Días atrás, el Concejo Municipal santafesino decidió la realización de estudios para evaluar la factibilidad técnica y económica de la instalación de una aerosilla que cruce la laguna Setúbal, uniendo las costaneras Este y Oeste. Esta definición motivó la búsqueda de información, antecedentes y recuerdos acerca de la época en que el cablecarril funcionó en Santa Fe. Las similitudes entre la historia del cablecarril en Carlos Paz y la del que funcionó en la capital santafesina confluían en un mismo apellido: Block.
Días atrás, el Concejo Municipal santafesino decidió la realización de estudios para evaluar la factibilidad técnica y económica de la instalación de una aerosilla que cruce la laguna Setúbal, uniendo las costaneras Este y Oeste. Esta definición motivó la búsqueda de información, antecedentes y recuerdos acerca de la época en que el cablecarril funcionó en Santa Fe. Las similitudes entre la historia del cablecarril en Carlos Paz y la del que funcionó en la capital santafesina confluían en un mismo apellido: Block. Así Diario UNO contactó a Alfredo Block, arquitecto de esta capital, y quien es nieto del inmigrante alemán que instaló este móvil en las sierras cordobesas e hijo de quien la construyó en Santa Fe y luego, tras la inundación de 1982-83, la trasladó a Los Cocos, en Córdoba. “Mi abuelo, inmigrante alemán, llegó a la Argentina muy joven, escapando de la Segunda Guerra Mundial, junto a su madre y su hermana. Se hizo conocido en el país por ser el constructor del cablecarril en la antigua Villa Carlos Paz, hoy ciudad conocida por todos los argentinos”, comienza a relatar Alfredo. Federico Block llegó en la década del 40 a Buenos Aires, en primer lugar. Luego se trasladó a la localidad de Soldini, cerca de Rosario, donde participó de la instalación del primer sistema eléctrico. “Mi abuelo llega a Santa Fe porque era una persona muy emprendedora y, entre tantas cosas que hizo en su vida, una fue la famosa casa de las lapiceras fuente en Santa Fe, Casa Liro, que hoy no existe más. Ese fue un negocio muy popular que tuvo éxito en su momento. Por los años 50, fue de vacaciones a la Villa Carlos Paz y se le ocurrió hacer un cablecarril, viendo un cerro muy lindo que había en ese lugar”, explica Alfredo. —¿Cuál era la profesión de su abuelo? —Él era mecánico, montador de grandes motores diesel, ésa era su profesión. Era técnico mecánico recibido en Europa, en Alemania. Vino a la Argentina recién recibido, con muchos conocimientos en electromecánica. Tenía además relaciones con Alemania, con distintas firmas. Así instaló en Carlos Paz un cablecarril, cuyas partes se trajeron directamente de Alemania, y él hizo todo el montaje. El regreso a la ciudad Federico Block, tras instalar la aerosilla en Carlos Paz, vivió muchos años allí. “Mi padre, uno de sus hijos y que también era mecánico, lo acompañó en el emprendimiento y colaboró con el montaje. Recién casado mi padre, yo nací en Carlos Paz justamente en 1955, el año en que se inauguró la aerosilla. Vivimos unos años allá y después se trasladaron a la ciudad de Córdoba e impulsaron otro tipo de emprendimiento, siempre dentro de la mecánica”, contó Alfredo. Con los años, sólo Alfredo, junto a sus padres y hermano volvieron a Santa Fe: “Yo llegué a Santa Fe con 16 años. Mi padre siempre tuvo la idea de aprovechar esos pilares del ferrocarril, sobre la laguna, para hacer un cablecarril. Él ya había tenido su experiencia trabajando con su padre que, además, lo apañaba en este proyecto; y mantenía también sus contactos. Así surgió la idea de hacer el cablecarril acá en Santa Fe”. En plena dictadura militar, aparecía este proyecto urbano-turístico en la capital provincial, conducida en esos momentos por el intendente de facto Miguel Alfredo Coquet (1976-1981). “Se ve que con su propuesta mi padre le cayó en gracia al intendente Coquet, quien a su vez tenía sus contactos militares en Buenos Aires y consiguió una concesión del gobierno nacional, por los pilares de los ferrocarriles del Estado sobre la laguna Setúbal. Entre militares, se ve que el intendente consiguió esta concesión por 30 años, para instalar ahí arriba el cablecarril”, detalló Alfredo. La construcción “Mi papá buscó socios accionistas capitalistas, porque él no era una persona de dinero. Así surgió también el complejo Piedras Blancas enfrente, también por una concesión directa de la Municipalidad porque eran terrenos municipales. Allí se hizo un conjunto de casitas alpinas, de las cuales había una muy grande que era comedor y otras más chicas, que eran comercios. Hasta ahí llegaba el cablecarril, luego de cruzar la laguna”, recordó el arquitecto santafesino. Su descripción acerca de cada elemento de la aerosilla genera en la mente casi una fotografía instantánea de aquellos días en la Costanera: “La estación de salida de la aerosilla estaba en la cabecera central, en el medio del ahora Bulevar Muttis, en su intersección con la Costanera. En realidad, lo que hoy es el Bulevar en ese entonces era el trazado de las vías del ferrocarril”. “Para cumplir la altura reglamentaria para pasar sobre la Costanera hubo que hacer una plataforma elevada en la que en la planta baja funcionaba un restorán y en la planta alta estaba la estación de salida de la aerosilla. En el medio de la Costanera, cerca de donde hoy está el Monumento al Almirante Guillermo Brown, estaba la columna central donde apoyaba el cable que cruzaba la Costanera. La segunda columna estaba donde antes estaba la confitería Puerto de Palos. Ahí también, había que pasar por arriba de ese boliche”, detalla Alfredo. Sobre cada uno de los pilares que están en la laguna, había una columna en las cuales el cable iba descendiendo hasta llegar a la plataforma de enfrente. La aerosilla tenía alrededor de 40 sillas dobles. “Se hizo una obra civil importante en ese marco en Santa Fe: la confitería, que era estación de salida y la plataforma de enfrente. También todo el complejo Piedras Blancas, que era una sociedad diferente a la del cablecarril, eran dos grupos de empresarios. Mi padre era responsable en la parte técnica y socio accionista en la aerosilla”, aclaró Alfredo. La aerosilla se inauguró a fines de 1979 o principios de 1980. Funcionó poco tiempo, unos dos años aproximadamente, porque en 1982-83, con la creciente se inundó toda la Costanera. “En la margen este de la laguna, donde estaba Piedras Blancas, el agua tapó todo. El complejo no estaba construido a la altura que está hoy la Costanera sino al nivel de la playa, si bien tenía una defensa, no tenía la cota que tiene hoy. Las cabañas tuvieron hasta tres metros de agua adentro. El agua incluso arrasó con algunas, porque eran construcciones relativamente livianas”, concluyó. Fue el final del cablecarril.
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