El año próximo entra en vigencia la obligatoriedad del nivel medio en todo el país y las provincias se enfrentan al desafío de un cambio cultural. La asignación universal se convirtió en una gran ayuda.
Si bien desde hace años la provincia trabaja en generar las condiciones edilicias y escolares para garantizar la extensión de la obligatoriedad hasta el último año del nivel medio, en 2012 se enfrenta –al igual que el resto de las jurisdicciones– al desafío de cumplir con lo que establece la ley de educación nacional Nº 26.026. En ese sentido, desde las escuelas destacaron que la aplicación de la asignación universal –que establece que los chicos y chicas deben estar escolarizados para su cobro– ha sido una gran ayuda para que los padres y las madres insistan más en que el adolescente no abandone. Por otro lado este domingo se difundió la información de que los padres o tutores responsables de los chicos en edad de cursar el nivel medio tendrán el deber de mandarlos a la escuela, igual que en el nivel primario, y que si no lo hacen, la ley prevé multas y hasta 30 días de arresto. Según lo que establece la ley de educación nacional –sancionada en 2006 y que reemplazó a la ley federal de educación–, los argentinos deberán estar escolarizados desde los cinco años (nivel inicial) hasta completar el secundario o la educación técnica. Sin embargo, la norma establece el objetivo de avanzar paulatinamente hacia la universalización, también, de la sala de cuatro años para los niños y niñas. El panorama provincial En la provincia de Santa Fe, la obligatoriedad en el nivel primario está prácticamente garantizada, sólo queda un porcentaje muy bajo (uno o dos por ciento) que responde a un núcleo duro que es muy difícil de modificar. Según datos de Unicef correspondientes a agosto 2010, la tasa neta de escolarización primaria promedio en los dos primeros trimestres en la Argentina, ascendía al 98,30 por ciento. Santa Fe está dentro de ese promedio. En el nivel medio la realidad es diferente. En primer lugar hay que considerar que no es el mismo el control que los padres tienen sobre un niño que sobre un adolescente. Por otro lado, hay sectores sociales donde se establece que un joven a partir de los 13 o 14 años debe comenzar a trabajar y a llevar dinero al hogar, situación que atenta contra la posibilidad de estudiar. Sin embargo, en las escuelas secundarias de la ciudad han destacado que la aplicación de la asignación universal ha generado una mayor preocupación e insistencia de los padres para que los jóvenes completen el nivel medio. Eso se sustenta en el hecho de que sólo acreditando que ha cursado durante todo el año y aprobado materias se hace el depósito de una parte de esa ayuda social. Cabe recordar que el proceso iniciado por la ley federal de educación –que sumó dos años de educación obligatoria, 8º y 9º (hoy 1º y 2º años de la secundaria)– fue un tanto resistido pero finalmente logró su cometido. Aún hoy se encuentra en 3º año la mayor baja en la matrícula.
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