Desde diversos sectores de Diputados, se advirtió sobre la paralización de trabajos contratados. Lacava describió con cifras y porcentajes lo ejecutado en los últimos nueve años.
El nuevo Iturraspe paralizado desde hace meses.-
Diputados justicialistas de distintas vertientes coincidieron en afirmar que existe una fuerte caída en la inversión en obra pública en la provincia en los últimos cinco años y vaticinan que esa situación no se revertirá en el corto plazo.
“Es el resultado de una gestión fiscal que privilegió el ensanchamiento del Estado a la capitalización de la sociedad” a decir de Mario Lacava (Santa Fe en Movimiento). “Binner nos distrajo a los rosarinos durante años discutiendo por obras que hoy la provincia considera superfluas”, disparó María Eugenia Bielsa (Encuentro Santafesino). “La obra pública está paralizada”, argumentó Héctor Acuña (Corriente federal). “Estamos preocupados, votamos las Letras para que paguen la deuda a contratistas y no las usan”, se quejó Darío Mascioli (Bloque kirchnerista).
Las afirmaciones siguieron a pedidos de informes votados sobre la marcha de la obra pública y sobre el uso de los instrumentos de pago habilitados por la Legislatura. En la mayoría de los casos, hay preocupación por temas puntuales de los distritos de donde provienen los diputados. Mascioli puso el ejemplo de las demoras en las licitaciones del futuro hospital de Venado Tuerto y cuestionó que se paga “más a los estudios de arquitectura que hacen los proyectos que a los contratistas”. Bielsa recordó aquella campaña del gobierno de Binner sobre 600 obras en marcha.
“No estaban en ejecución, sino en diferentes estados” y recordó una serie de ejemplos de discusiones en Rosario sobre obras que ahora no se harán como el Puerto de la Música. “A propósito, ¿qué pasó con la unión transitoria de empresas a la que le adjudicaron los trabajos?”, se preguntó la ex vicegobernadora.
A Acuña, el pleno de Diputados le aprobó un pedido de informes para saber si el plan de obras públicas de la provincia ha sido modificado, detallando a tal efecto dichas modificaciones, los niveles de retraso en su ejecución y los plazos estimativos de finalización de las obras incluidas en dicho plan así como las certificaciones adeudadas.
Los números según la oposición
Más allá de las miradas políticas, fue Lacava quien apoyó el cuestionamiento con una serie de gráficos y cuadros realizados por su equipo de trabajo, donde se ocupan de comparar lo ejecutado por la segunda gestión de Jorge Obeid (2003-2007), la de Hermes Binner (2007-2011) y los primeros meses de Antonio Bonfatti.
“El atraso y la lentificación de la obra pública comenzó en el 2008 cuando, en los inicios del gobierno de Binner y con mucha plata en caja. Ni siquiera las recaudaciones récord que vinieron en años posteriores le hicieron variar esta decisión que aún hoy mantienen a rajatabla” disparó el legislador allegado a Obeid.
Según Lacava, en el 2007, el 6,1% del presupuesto se destinó a obras públicas y ese porcentaje fue bajando sucesivamente al 4,6% en el 2008; 2,9% al siguiente; 3% en el 2010 y 2,2% en el 2011. En lo que va del 2012, es apenas el 1,7%.
El otro aspecto marcado por Lacava es que paralizar obra pública “no es una decisión neutra, al contrario, tiene un fuerte impacto económico y social” y precisó como consecuencias la caída de empleo en el sector que lo padece la Uocra, el encarecimiento de nuevas licitaciones y el mayor costo financiero de los contratos en marcha por el pago de la mora.
“Sin inversión pública, hay menos empleo, menos consumo, menos actividad comercial y como consecuencia de todo ello menos recaudación de impuestos, con lo que se cierra un círculo recesivo que termina impactando en las finanzas públicas agravando la situación existente”, concluyó.
Diputados justicialistas de distintas vertientes coincidieron en afirmar que existe una fuerte caída en la inversión en obra pública en la provincia en los últimos cinco años y vaticinan que esa situación no se revertirá en el corto plazo.
“Es el resultado de una gestión fiscal que privilegió el ensanchamiento del Estado a la capitalización de la sociedad” a decir de Mario Lacava (Santa Fe en Movimiento). “Binner nos distrajo a los rosarinos durante años discutiendo por obras que hoy la provincia considera superfluas”, disparó María Eugenia Bielsa (Encuentro Santafesino). “La obra pública está paralizada”, argumentó Héctor Acuña (Corriente federal). “Estamos preocupados, votamos las Letras para que paguen la deuda a contratistas y no las usan”, se quejó Darío Mascioli (Bloque kirchnerista).
Las afirmaciones siguieron a pedidos de informes votados sobre la marcha de la obra pública y sobre el uso de los instrumentos de pago habilitados por la Legislatura. En la mayoría de los casos, hay preocupación por temas puntuales de los distritos de donde provienen los diputados. Mascioli puso el ejemplo de las demoras en las licitaciones del futuro hospital de Venado Tuerto y cuestionó que se paga “más a los estudios de arquitectura que hacen los proyectos que a los contratistas”. Bielsa recordó aquella campaña del gobierno de Binner sobre 600 obras en marcha.
“No estaban en ejecución, sino en diferentes estados” y recordó una serie de ejemplos de discusiones en Rosario sobre obras que ahora no se harán como el Puerto de la Música. “A propósito, ¿qué pasó con la unión transitoria de empresas a la que le adjudicaron los trabajos?”, se preguntó la ex vicegobernadora.
A Acuña, el pleno de Diputados le aprobó un pedido de informes para saber si el plan de obras públicas de la provincia ha sido modificado, detallando a tal efecto dichas modificaciones, los niveles de retraso en su ejecución y los plazos estimativos de finalización de las obras incluidas en dicho plan así como las certificaciones adeudadas.
Los números según la oposición
Más allá de las miradas políticas, fue Lacava quien apoyó el cuestionamiento con una serie de gráficos y cuadros realizados por su equipo de trabajo, donde se ocupan de comparar lo ejecutado por la segunda gestión de Jorge Obeid (2003-2007), la de Hermes Binner (2007-2011) y los primeros meses de Antonio Bonfatti.
“El atraso y la lentificación de la obra pública comenzó en el 2008 cuando, en los inicios del gobierno de Binner y con mucha plata en caja. Ni siquiera las recaudaciones récord que vinieron en años posteriores le hicieron variar esta decisión que aún hoy mantienen a rajatabla” disparó el legislador allegado a Obeid.
Según Lacava, en el 2007, el 6,1% del presupuesto se destinó a obras públicas y ese porcentaje fue bajando sucesivamente al 4,6% en el 2008; 2,9% al siguiente; 3% en el 2010 y 2,2% en el 2011. En lo que va del 2012, es apenas el 1,7%.
El otro aspecto marcado por Lacava es que paralizar obra pública “no es una decisión neutra, al contrario, tiene un fuerte impacto económico y social” y precisó como consecuencias la caída de empleo en el sector que lo padece la Uocra, el encarecimiento de nuevas licitaciones y el mayor costo financiero de los contratos en marcha por el pago de la mora.
“Sin inversión pública, hay menos empleo, menos consumo, menos actividad comercial y como consecuencia de todo ello menos recaudación de impuestos, con lo que se cierra un círculo recesivo que termina impactando en las finanzas públicas agravando la situación existente”, concluyó.
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