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miércoles, 10 de agosto de 2011

“La muerte de Leo tiene que ser un llamado”

Beatriz Martinelli, coordinadora de la Unidad de Promoción de la Salud de la Provincia de Santa Fe, dijo que este hecho tiene que servir para reflexionar sobre los riesgos del cigarrillo.

“La muerte de Leo tiene que ser un llamado”

La muerte del cantante santafesino Leo Mattioli llamó una vez a la reflexión sobre los daños que produce el tabaquismo y los riesgos y peligros que corren los fumadores. En este sentido, la directora provincial de Bioquímica, Farmacia y Droguería Central y coordinadora de la Unidad de Promoción de la Salud de Santa Fe, Beatriz Martinelli, sostuvo que el fallecimiento de este referente popular es un hecho desgraciado y lamentable pero puede servir para que la gente tome conciencia.


“Leo Mattioli era una persona que fumaba una cantidad importante de cigarrillos por día. El humo del tabaco produce estragos. Por lo general se lo asocia al sistema respiratorio o a la incidencia del cáncer, pero causa muchísimos problemas en el aparato cardiovascular, infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y daños que son reversibles cuando la persona deja de fumar”, indicó.


Tras la muerte del cantante, el ministro de Salud, Miguel Ángel Capiello, había expresado que “lo que le sucedió a Leo Mattiolli demuestra una vez más que el hábito de fumar no sólo genera una adicción a las drogas legales sino que causa muertes totalmente evitables”.


Martinelli explicó que “en el momento que se deja de fumar se empiezan a reducir los riesgos que puede ser fatales”. “Se normaliza el monóxido de carbono en sangre –continuó–, un gas muy tóxico producto de la combustión de lo que contiene el cigarrillo. El problema es que tiene una alta afinidad por la hemoglobina, se pega a esa molécula e impide que se pegue el oxígeno, por lo que la sangre deja de transportar oxígeno a los tejidos”.

Eso es lo que explica la baja oxigenación de los tejidos y los órganos del cuerpo en las personas fumadoras. “Al dejar de fumar, la concentración de monóxido de carbono va normalizándose y se notan cambios en días. También disminuyen y se atenúan los riesgos en el sistema cardiovascular”, afirmó.

Medidas ejemplificadoras
La funcionaria santafesina enumeró las acciones que desde hace tiempo se llevan a cabo desde el Ministerio de Salud de la provincia en pos de reducir la cantidad de fumadores y la exposición de los no fumadores al humo del cigarrillo. “Este año ya realizamos seis cursos de cesación tabáquica, y desde que se empezó a trabajar en este tema participaron más de seis mil personas en todo el territorio. Trabajamos en talleres con los jóvenes y además seguimos difundiendo los beneficios de los ambientes libres de humo. Hasta fuimos convocados para contar nuestra experiencia en el Congreso Argentino Tabaco y Salud que se realizó la semana pasada en la ciudad de Córdoba”, comentó.


Martinelli hizo hincapié en la iniciativa que tiene relación con los ambientes sin humo. “Es muy importante porque protege no sólo al fumador pasivo sino que se calcula que reduce un 30 por ciento el tabaco en el fumador. Según datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, en 2005 cuando todavía no se había aplicado esta política, aproximadamente el 51 por ciento de las personas estaban expuestas al humo de tabaco ambiental en sus lugares de trabajo, restoranes, oficinas, entre otros lugares, y a partir de la aplicación de la ley esto disminuyó a un 34 por ciento. También se redujeron los infartos agudos”, señaló.

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