AGRESIONES. EL SINDICATO RECLAMA QUE SE ORDENE EL ÁREA ADONDE ACCEDE EL PÚBLICO.
Ambos hechos ocurrieron en distintos servicios del Hospital José María Cullen.
El primero sucedió el 7 de septiembre cuando familiares de un paciente fallecido agredieron a un médico perteneciente al servicio de clínica médica.
Según el relato de los testigos, se presentaron dos personas ebrias que atacaron verbal y físicamente a los trabajadores. Pese a que el personal de seguridad arribó para resguardar la integridad de las víctimas, los agresores escaparon.
El segundo suceso fue ayer, cuando un médico que presta funciones en el servicio de cirugía, al terminar su turno fue increpado por ocho familiares de una persona que ingresó herida y fue intervenida en horas de la noche.
El grupo amenazó al profesional con tomar represalias en caso de que su pariente no pueda atravesar el proceso operatorio.
Entre otras falencias, los delegados afirman que “falta un control adecuado del ingreso de personas al hospital”, que es “insuficiente el personal de vigilancia que recorre las instalaciones”, que “escasea la presencia policial”, que existe un “déficit en la estructura hospitalaria en relación a la disposición y arquitectura de los consultorios” y que se necesita un “diseño sobre el ordenamiento en la circulación de pacientes y personal, evaluando distintos tipos de riesgos”.
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