La puesta en marcha del colector ribereño norte, que impide la llegada del líquidos cloacales en la costanera norte de la ciudad, redujo un 35 por ciento la presencia de escherichia coli en las aguas del Paraná a la altura de los balnearios La Florida y Rambla Catalunya.
La puesta en marcha del colector ribereño norte, que impide la llegada del líquidos cloacales en la costanera norte de la ciudad, redujo un 35 por ciento la presencia de escherichia coli en las aguas del Paraná a la altura de los balnearios La Florida y Rambla Catalunya. Lo revelan las mediciones realizadas en un estudio comparativo a cargo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) a pedido de Aguas Santafesinas SA (Assa). Por eso, autoridades provinciales aconsejaron "zambulllirse con tranquilidad" en el río el verano próximo. Para el trabajo se tuvieron en cuenta estudios de calidad bacteriológica del Paraná relevados entre 2005 y 2009, los que fueron comparados con las nuevas muestras tomadas entre febrero y abril pasados, cuando el colector ya estaba en funcionamiento. Se establecieron cuatro puntos de muestreo: uno en el centro de La Florida y los restantes en la Rambla Catalunya, todos cien metros río abajo de tres conductos pluviales existentes a la altura de las calles Piaggio, Vieytes y Gallo. Fueron en total cuarenta muestras (bajo el método de membrana filtrante) en las que luego se compararon las concentraciones de escherichia coli (bacteria presente en la materia fecal) antes y después de la construcción del conducto ribereño. La merma detectada en La Florida fue de un 30 por ciento y luego se constataron reducciones del 57, 38 y 39 por ciento en los puntos de muestreo de las Rambla Catalunya. El secretario de Medio Ambiente provincial, César Mackler explicó a La Capital que las unidades formadoras de colonias (UMC) bajaron, cada cien milímetros, de 670 a 430. "Estos indicadores arrojan una reducción total promedio de un 35 por ciento después de las obras cloacales", indicó el funcionario para avalar la eficacia del colector ribereño. Confirmación. Para Mackler, "si bien nunca existieron denuncias concretas de efectos en la salud de la población como consecuencia de ir a refrescarse al río, estos nuevos valores dan una mayor tranquilidad y la gente podrá zambullirse sin inconvenientes, con la precaución de no tomar el agua cruda sin potabilizar". La obra cloacal construida en septiembre pasado cuenta con dos ramales de colectoras, una estación elevadora y una cañería de impulsión que derivan al sistema las aguas servidas de los conductos pluviales que antes descargaban a la altura de los balnearios. El sistema incluye más de 2.000 metros de cañerías de hasta 500 milímetros de diámetro para interceptar siete conductos pluviales. Las aguas servidas derivan a una estación de rebombeo ubicada en la avenida Carrasco y la prolongación de Ricardo Núñez, donde son impulsadas a una colectora cloacal que corre por Rondeau. La inversión de la obra ascendió a 7.2000.000 pesos.
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