Integran el Centro de Artistas Plásticos de Avellaneda. La movida buscó crear conciencia acerca del deterioro del "Puente Viejo" sobre el arroyo El Rey, considerado patrimonio cultural.
A fines del 1800 y ya en los albores del siglo pasado, la centenaria unión física entre Reconquista y Avellaneda tuvo una proyección más ambiciosa que unir solamente a estos dos pueblos forjados bajo el influjo del espíritu indio y el tesón de la sangre inmigrante.
Santa Fe y Chaco reconocían en el denominado Puente Viejo al nexo comunicacional que acercaba, entre sí y con los puertos del sur, a esta región del litoral argentino. Fue así que a poco de haberse construido, en la noble madera de quebracho que abundaba en esos entonces en estas tierras, tomó un protagonismo decisivo en el crecimiento social y productivo del Nea.
Lejos de ese pasado de esplendor, reemplazado por dos viaductos de mayor envergadura que respondían a la demanda de trenes y transportes pesados, de a poco fue siendo dejando de lado en su rol activo para pasar a transformarse en un ícono cultural del área metropolitana, insoslayable testimonio de la época fundacional del norte.
Así subsistió a estos días en que el inexorable paso del tiempo comenzó a evidenciarse en su añeja estructura de vigas talladas al filo del hacha colonizadora. El inminente peligro de su colapso puso en alerta al Centro de Artistas Plásticos de Avellaneda que decidió poner manos a la obra para salvar al viejo puente.
Sus integrantes materializaron, en la tarde el miércoles, una intervención artística urbana colgando carteles de los pilotes con consignas que apuntaron a sensibilizar a la comunidad.
Tomar conciencia Nos acercamos una vez más a la comunidad para poner en debate e intentar que, como sociedad, "tomemos conciencia respecto de una inquietud que nos surge a partir de observar el deterioro de un importante lugar histórico de nuestra ciudad, de la región y de la provincia", expresaron los plásticos.
La construcción a la que hacemos referencia, el conocido Puente Viejo, es un "símbolo de unión física y geográfica, no sólo entre dos ciudades, sino que llegó a ser una vía de comunicación entre dos provincias", detallaron en un comunicado.
En pos de encuadrar adecuadamente la importancia de la obra, rememoraron que "si nos detenemos a pensar en la historia, podemos decir que "simboliza y representa relaciones familiares, económicas, afectivas de dos puntos cardinales diferentes. Tengamos en cuenta además, que por esas tablas que hoy están allí, pasó gran parte de la producción y del crecimiento de nuestra región".
"Ha pasado y sigue pasando en nuestro territorio que lugares como este, que son patrimonio de la ciudad, sean demolidos, perdidos y estropeados sólo por cuestiones económicas o de gustos personales", fue la crítica esbozada por el grupo de artistas, que dejaron se preocuparon por dejar en claro que por ese motivo es que pretenden rescatar al querido "puente viejo" antes de que sea tarde.
El motivo
Ahora bien - se preguntaron - ¿para qué sirve rescatar este camino tan antiguo? Ese camino, ese puente que durante tanto tiempo unió la vida de diferentes ciudades es parte de nuestro patrimonio, de ese conjunto de bienes que nos corresponden por herencia cultural a cada uno de los que habitamos esta zona. Y como tal, "merece cuidados y nos corresponde hacernos cargo de su permanencia en el tiempo".
Tenemos que tener en cuenta - aseveraron -que cuando hablamos de patrimonio cultural hablamos no sólo de un valor histórico, sino que hablamos de un elemento que es parte de nuestra identidad, que tiene un valor estético y también científico. Todo esto debido a su historia, su forma de construcción, su arquitectura, los hechos que por él se forjaron.
Por lo tanto, el deber de proteger el patrimonio cultural pretende conservar su valor histórico, estético, identitario y científico, "ya que es herencia de nuestro pasado, también tendría que ser una herencia para nuestro futuro", declaró, a modo de sentencia, la misiva hecha pública.
Este fue el motivo que nos impulsó a hacer algo para que todos puedan ver lo mismo que nosotros, el deterioro del puente; y puedan también "sentir la nostalgia que sentimos nosotros al ver que lo que no conservemos hoy no existirá cuando vivan nuestros hijos".
Y a ese "hacer algo" - alcanzaron a explicar - lo canalizamos en una intervención urbana sobre el mismo puente, que busca "llamar la atención y abrir el debate sobre la existencia de este lugar, y, por qué no, de otros lugares que como este, estén requiriendo ser atendidos.
La intervención, que pretende romper con la cotidianeidad del paisaje, busca que todos, como comunidad, "empecemos a ver las cosas que nos rodean de una manera más sensible". Y que rescatemos, como dijimos antes, el valor estético, histórico, identitario y científico de cada rincón de esta nuestra región, señalaron los miembros del Centro de Artistas Plásticos de Avellaneda.
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