Esta semana, el gobierno
provincial avanzará en la aprobación de la Reforma Tributaria. El
Gobernador Antonio Bonfatti se reúne este lunes con Mario Barletta para
consensuar un texto y garantizar así la disciplina del Frente
Progresista. Los principales escollos vinieron del FAP, por la negativa
de senadores de la UCR, pero la reunión que mantendrán mañana Barletta y
Bonfatti servirá para restaurar el orden.
A partir de mañana, el gobierno
provincial dará los últimos pasos para garantizarse la aprobación de la
Reforma Tributaria. Una serie de reuniones y contactos con diferentes
interlocutores de organizaciones políticas y diferentes estamentos del
poder será rubricada por un acuerdo que lleve al recinto de la Cámara de
Senadores un texto que en principio también contaría con la aprobación
de los diputados, de tal modo que el tratamiento parlamentario no dilate
la sanción de una ley fundamental para la continuidad de la gestión.
Para sorpresa de algunos, los principales escollos no procedieron del
peronismo, sino de los aliados radicales del Frente Amplio Progresista
(FAP) que despuntando su inveterado vicio de la interna permanente
pusieron en riesgo la aprobación de revalúo del inmobiliario rural. Se
usa el tiempo pasado puesto que, salvo un par de legisladores, -y esto
no es sorpresa- el resto de la bancada radical parece haber entrado en
razones en cuanto a que forman una coalición de gobierno. Mañana, a su
pedido, Mario Barletta será recibido a la hora del té por el gobernador
Antonio Bonfatti.
El presidente de la UCR está incursionando en las "ligas mayores"
pero baja a Santa Fe para no dejar que crezca el espíritu separatista de
Felipe Michlig y Rodrigo Borla, que bajo el pretexto de "defender a sus
departamentos" se cortaros solitos y pusieron en duda o en un plano
transaccional inadecuado su eventual apoyo a la reforma. Más que de
Michlig -que tiene el vuelo de cabotaje departamental- llama la atención
de Borla. En San Justo suponen que lo suyo es una suerte de reacción
por despecho frente a la excelente relación entre Jorge Henn
-vicegobernador de la UCR- y Bonfatti. El representante de San
Cristóbal, en cambio, supera sin complejos las contradicciones éticas.
Basta recordar que en las elecciones que llevaron a Hermes Binner,
Michlig había ido "por afuera" del Frente en la lista de Alicia Tate y
Juan Millet.De todos modos, entre mañana y pasado la agenda del Jefe de Gabinete y el propio Gobernador incluye un encuentro con los 24 intendentes (entre ellos los de Rosario y Santa Fe), y alrededor de 140 presidentes de comuna. Todos ellos tanto o más interesados en la rápida aprobación de la reforma, ya que les habilita ingresos hasta hoy inexistentes.
Luego será el turno de los Senadores, para lo cual ya habrá pasado el cónclave con Barletta y se espera para entonces que los argumentos que sostenían quienes no acompañaban al gobierno dentro del FAP ya habrán sido demolidos. Sería muy ilustrativo que Michlig o Borla le explicaran a sus votantes -y sobre todo a los que no tienen campos- que lo que rechazan es cobrarles a quienes pagan impuestos sobre 2500 pesos la hectárea (ese es el valor promedio en la zona núcleo) cuando en el mercado las venden a 70 u 80 mil pesos. No hay errores de imprenta, ni de "coma mal puesta". El gobierno además no está proponiendo esa actualización. En todo caso, que paguen como si valieran 15 mil pesos, es decir 6 veces el valor "dibujado" pero la quinta parte de lo que realmente deberían tributar.
Los legisladores de las distintas ramas del peronismo, en su mayoría K, esperan que el FAP haga lo que tiene que hacer: bajar todos los votos de sus legisladores en ambas cámaras. No es para menos, sino "en la fiesta comen y bailan los socialistas y la pagamos nosotros", dijo un viejo diputado peronista en una definición poco académica pero muy elocuente.
Luis Rubeo se lo hizo saber a Bonfatti en las largas esperas de los vuelos de la reciente gira por Medio Oriente y Alemania. Lo mismo Traferri y hasta el presidente de la UCR provincial, Hugo Marcucci que no imaginaba que un par de senadores de su partido salieran con el "toma y daca" y arrastraran a la bancada completa en un tema tan relevante como el que se está tratando.
Desde ya que las negociaciones incluyen compromisos a futuro, sobre todo con el PJ -que gobierna la mayoría de las comunas- pero no puede ser nunca ese el eje en la búsqueda del consenso. Esto lo vio claramente Barletta y la mayoría de los dirigentes de la UCR que quieren recuperar el prestigio y el respeto que fue dilapidando el partido en sucesivas malas elecciones. Al parecer, hasta el dúo dinámico lo empieza a comprender, no sonaba muy convincente la "defensa de los productores agropecuarios" en este contexto, con estos numeros y con lo que esta sucediendo a nivel nacional y en otras provincias (como Buenos Aires).
La reforma va a salir, con algunos retoques, producto de las negociaciones entre los sectores que va a votarla, pero no por una concesión o acuerdo transaccional sino por una razón de justicia contributiva. No será la mejor ley, ni la más justa, pero superará en su aplicación a la que rige en la actualidad.
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