad y de los beneficios y las repercusiones positivas que genera la realización de un tratamiento adecuado con control y estilo de vida sano.

Al consultar al matrimonio costero sobre los motivos que los llevó a emprender esta jornada, Diego y Daniela relataron que “el 10 de febrero de este año, tras hacer un análisis de sangre, a nuestra hija le diagnosticaron diabetes, debutando con un nivel de glucemia de 270 a su corta edad de 4 años. Como padres, el mundo y la vida se nos derrumbó”.

“Si bien estábamos al margen de esta enfermedad y todo lo compleja que es, estábamos más que asustados, el miedo nos paralizó y los corazones parecían no latir, a nivel familiar fue un golpe muy duro y lo sigue siendo, pero con amor todo se puede”.

Con el pasar de los días, “comenzamos a investigar e interiorizarnos y tratar de saber el por qué. El por qué nunca lo encontramos, sólo nos queda el consuelo de que Dios nunca nos da una carga más pesada de la que podamos soportar”.

Y, “descubrimos muchas cosas que ignorábamos como toda persona a la cual no le toca. Como así también descubrimos que nuestra hija estaba con nosotros, que la podíamos controlar y cuidar y a partir de ese día pasamos a ser su páncreas”.

“La aceptación y sobrellevar esto, no es tarea fácil; pero, sabemos que con sus controles médicos, insulina, alimentación y actividad física, podemos tener y puede tener una vida plenamente feliz’’; ya que “esto no lo eligió y no la define como persona, simplemente le toca”.

Por último, Diego y Daniela, agradecieron a todos los que hicieron posible este proyecto de concientización y aprendizaje y agregaron “estamos totalmente felices y nuestras expectativas fueron más de las esperadas, San Javier dijo presente y todos nos unimos por un fin, la diabetes, donde tenemos montón de sentimientos encontrados. Nuestro proyecto fue un granito de arena, la montaña la hicimos todos unidos. San Javier es una ciudad, donde hay gente inmensamente noble de corazón y de una grandeza digna de destacar. Ahora sólo decimos vamos por más”.

Propuestas recreativas

Durante este encuentro, se desarrollaron bicicleteada para niños; caminata para mayores por el predio y calles de la ciudad; clase aeróbica; vóley masivo; juego de ping pong; tumba lata; castillos inflables; cuento gigante explicativo sobre la diabetes; control de glucemia antes y después de las actividades físicas para aquellas personas que lo requerían.

Por otra parte, se repartieron panfletos sobre cuidados, prevención y síntomas de la enfermedad. También se distribuyeron en forma gratuita revistas donadas por Iapos y la revista Vivir Bien la Vida.

Se regalaron 150 remeras con el logotipo de la diabetes, confeccionadas con el dinero aportado por los comercios sanjavierinos. Además, había un sector de juegos de Familia y Nutrición de San Javier; un stand de productos alimenticios para diabéticos y degustación de los mismos.

El cierre de la jornada estuvo a cargo del Centro de Arte y Estética de la profesora Belén Medina, que presentó en el escenario Julio Migno, una coreografía de danza clásica, con vestuario de color azul.

Y por la noche, se iluminaron el edificio municipal, la parroquia San Francisco Javier y el monumento a la comunidad Mocoví en el acceso sur a nuestra ciudad. “Fue realmente emocionante, ver el frente de la parroquia de azul”, señalaron algunas personas al salir de la Misa vespertina.

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