Los médicos nucleados en Amra tomaron esa medida, luego de que el jueves unos 30 familiares y amigos de una persona que ingresó muerta con heridas de bala provocaran serios disturbios y amenazaran a los trabajadores. Es un problema que se repite.
La violencia volvió a estallar en un hospital público. El jueves pasado a la mañana se produjeron disturbios en el hospital Roque Saénz Peña, luego de que familiares de una persona que ingresó fallecida herido de bala intentaran romper la guardia del centro asistencial y agredir a los médicos y enfermeros. El hecho tomó una dimensión tal, de acuerdo a la cantidad de personas que participaron eran alrededor de 30 personas intentando destruir el sector de urgencias del hospital, que tuvieron que intervenir no sólo la Policía santafesina sino también Gendarmería Nacional.
La reacción de los trabajadores ante este nuevo incidente en un hospital público fue definir el cierre de la guardia nocturna de este efector. La medida se tomó con el aval del Sindicato de Médicos de la República Argentina (Amra) y por el momento sólo se atenderán casos de urgencias y emergencias. El resto será derivado a otros hospitales.
Sandra Maiorana, dirigente del gremio, señaló que la decisión ya se comunicó a las autoridades y se notificó de manera formal el viernes. La idea de los médicos de ese centro de salud es mantener el cierre de la guardia nocturna hasta que se garanticen las medidas mínimas de seguridad prometidas en reuniones anteriores con el área de salud municipal y provincial.
Maiorana destacó que “está en riesgo la vida de los profesionales. Todo lo que se comprometió a hacer la Municipalidad, no se hizo. El portón del hospital estaba abierto y por ahí entraron unas 30 personas. Saltaban los tapiales. Acá se prometieron reformas edilicias que, según nos dicen los médicos, no se efectuaron porque no hay presupuesto”, indicó la dirigente gremial.
Eduardo Taboada, secretario general de Amra manifestó su alarma ante “la reiteración de estos hechos” de violencia y adelantó que pedirían a las autoridades “un ingreso restringido” a la guardia de noche.
La medida gremial que tomaron los médicos se concretó luego de que familiares de un paciente atacaran el edificio luego de enterarse de su fallecimiento. La víctima, de 32 años, había ingresado ya sin vida luego de ser baleado. El hospital quedó con varios vidrios y puertas rotas. La situación tuvo que ser controlada por efectivos de la Policía y la Gendarmería.
Leonardo Caruana, titular de la Secretaría de Salud municipal, admitió que la situación vivida en la guardia “provocó mucho miedo al personal”.
Estallido de ira
Javier Fernández, el responsable de la guardia del Roque Saénz Peña, hizo un relato de los incidentes. “A las 8 y 15 entró un auto y una moto a la playa de estacionamiento. Traían a un muchacho con varias heridas de arma de fuego. Tres enfermeros lo sacaron del auto y lo empezaron a reanimar. Llegaron los familiares de esta persona y empezaron a golpear todo. Gritaban y amenazaban con golpearnos. Entonces apareció el Comando Radioeléctrico. Nosotros le queríamos explicar a la familia que el muchacho había ingresado muerto. No habíamos hecho nada, no éramos partícipes del hecho anterior. No teníamos nada que ver. Después vino Gendarmería Nacional, pero nadie los podía calmar. Eran como 30 personas enardecidas. Nos decían barbaridades. Para ellos era culpa nuestra. Sentimos mucho miedo, porque no sabés si algún día te van a disparar. En 16 años que llevo en el hospital, nunca vi tanta gente junta y tanto nivel de agresividad”, dijo el médico.
Recurso de amparo
El gremio que nuclea a los profesionales (Amra) presentará el lunes un recurso de amparo en los Tribunales provinciales para exigir que se proteja a quienes trabajan en el lugar. Así lo definió una asamblea del personal que se convocó horas después de los incidentes en la guardia. Después de los disturbios del jueves, otro grupo de familiares de un joven que había recibido un balazo en la cabeza también intentó descargar su bronca contra el personal médico.
En tanto, el secretario de Salud de la Municipalidad, Leonardo Caruana, admitió que lo sucedido “obliga a revisar los protocolos de seguridad con los que se está trabajando y determinar alternativas para estos casos que deben ser contemplados”.
llegó para quedarse
- En febrero pasado, más de mil profesionales de la salud participaron de encuentros de diálogo a los que convocaron la Secretaría de Salud municipal y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos provincial -a pedido de los trabajadores- con el mediador y especialista en conflictos públicos, Alejandro Nató. Las reuniones se realizaron tras los hechos de violencia sucedidos en efectores públicos, que generaron malestar en los gremios médicos, frente a situaciones en las que los trabajadores de la salud fueron víctimas de las agresiones de familiares de pacientes.
Ante la consulta sobre por qué han crecido los hechos de violencia en los centros de salud públicos, Nato respondió, según publicó Rosario 12: “Creo que tiene características nuevas, posiblemente porque hay menor credibilidad dentro de lo que es lo público en cuanto a la capacidad de dar respuestas, en cuanto a la emergencia de nuevos sectores sociales que están buscando su lugar; en cuanto a la posibilidad de hacer valer los derechos. Hay situaciones de la realidad social que hay que empezar a comprender como que vinieron a quedarse. Hay diferentes grados de violencia que atraviesan lo social. Esa violencia tanto estructural, como cultural y directa que se manifiesta en escenarios urbanos, requiere reconfiguraciones. Pero también se piensa en la posibilidad de comprender que los espacios públicos siguen siendo de todos. El otro ya no es una persona que te puede llegar a hacer daño; sino que es un otro que está dentro de tu sistema y tiene el derecho garantizado, porque esto es lo que se está proponiendo”, apuntó.
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