Una lectura de la escena
delictiva, a través de las 559 incautaciones hechas durante este año. El
mayor poder de fuego de los delincuentes es cuestión de cantidad y
también de calidad.
La Capital |
“Este aumento es proporcional al incremento de los hechos de violencia,
especialmente en la cantidad de homicidios, sobre todo en los últimos
dos años”. El jefe de la División Criminalística de la Unidad Regional
II, Gustavo Colombo, puso en palabras el incremento de armas de fuego
ilegales secuestradas por la policía en el departamento Rosario, un
total de 559, en el primer semestre de este año. Y el aumento es mayor
si se lo coteja con los números del mismo período de 2008, cuando se
incautaron 319. “Si bien se secuestran más revólveres que pistolas, se
están incautando más pistolas semiautomáticas”, explicó el profesional,
el perito más calificado en su área en el medio. Entre ese tipo de armas
se encuentran los calibres 9 milímetros y 11.25.
El desglose de las 559 armas incautadas los primeros seis meses de este año da como resultado que se trató de 301 revólveres, 158 pistolas y 100 armas largas. Entre los revólveres hubo 233 de calibre 22 y 32; de las pistolas, 61 resultaron ser 9 milímetros y 56 eran calibre 22. Pero si se hace un agrupamiento caprichoso de los calibres 9 y 38 (este último de revólver, pero con una munición similar a la 9) las armas secuestradas trepan a las 125.
Otro detalle son las armas largas. De las cien halladas el primer semestre del año, más de la mitad son calibres 12.70 y 16. Treinta de esas armas son escopetas calibre 16, conocidas como “perdiceras”.
También sobresale la incautación de dos pistolas ametralladoras calibre 9 milímetros, similares a las que utilizan las fuerzas de seguridad, con un imponente potencial de fuego. Y 17 “tumberas”, como se llaman a las escopetas de fabricación casera.
Dónde. En cuanto a las zonas geográficas del departamento Rosario donde se realizaron las incautaciones sobresalen las comisarías del norte de la ciudad (115 armas de fuego en la Inspección Nº 2), zona sur (109 en la Inspección Nº 3) y el sudoeste rosarino (104 en la Inspección Nº 8).
En esas tres zonas de inspección, que aglutinan 23 de las 57 comisarías del departamento Rosario, se secuestraron 328 armas del total.
En el sur. En el primer semestre del año se registraron en la ciudad 87 homicidios, 76 de ellos con armas de fuego. De estos asesinatos, 14 se cometieron en jurisdicción de las comisarías 11ª y 16ª, donde se despliegan barrios como La Tablada, Villa Manuelita, Villa del Tanque, Bajo Ayolas, Municipal y Saladillo. Ese sector que abarca menos del 5% del área metropolitana fue escenario del 16% del total de crímenes en Rosario.
En ese mismo período en esas dos comisarías se secuestraron 29 armas (17 en la 11ª y 12 en la 16ª). Sin embargo, no fue en esas seccionales sino en la 15ª —en cuya jurisdicción está, por ejemplo, la villa Moreno que fue escenario del triple crimen del 1º de enero— donde más armas se sacaron de circulación en el ámbito de la Inspección de Zona Nº 3.
Que la policía haya casi duplicado
en cuatro años la incautación de armas ilegales es un dato de cómo
aumentó en ese lapso el circulante de las mismas en el mercado negro.
“El aumento de circulante de armas en la calle coincide con las crisis
sociales que se vivieron en el país. El salto importante se dio entre
2001 y 2002. A partir de ese momento nunca disminuyó y su aumento fue
paulatino”, explicó el comisario Colombo, con 20 años de experiencia en
el área de balística y encargado de Reconstrucciones Integrales de la
Policía Científica, área que elabora hipótesis luego de analizar todos
los elementos periciales y testimonios de una causa en trámite.
Entre los datos cuantitativos sobre
las incautaciones, el perito también valoró otros aspectos del fenómeno
como la proliferación de armas con mayor poder de fuego y los asesinatos
que se cometen efectuando varios disparos, intimidaciones típicas del
mundo narco donde un homicidio puede ser también un mensaje. Y también
confió que muchas de las armas que circulan ilegalmente provienen de
otros delitos, como por ejemplo los escruches.
Más allá de los números. Según estadísticas de la oficina de Análisis
Delictivo de la policía, las cifras de secuestros de armas del primer
semestre de 2012 son levemente superiores a las del mismo período del
año anterior, cuando hubo 513 (el total de 2011 fueron 1.050
incautaciones). Pero es interesante observar qué tipos de armas se
hallaron y en qué lugares se produjeron las incautaciones del arsenal
recolectado en el primer bimestre de 2012.El desglose de las 559 armas incautadas los primeros seis meses de este año da como resultado que se trató de 301 revólveres, 158 pistolas y 100 armas largas. Entre los revólveres hubo 233 de calibre 22 y 32; de las pistolas, 61 resultaron ser 9 milímetros y 56 eran calibre 22. Pero si se hace un agrupamiento caprichoso de los calibres 9 y 38 (este último de revólver, pero con una munición similar a la 9) las armas secuestradas trepan a las 125.
Otro detalle son las armas largas. De las cien halladas el primer semestre del año, más de la mitad son calibres 12.70 y 16. Treinta de esas armas son escopetas calibre 16, conocidas como “perdiceras”.
También sobresale la incautación de dos pistolas ametralladoras calibre 9 milímetros, similares a las que utilizan las fuerzas de seguridad, con un imponente potencial de fuego. Y 17 “tumberas”, como se llaman a las escopetas de fabricación casera.
Dónde. En cuanto a las zonas geográficas del departamento Rosario donde se realizaron las incautaciones sobresalen las comisarías del norte de la ciudad (115 armas de fuego en la Inspección Nº 2), zona sur (109 en la Inspección Nº 3) y el sudoeste rosarino (104 en la Inspección Nº 8).
En esas tres zonas de inspección, que aglutinan 23 de las 57 comisarías del departamento Rosario, se secuestraron 328 armas del total.
En el sur. En el primer semestre del año se registraron en la ciudad 87 homicidios, 76 de ellos con armas de fuego. De estos asesinatos, 14 se cometieron en jurisdicción de las comisarías 11ª y 16ª, donde se despliegan barrios como La Tablada, Villa Manuelita, Villa del Tanque, Bajo Ayolas, Municipal y Saladillo. Ese sector que abarca menos del 5% del área metropolitana fue escenario del 16% del total de crímenes en Rosario.
En ese mismo período en esas dos comisarías se secuestraron 29 armas (17 en la 11ª y 12 en la 16ª). Sin embargo, no fue en esas seccionales sino en la 15ª —en cuya jurisdicción está, por ejemplo, la villa Moreno que fue escenario del triple crimen del 1º de enero— donde más armas se sacaron de circulación en el ámbito de la Inspección de Zona Nº 3.
Al respecto, el comisario Colombo
sostuvo que la mayoría de los homicidios registrados en la zona sur en
el primer semestre de 2012 se cometieron con armas calibre 9 milímetros.
Con mensaje. "En los
homicidios han disminuido los hechos en ocasión de robo y han aumentado
aquellos asesinatos por venganza o con mensaje, como puede ser los
crímenes ligados al narcotráfico", valoró Colombo, y aclaró que es "muy
difícil encontrar un homicidio en ocasión de robo en el cual la víctima
reciba más de un balazo. En esos casos, lo que el asesino intenta es
asegurarse la huida o, en su defecto, que la víctima no lo reconozca".
"Sin embargo, en los crímenes ligados
al mundo narco hay dos objetivos: asegurar la muerte y enviar un
mensaje. Por eso se ven hechos con cinco disparos o más", explicó el
perito calificado.
Colombo también dio su parecer respecto
de la preponderancia de calibres pesados como el 9 milímetros o el
11.25. "Eso tiene que ver con el mayor poder intimidatorio. Se utilizan
esos calibres para marcar presencia ante los pares, algo que se ha visto
mucho en los delitos vinculados al mundo de las drogas", indicó.
"Muchas de las armas que nutren el
mercado negro provienen de otros ilícitos. Por ejemplo, muchas son armas
que se roban en escruches (el robo en un domicilio cuando sus moradores
están ausentes) o asaltos a casas. Cuando un delincuente entra a robar
en una vivienda lo primero que busca, además de dinero, es si hay un
arma", explicó Colombo.
En crisis. Otro
elemento que llamó la atención fue el secuestro de 17 tumberas. Así se
llama a las escopetas de fabricación casera elaboradas con dos trozos de
caño galvanizado, uno de los cuales está sellado con soldadura. Estas
armas, a las que se les pueden colocar cartuchos para escopeta calibre
12 o 16, cuentan con percutor que suele improvisarse con un elemento que
golpee el fulminante del cartucho.
"La tumbera se comenzó a ver en las
calles en las crisis de 1998 o 1999. Por lo general, las personas que
fabrican tumberas no son necesariamente armeros sino gente que conoce,
básicamente, cómo es el mecanismo de disparo de una escopeta: saben que
el percutor debe pegar en el fulminante del cartucho y copian", indicó
Colombo. Y si bien la tumbera no es un arma de precisión, en un radio de
corto alcance puede ser letal.
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