La Cámara Federal de Rosario revocó la medida cautelar con la que LAN había logrado extender sus vuelos desde el aeropuerto de Fisherton a Lima. Para la Justicia, "cuesta advertir cuál sería el peligro" de que la compañía dejara de operar esa ruta. Lifschitz pidió a legisladores que "no se hagan los distraídos".
Ayer al mediodía se apagó la ruta aérea entre Rosario y Lima. La Cámara Federal de Rosario le dio la razón a la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) y revocó la medida cautelar con la que la empresa LAN había logrado extender por treinta días sus vuelos desde el aeropuerto de Fisherton y la capital peruana. El nuevo fallo judicial contempla la preexistencia de un acuerdo internacional por la que la compañía aérea había obtenido un permiso provisorio para "explorar" este mercado, y entiende que una vez cumplido ese plazo, "cuesta advertir cuál sería el peligro" de que LAN dejara de operar esta línea. Para el intendente Miguel Lifschitz "hay un trasfondo político que perjudica los derechos de Rosario" y reclamó que los legisladores nacionales, provinciales y concejales defiendan la causa "y no se hagan los distraídos". La compañía había interpuesto una medida cautelar en la Justicia Federal para prorrogar la licencia del vuelo en cuestión. La jueza de primera instancia Sylvia Aramberri falló a favor del pedido y concedió 30 días más de operación de la ruta aérea, plazo que iba a expirar el próximo miércoles 16. Pero la Anac apeló ese veredicto y ayer al mediodía la Sala A de la Cámara dio a conocer su decisión con un fallo que revocó la cautelar.
El dictamen firmado por los jueces Fernando Barbará, Liliana Arribillaga y Carlos Carrillo buscó la punta del ovillo más atrás de la aparición del lobby rosarino a favor de LAN y se ubicó en el Acuerdo de Fortaleza, firmado en 1996 por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Perú se sumó en 1999. Aquel tratado establece la liberación del mercado aerocomercial y concedía la posibilidad de extender permisos por 180 días para operar rutas no troncales dentro de Latinoamérica. Pero una condición del acuerdo era que los pasajeros no deben desviarse hacia terceros países. Según un informe de la Anac, que aquí divulgó el diputado kirchnerista Agustín Rossi, "el 80 por ciento de los pasajeros que viajaban por LAN no tenía Perú como destino final, sino que usaba el vuelo como escala para seguir a Cancún, Miami y Punta Cana". "Esta ruta es una competencia desleal para Aerolíneas Argentinas, nuestra línea de bandera recuperada", contraatacó el jefe del bloque del Frente para la Victoria.
En base a eso, el camarista Barbará fundamentó su denegatoria del permiso en que, de los argumentos esgrimidos por los abogados de LAN, no encuentra "ninguno que haga a la verosimilitud de su derecho a obtener una prórroga sine die de la autorización que originariamente le fuera concedida". El magistrado recordó que "los vuelos autorizados tuvieron y tienen carácter exploratorio, por lo que cuesta advertir cuál sería el peligro de que la empresa concernida dejara de explorar". Y cerró: "No veo perjuicio, por lo menos en esta etapa del conocimiento, ni imposibilidad de que en el futuro se volviera a explorar lo que hoy se dejara de hacerlo". En buen romance, el criterio del tribunal de alzada sostiene que LAN Perú vino a probar una ruta de manera provisoria y que ese objetivo culminó. La negativa de la Anac a otorgarle licencia definitiva a la compañía chilena para operar Rosario?Lima es harina de otro costal. Una discusión aparte donde sí tallan diferencias políticas e intereses económicos, según insisten desde Lifschitz hacia abajo.
La empresa operó desde diciembre pasado hasta mediados de este año con un permiso provisorio de la Anac. En ese período trasladó 3.000 pasajeros por mes. A su término, la autoridad nacional no renovó el permiso y estalló el reclamo encabezado por el gobierno provincial, Municipalidad, y corporaciones encabezadas por la Asociación Rosarina de Agencias de Viaje (Arav). Ayer, la secretaria de esta institución, María Losada, calificó la finalización de la ruta a Lima como "una noticia terrible", y cifró expectativas en que Lifschitz y la intendenta electa Mónica Fein logren torcer los acontecimientos en la audiencia solicitada al gobierno nacional.
Apenas se enteró del fallo de Alzada, Lifschitz cuestionó que "ni el secretario de Transporte (Juan Pablo Schiavi), ni el ministro (Julio) De Vido, ni la Presidenta tienen un argumento serio ni firme" para no otorgar permiso definitivo a una de las pocas frecuencias internacionales que salen desde Rosario. "No son sólo rosarinos que se van de vacaciones, sino que hay gente que viene como turista desde el extranjero y entra al país por Rosario", valoró. En declaraciones a LT8, el intendente afirmó que "es un tema político" y exhortó a "todos los diputados nacionales del justicialismo, los legisladores provinciales y concejales se expidieran sobre el tema, porque acá hay muchos que se hacen los distraídos".
El reclamo rosarino se basa también en la falta de respuesta de la Anac a la empresa Copa, que solicitó autorización para operar una ruta a Panamá. Las otras frecuencias internacionales corresponden a la brasileña Gol, con destino a Porto Alegre; la santafesina Sol, a Montevideo; y Buquebús, a Punta del Este. Al director del AIR, Raúl Garo, la decisión de la Cámara Federal lo encontró fuera de actividad por un problema de salud. Pero su conjetura es la misma que reitera desde que la Anac rechazó renovar la licencia de LAN: "el lobby de Aeropuertos Argentina 2000 pesa más". Esta concesionaria de la explotación de casi todas las terminales aéreas del país ?menos la de Fisherton y la de Sauce Viejo? quiere quedarse con los ingresos que reportaría ese flujo de 3.000 rosarinos al mes que hasta ahora volaba vía Lima. Según Garo, a razón de 29 dólares de tasa que paga cada pasajero en su boleto internacional, lo que Ezeiza pasaría a arrebatarle al AIR sería algo más de un millón de dólares al año.
Quedaría en terreno incierto el destino de una veintena de empleados de LAN, entre los que atienden en el aeropuerto, el mantenimiento de los aviones y quienes trabajan en la oficina comercial de Santa Fe y Sarmiento.
El dictamen firmado por los jueces Fernando Barbará, Liliana Arribillaga y Carlos Carrillo buscó la punta del ovillo más atrás de la aparición del lobby rosarino a favor de LAN y se ubicó en el Acuerdo de Fortaleza, firmado en 1996 por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Perú se sumó en 1999. Aquel tratado establece la liberación del mercado aerocomercial y concedía la posibilidad de extender permisos por 180 días para operar rutas no troncales dentro de Latinoamérica. Pero una condición del acuerdo era que los pasajeros no deben desviarse hacia terceros países. Según un informe de la Anac, que aquí divulgó el diputado kirchnerista Agustín Rossi, "el 80 por ciento de los pasajeros que viajaban por LAN no tenía Perú como destino final, sino que usaba el vuelo como escala para seguir a Cancún, Miami y Punta Cana". "Esta ruta es una competencia desleal para Aerolíneas Argentinas, nuestra línea de bandera recuperada", contraatacó el jefe del bloque del Frente para la Victoria.
En base a eso, el camarista Barbará fundamentó su denegatoria del permiso en que, de los argumentos esgrimidos por los abogados de LAN, no encuentra "ninguno que haga a la verosimilitud de su derecho a obtener una prórroga sine die de la autorización que originariamente le fuera concedida". El magistrado recordó que "los vuelos autorizados tuvieron y tienen carácter exploratorio, por lo que cuesta advertir cuál sería el peligro de que la empresa concernida dejara de explorar". Y cerró: "No veo perjuicio, por lo menos en esta etapa del conocimiento, ni imposibilidad de que en el futuro se volviera a explorar lo que hoy se dejara de hacerlo". En buen romance, el criterio del tribunal de alzada sostiene que LAN Perú vino a probar una ruta de manera provisoria y que ese objetivo culminó. La negativa de la Anac a otorgarle licencia definitiva a la compañía chilena para operar Rosario?Lima es harina de otro costal. Una discusión aparte donde sí tallan diferencias políticas e intereses económicos, según insisten desde Lifschitz hacia abajo.
La empresa operó desde diciembre pasado hasta mediados de este año con un permiso provisorio de la Anac. En ese período trasladó 3.000 pasajeros por mes. A su término, la autoridad nacional no renovó el permiso y estalló el reclamo encabezado por el gobierno provincial, Municipalidad, y corporaciones encabezadas por la Asociación Rosarina de Agencias de Viaje (Arav). Ayer, la secretaria de esta institución, María Losada, calificó la finalización de la ruta a Lima como "una noticia terrible", y cifró expectativas en que Lifschitz y la intendenta electa Mónica Fein logren torcer los acontecimientos en la audiencia solicitada al gobierno nacional.
Apenas se enteró del fallo de Alzada, Lifschitz cuestionó que "ni el secretario de Transporte (Juan Pablo Schiavi), ni el ministro (Julio) De Vido, ni la Presidenta tienen un argumento serio ni firme" para no otorgar permiso definitivo a una de las pocas frecuencias internacionales que salen desde Rosario. "No son sólo rosarinos que se van de vacaciones, sino que hay gente que viene como turista desde el extranjero y entra al país por Rosario", valoró. En declaraciones a LT8, el intendente afirmó que "es un tema político" y exhortó a "todos los diputados nacionales del justicialismo, los legisladores provinciales y concejales se expidieran sobre el tema, porque acá hay muchos que se hacen los distraídos".
El reclamo rosarino se basa también en la falta de respuesta de la Anac a la empresa Copa, que solicitó autorización para operar una ruta a Panamá. Las otras frecuencias internacionales corresponden a la brasileña Gol, con destino a Porto Alegre; la santafesina Sol, a Montevideo; y Buquebús, a Punta del Este. Al director del AIR, Raúl Garo, la decisión de la Cámara Federal lo encontró fuera de actividad por un problema de salud. Pero su conjetura es la misma que reitera desde que la Anac rechazó renovar la licencia de LAN: "el lobby de Aeropuertos Argentina 2000 pesa más". Esta concesionaria de la explotación de casi todas las terminales aéreas del país ?menos la de Fisherton y la de Sauce Viejo? quiere quedarse con los ingresos que reportaría ese flujo de 3.000 rosarinos al mes que hasta ahora volaba vía Lima. Según Garo, a razón de 29 dólares de tasa que paga cada pasajero en su boleto internacional, lo que Ezeiza pasaría a arrebatarle al AIR sería algo más de un millón de dólares al año.
Quedaría en terreno incierto el destino de una veintena de empleados de LAN, entre los que atienden en el aeropuerto, el mantenimiento de los aviones y quienes trabajan en la oficina comercial de Santa Fe y Sarmiento.
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