Milton Damario no economizó palabras en su primera cita en Tribunales. El joven detenido el miércoles en Santo Tomé, a bordo de un Volkswagen Bora y con 50 mil pesos encima, declaró más de dos horas ante el juez que ordenó su captura en una de las tres causas por homicidio que lo involucran. Lúcido y verborrágico, negó la acusación que pesa sobre él, dijo temer por su vida y desmintió vínculos con bandas narcos. Su relato incluyó datos asombrosos: dijo que se ganaba la vida como mendigo y que, mientras estuvo prófugo, durmió en una carpa.
La Capital |
Dos policías uniformados hasta las orejas y portando armas largas acompañaron ayer al mediodía la llegada de Damario al juzgado de Instrucción Nº 15, a cargo de Alejandro Negroni. De la indagatoria participaron la fiscal Nora Marull y dos abogadas de la capital provincial que asumieron la defensa de Damario en todas las causas. El joven de 24 años aceptó declarar y se explayó por más de dos horas. En el pasillo lo esperaban familiares que pudieron saludarlo cuando se retiró, escoltado y con un chaleco antibalas.
Negroni es quien dispuso la captura de Damario y ordenó las intervenciones telefónicas que dieron sus frutos el miércoles, cuando lo atraparon en una estación de servicios de Santo Tomé. Estaba acompañado por Germán Ezequiel Velázquez, un entrerriano de 18 años, y Sebastián Rodera, de 33 y domiciliado en la provincia de Buenos Aires.
En ese juzgado a Damario lo investigan como integrante de una banda narcocriminal conducida por Luis "Pollo" Bassi, un hombre de Villa Gobernador Gálvez ligado a la interna de la barra brava de Newell\'s que permanece prófugo de la Justicia. En ese marco se inscribe el crimen de Juan Pablo Colasso, ejecutado en esa ciudad el 16 de noviembre de 2012.
Colasso tenía 30 años y recibió un disparo en el cráneo y otros en las piernas cuando estaba a metros de su casa de Bordabehere al 1400. Sabía que lo estaban buscando para matarlo. Por eso llevaba puesto un chaleco antibalas y una pistola calibre 9 milímetros. Lo habían baleado en una pierna en los días previos, su casa había sido rociada a tiros dos veces en 48 horas y él mismo se había tiroteado con policías un día antes de su muerte.
No lo conozco. Damario negó tener relación con ese ataque y dijo no conocer a la víctima. También negó tener vínculos con Bassi, a quien refirió conocer "de los boliches". Bassi es dueño de la disco Brújula, de Villa Gobernador Gálvez, y de una remisería de esa ciudad. En una ocasión, añadió Damario, dejó un auto en esa empresa para que lo usen como remís, pero se quedó sin dinero y tuvo que venderlo.
También negó conocer a Facundo "Macaco" Muñoz, un joven que en los próximos días será indagado por el crimen de Colasso. "Macaco" está preso desde junio pasado por el crimen de Claudio "Pájaro" Cantero, el sindicado líder de la banda de Los Monos baleado el 26 de mayo frente a la disco Infinity de Villa Gobernador Gálvez. En ese asesinato también está implicado Damario, que el lunes tiene cita ante el juez de Instrucción Nº 11, Hernán Postma, para responder por esa muerte.
A Damario lo requieren en al menos seis juzgados penales. En el primer interrogatorio que contestó ayer no esquivó preguntas. Reconoció que cuando lo apresaron el miércoles llevaba 11 teléfonos celulares que usaba indistintamente para comunicarse sólo con su novia. Explicó que estuvo todos estos meses prófugo por miedo a represalias. Y que tomó la decisión de irse de la ciudad luego de que atentaran contra familiares de Milton César, un joven con prisión domiciliaria y acusado por el crimen de Cantero cuya familia fue víctima de un brutal ataque el 28 de mayo pasado. Ese día en una aparente venganza por la muerte de "Pájaro", un hermano y un amigo de César fueron asesinados y su madre quedó cuadripléjica.
En esos días comenzó a circular el nombre de Damario como uno de los sicarios de Cantero. Por eso, dijo ayer, se fue de su casa "con lo puesto" y una carpa para dormir. Contó que estuvo en Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos "sin establecer contacto con nadie". Cuando le preguntaron de qué vivía, dejó a todos con la boca abierta: "Mendigaba. Me da vergüenza decirlo", respondió. Reveló que en ocasiones limpiaba vidrios. Y que en el pasado trabajó como mozo en un bar del centro.
Cuando le preguntaron cómo podía explicar haber sido apresado a bordo de un VW Bora, respondió que el auto "es de Germán y de uno que le dicen El Choto, que conocí en Pilar o en Escobar", en referencia a los detenidos con él. No pudo explicar qué hacía con ellos ni dónde fue el último lugar donde pasó la noche. Mencionó un parque de Entre Ríos donde dejó abandonada la carpa, cuya ubicación no pudo precisar.
La semana que viene a Damario le espera desfilar por varios juzgados donde lo investigan por al menos tres homicidios, y adelantó en su círculo que piensa declarar en todos ellos. Ayer demostró estar al tanto de las conexiones entre las distintas causas que lo demandan y su implicancia jurídica. Estuvo tranquilo pero remarcó que tiene miedo y pidió que lo protejan.
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