Decían que ese dinero estaba destinado a un Centro Cristiano o para una ONG que realizaba acciones solidarias en Chaco. La suma que pedían iba de 100 a 3000 pesos.
Estefanía Heit, la periodista de Coronel Suárez que junto a su esposo, Jesús Olivera, mantuvieron cautiva y sometiendo a vejaciones y torturas por más de tres meses a Sonia Marisol Molina, también recorrían el Sur Argentino desde 2010 en búsqueda de donaciones por parte de los vecinos.
Las sumas iban desde 100 a 3000 pesos que eran depositados en al cuenta de Heitargumentando que el dinero era para el “Centro Cristiano Amar es Combatir” o parala ONG Visión XXI, encargados de ayudar a chicos indigentes y discapacitados de la provincia de Chaco.
Según confirmaron fuentes del caso hubo numerosos depósitos. Los últimos fueron recibidos en la cuenta de Molina durante los días en que la pareja llevaba a la víctima al banco a cobrar. Pero además, hay otros que Heit recibió en su propia cuenta y que se habrían hecho desde la sucursal del Banco Nación de Río Colorado.
Según Mónica Santander, la madre de la víctima, la pareja habría recaudado cerca de 250 mil pesos en dos años.
“Conozco a un hombre, que le había dado empleo a ella, que una vez les entregó dos mil pesos. Así estafaron a mucha gente”, declaró.
Olivera había instado a que Sonia vendiera su casa vendiera su casa dos veces (por la estafa tienen una causa abierta), primero en 60 mil pesos y después en 40 mil. Sonia continuó vendiendo sus pertenencias, hasta quedarse sin ninguna.
“Ya no podían sacarle nada más, entonces habían decido deshacerse de ella. Para eso iban a dejarla morir de hambre”, sostuvo un investigador.
El lunes pasado, con 20 kilos menos y con las pocas fuerzas que le quedaban, Sonia logró escapar de su calvario y pudo dar aviso a la policía.
Mediante la investigación que se lleva a cabo, se supo que la mujer solo podía comer un preparado de polenta y alimento para perros y que tomaba pocos vasos de agua a la semana. Al hospital llegó con 47 kilos, deshidratada y muy golpeada. “Al borde de la muerte”, según afirmaron los médicos que la recibieron.
La pareja la había obligado a escribir una carta suicida donde contaba lo mal que estaba y los motivos por los cuales pensaba en quitarse la vida. Gracias a ese documento, se puso determinar que querían terminar con la vida de Molina.
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