El presidente de la Conferencia
Episcopal Argentina y actual Arzobispo de Santa Fe , Monseñor José María
Arancedo, encabezará la ceremonia religiosa, este domingo, a partir de
las 20. El arzobispado prácticamente no difundió el acto.
La convocatoria al homenaje prácticamente no tuvo difusión.
Sin embargo, el ex arzobispo de Santa Fe, Edgardo Gabriel Storni,
tendrá su último adiós en la ciudad. A pesar del silencio y del perfil
bajo de la despedida oficial de la Iglesia este domingo a las 20, el
presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y actual arzobispo de
Santa Fe, José María Arancedo, encabezará una misa en la Catedral para
el “eterno descanso” de Storni.
El anuncio sólo se dio a conocer la semana pasada en un aviso fúnebre que publicó el arzobispado. La nefasta historia del hombre más fuerte de la Iglesia santafesina entre 1984, cuando asumió como arzobispo, hasta 2002, cuando renunció por los escándalos de abuso sexual, todavía está presente en los santafesinos.
Si bien el lunes pasado con la muerte de Storni se extinguió la causa penal que un ex seminarista le había iniciado por el delito de abuso sexual, aún continúa la causa civil contra el arzobispado santafesino.
En ese marco llamó la atención y generó el rechazo de muchos santafesinos que el actual máximo referente de la Iglesia, en Santa Fe y en Argentina, despida a Storni con una misa en la Catedral local.
La palabra de Arancedo
En abril de 2010 el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, defendió a su antecesor condenado en diciembre de 2009 a ocho años de prisión por abuso sexual agravado. “Lo de Storni no es un caso de pedofilia”, dijo Arancedo en una entrevista con LT10 donde se lo consultó a propósito de la conmoción mundial generada por los casos de ocultamiento que se conocieron de hechos que involucran a religiosos y la Iglesia intentó mantener en secreto.
“No es un caso de pedofilia, no confundamos. A Storni la Iglesia le ha pedido la renuncia y él se encuentra en una casa, que es del Arzobispado. Ha dejado de ejercer su ministerio. Ha habido, de parte de la Iglesia, firmeza frente al hecho. Y él se siente no culpable”, dijo el arzobispo santafesino.
Storni fue condenado el 30 de diciembre de 2009 a ocho años de prisión por abuso sexual agravado. El delito fue en perjuicio del ex seminarista Rubén Descalzo y el hecho ocurrió en 1992, pero la denuncia que abrió la causa recién fue realizada en 2002, luego de que Storni renunciara a su cargo, jaqueado por el escándalo que suscitó la el libro Nuestra Santa Madre, de Olga Wornat. Sin embargo, el año pasado un tribunal superior anuló la sentencia.
Arancedo, al ser consultado sobre el delito cometido por su antecesor, contestó: “Es un tema que me cuesta responder. Hay una duda, un juicio, una persona que denunció y él, que se defiende porque entiende que no es un acto de abuso, que no lo hizo con esa intención. Hay mucha gente que lo conoce y lo recuerda con mucho respeto”. Según el texto que yo leí, es un beso que le dio en el cuello (al seminarista, que estaba a su cargo). La Justicia lo ha tomado. La Iglesia y él lo niegan, por supuesto. Y tiene todo el derecho de defenderse, porque entiende que no es un acto de abuso, que no lo hizo con esa intención”, siguió Arancedo.
El anuncio sólo se dio a conocer la semana pasada en un aviso fúnebre que publicó el arzobispado. La nefasta historia del hombre más fuerte de la Iglesia santafesina entre 1984, cuando asumió como arzobispo, hasta 2002, cuando renunció por los escándalos de abuso sexual, todavía está presente en los santafesinos.
Si bien el lunes pasado con la muerte de Storni se extinguió la causa penal que un ex seminarista le había iniciado por el delito de abuso sexual, aún continúa la causa civil contra el arzobispado santafesino.
En ese marco llamó la atención y generó el rechazo de muchos santafesinos que el actual máximo referente de la Iglesia, en Santa Fe y en Argentina, despida a Storni con una misa en la Catedral local.
La palabra de Arancedo
En abril de 2010 el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, defendió a su antecesor condenado en diciembre de 2009 a ocho años de prisión por abuso sexual agravado. “Lo de Storni no es un caso de pedofilia”, dijo Arancedo en una entrevista con LT10 donde se lo consultó a propósito de la conmoción mundial generada por los casos de ocultamiento que se conocieron de hechos que involucran a religiosos y la Iglesia intentó mantener en secreto.
“No es un caso de pedofilia, no confundamos. A Storni la Iglesia le ha pedido la renuncia y él se encuentra en una casa, que es del Arzobispado. Ha dejado de ejercer su ministerio. Ha habido, de parte de la Iglesia, firmeza frente al hecho. Y él se siente no culpable”, dijo el arzobispo santafesino.
Storni fue condenado el 30 de diciembre de 2009 a ocho años de prisión por abuso sexual agravado. El delito fue en perjuicio del ex seminarista Rubén Descalzo y el hecho ocurrió en 1992, pero la denuncia que abrió la causa recién fue realizada en 2002, luego de que Storni renunciara a su cargo, jaqueado por el escándalo que suscitó la el libro Nuestra Santa Madre, de Olga Wornat. Sin embargo, el año pasado un tribunal superior anuló la sentencia.
Arancedo, al ser consultado sobre el delito cometido por su antecesor, contestó: “Es un tema que me cuesta responder. Hay una duda, un juicio, una persona que denunció y él, que se defiende porque entiende que no es un acto de abuso, que no lo hizo con esa intención. Hay mucha gente que lo conoce y lo recuerda con mucho respeto”. Según el texto que yo leí, es un beso que le dio en el cuello (al seminarista, que estaba a su cargo). La Justicia lo ha tomado. La Iglesia y él lo niegan, por supuesto. Y tiene todo el derecho de defenderse, porque entiende que no es un acto de abuso, que no lo hizo con esa intención”, siguió Arancedo.
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