El grupo Pescando Lectores, integrado por chicos de 15 a 23 años, trabaja desde hace tres años en la difusión de relatos y personajes que son parte de la identidad de esa comunidad.
Diario UNO |
El nombre del grupo sintetiza la misión que llevan adelante y a la vez la identidad del barrio, el cual desde sus orígenes está ligado al río, a la pesca y al puerto. En la actualidad, Pescando Lectores cuenta con la participación de 15 jóvenes, de distintas edades que van desde 15 a 23 años y que se agruparon a partir de un trabajo en red, desde el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia.
En 2011 surgió la idea de recopilar las historias del barrio, entrevistando a los vecinos que más tiempo llevan viviendo en Alto Verde. De esa idea fue que nació “Lo escuché por ahí. Historias de Alto Verde”, relatos que era habitual conocer por el boca en boca, pero que nunca habían sido plasmados materialmente.
Para poder coordinar su semana de trabajo, los pescadores se reúnen todos los viernes en la sede Territorial de Alto Verde, ubicada en la Capilla Jesús Resucitado de la Manzana 2.
“Está bueno porque hay chicos más chiquitos que no conocen las historias de antes, a mí me gusta”, explicó Viviana. A lo largo de ese tiempo, esta joven descubrió historias que hasta ese momento desconocía. Sin querer, uno de sus abuelos se convirtió en protagonista de algunos de los cuentos redactados por los chicos.
Los integrantes de esta agrupación tienen como principal objetivo contagiar el hábito de la lectura. Su actividad no se limita al ámbito de la biblioteca que funciona en la sede Territorial, si no que también actúan como mediadores de lectura llevando las obras a los lugares que más lo necesiten o que los chicos elijan para asistir.
Viviana, Lionel, Iván, Mili, Joana y Guadalupe son algunos de los responsables de que hoy los vecinos del barrio cuenten con una biblioteca, que es utilizada para realizar talleres de lectura para los chicos y también adultos que tengan deseos de sumergirse en un mundo mágico. Pero la tarea de los jóvenes no se acaba en esa labor, ya que también trabajan como mediadores de lectura, llevando los libros a quienes más los necesiten. “Aparte de los libros que hicimos también trabajamos con el grupo, fuimos al Hospital de Niños, a jardines y a plazas”, relató Viviana, una joven de 21 años que hace tres años forma parte de Pescando Lectores.
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Hasta ahora el grupo lanzó dos ediciones con cuatro historias diferentes cada una; la primera tanda de obras se dio a conocer en el 2012, durante la realización de la Feria del libro. Este año los integrantes del grupo trabajaron para recolectar los testimonios de los vecinos que darían forma a la segunda tirada de relatos.
“Los abuelos se pusieron muy contentos de que vayan a preguntarles y que sean los propios nietos quienes se interesen. Ellos contaron un montón de historias, nosotros lo que hicimos fue seleccionar alguna de ellas y a partir de eso se escribieron las historias”, explicó Cecilia Moscovich, una de las coordinadoras del grupo.
Don Giménez, un kiosquero que hace 36 años se ubica siempre a la salida de la escuela con el mismo carrito, es el protagonista de “El carrito de Don Giménez”, una de las historias que integra la nueva edición de cuentos que fue lanzada a mediados de este año. Este relato estuvo acompañado por tres obras más: “El récord mundial de baile”, “El conejito de la guarda” y “El equipo del Loro González”. En los próximos días el grupo se dedicará a difundir sus trabajos presentándolos en el CAF de Alto Verde, para luego repetir la experiencia en Laguna Paiva, para que de a poco todos los vecinos puedan encontrarse con las historias de los grandes protagonistas y personajes contadas por los jóvenes.
En la última presentación de las obras, uno de los adolescentes realizó una canción que emocionó a los integrantes de Pescando, es por esto que para fin de año las coordinadoras del grupo tienen pensado realizar un video que plasme la letra de su obra. El objetivo de las mismas es renovar las propuestas para mantener la atención de los jóvenes y que las ganas de seguir trabajando sigan intactas.
El resultado del trabajo se ha difundido entre los vecinos de Alto Verde, emocionando a muchos y sorprendiendo a otros que son testigos de cómo la historia de su barrio traspasa los límites del distrito costero.
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