Gerardo González, hermano de un guardiamarina retenido en Ghana, contó cómo pasa las horas la tripulación. "Ni ellos saben cómo va a seguir el viaje", aseguró. El buque lleva retenido 11 días.
La tripulación de la Fragata Libertada cumple 11 días retenida en un puerto de Ghana, mientras que en la Argentina crecen la preocupación y la incertidumbre de los familiares de esos marinos.
"Pueden bajar del buque, pero tienen horario restringido”, comentó Gerardo González, hermano de Federico, un guardiamarina de 18 años egresado del Liceo Naval Militar Almirante Storni y que por ser abanderado se le otorgó un premio para formar parte de la tripulación del buque escuela.
La decisión judicial local se hizo eco de un pedido de bloqueo emitido por un tribunal de Nueva York y es un primer paso para un posible embargo de bienes del Estado argentino.
El hermano de Federico contó en diálogo con Radio 10 que su hermano "está bien anímicamente, pero, igual que nosotros, en la tripulación sienten incertidumbre, no saben qué postura van a tomar, cómo van a continuar el viaje".
"Pueden bajar del buque, están en la costa y recorren los locales más cercanos para distraerse y no pensar tanto qué sucederá con ellos", dijo, y agregó que hay un micro que está a su disposición pero "tienen horario restringido que respetar, salen un rato pero tienen que regresar".
Gerardo González contó además que su hermano logró el cargo de brigadier principal, premio más alto otorgado entre los alumnos del liceo Almirante Storni. Federico González y otro camarada son los dos marineros más jóvenes que integran la tripulación del buque escuela.
Por su parte, Pablo Giancaterino, abogado defensor de bonistas que presentaron la demanda, explicó que "hay tres grupos de acreedores muy grandes: uno de esos grupos (el MNL) son estos que han llevado sus fallos en Nueva York, y lo ejecutaron en Ghana".
El letrado explicó que la medida judicial los favoreció en "un juicio contractual, donde el contrato fijaba reglas sobre la inmunidad soberana. En función de esto, lograron una sentencia, donde ellos hacen una interpretación de que Argentina, dentro de ese contrato, renunció a la inmunidad soberana".
Sin embargo, Giancaterino sostuvo que "jurídicamente, a la Fragata la tienen que liberar. Es un bien militar y está protegido por la inmunidad diplomática".
"Coincido en que es un problema político y que hay diferentes grupos de acreedores, pero estos son tan iguales o menos buitres que los que negociaron en la Argentina para entrar al canje", añadió.
En tal sentido, explicó que "los embargos son consecuencias del alto volumen de juicios que tiene la Argentina desde el default. No había ningún manual, el caso argentino rompió todos los esquemas”.
“Alguien diseñó una estrategia que no estaba mal, pero hay una responsabilidad muy importante de los abogados, de los acreedores y de los funcionarios técnicos para solucionar el problema”, concluyó.
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