Se inició la gran cita deportiva del año. Los Juegos Olímpicos tuvieron su estreno oficial con un espectáculo dirigido por el cineasta Danny Boyle, del que participaron la reina Isabel II, el actor Daniel Craig y la escritora J.K. Rowling. Luciana Aymar fue la abanderada de la delegación argentina, mientras que otros deportistas de prestigio como Usain Bolt, Novak Djokovic y Pau Gasol llevaron las banderas de sus respectivos países.
La ceremonia inaugural de los Juegos de Londres 2012 se abrió el viernes por la noche en el estadio olímpico ante 80.000 personas en las tribunas y unos mil millones que la siguen por televisión.
Del escritor William Shakespeare, cuya obra "La tempestad" sirvió de inspiración inicial al director artístico Danny Boyle, a la música pop de los 80 y el joven mago Harry Potter, dominó la escena de la fiesta inaugural, en un homenaje a iconos de la cultura británica.
Con The Beatles, Rolling Stones o David Bowie en la nutrida banda sonora, el show inicial contó con el agente 007 James Bond encarnado por el actor inglés Daniel Craig y un repaso por personajes de ficción creados por escritores británicos, como Peter Pan, la malvada Cruella de Vil o Mary Poppins.
La ceremonia comenzó con una escena bucólica de la campiña inglesa, con labriegos, cuarenta ovejas, doce caballos, tres vacas y otros animales, a la que estuvo a punto de sumarse la lluvia, que comenzó a caer a media hora del inicio de la ceremonia, pero cesó poco antes del inicio del espectáculo.
Cánticos y símbolos tradicionales ingleses, escoceses, galeses y norirlandeses simbolizaron la unión británica ante 80.000 personas en el estadio y una previsión de mil millones de telespectadores en uno de los momentos cumbres de cada edición olímpica.
Una frase de "La tempestad" de Shakespeare, "No tengas miedo: la isla está llena de ruidos", marcó el tono del mundo onírico que iba a transformarse ante los ojos de los espectadores. La voz que recitó la frase fue la del actor y director norirlandés Kenneth Branagh, especialista en adaptaciones de Shakespeare.
La escena pastoril dio paso a la Inglaterra de la Revolución Industrial y ésta a uno de los momentos estelares de la noche, cuando la reina Isabel II hizo una insólita incursión en la interpretación, participando en una escena rodada en Buckingham con Daniel Craig, el actor que actualmente encarna a James Bond.
El célebre agente 007 de Ian Fleming, siempre al servicio de Su Majestad, acompañó de manera virtual a la monarca en helicóptero hasta el estadio Olímpico.
El prolífico mundo de la literatura infantil permitió cobrar vida a villanos como el Capitán Garfio, creados por el escocés James Matthew Barrie, la Reina de Corazones de la "Alicia" de Lewis Carroll, la villana Cruella de Vil de "101 Dálmatas", de la inglesa Dodie Smith, o Voldemort, el enemigo oscuro del joven mago de la saga multiventas Harry Potter.
Si en el cine fue Julie Andrews quien inmortalizó a Mary Poppins, la institutriz del Londres de principios del siglo XX que salió de la pluma de P. L. Travers, en la apertura olímpica el personaje se multiplicó, descendiendo del cielo con su paraguas mágico, a ritmo de "Tubullar Bells" de Mike Oldfield.
JK Rowling, la creadora de Harry Potter, participó como lectora de un fragmento de "Peter Pan", uniendo otros dos iconos intergeneracionales de la literatura infantil británica.
El cine también ha dado momentos de gloria a la cultura británica y Danny Boyle, director artístico de la ceremonia y oscarizado en 2009 por "Slumdog Millionaire", recreó una de las escenas míticas del cine olímpico, la de la carrera por la playa en "Carros de fuego".
La película, galardonada con cuatro Oscar en 1982 incluyendo el de mejor película, quedó en el imaginario popular por esa carrera por la playa con música de Vangelis, que se recreó con el actor cómico Rowan Atkinson, cuyo personaje Mister Bean dio la vuelta al mundo.
El pop británico y los años 80, a ritmo de "Enola Gay" de OMD o "My Generation" de The Who, dio paso al mundo del mañana, con Londres dando las "gracias a Tim", a Tim Berners Lee, por revolucionar la sociedad, como padre del sistema de páginas web actual en internet.
"En un país tan pequeño, es increíble la cantidad de música que fuimos capaces de producir", había explicado este viernes Danny Boyle, orgulloso del sentido creativo de su país.
Luego la ceremonia pasó al desfile de las delegaciones, 204 en esta ocasión, pero Danny Boyle había dejado ya de entrada su sello personal, con un espectáculo de una hora y veinte minutos "so british" que fue una declaración de amor al país, su cultura y su legado.
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